EEUU, con su armada pirata desde el Mediterráneo, en la madrugada del día de hoy ha disparado 59 misiles Tomahawk sobre la base aérea siria de Shayrat. Son misiles de largo alcance (que pueden llegar hasta 2500 km), de última tecnología. Son teledirigidos. Tienen un margen de error sobre el blanco de 10m.
EEUU tiró 288 de éstos en 2003, con los que dejó desarticulada toda la base de operaciones del ejército de Irak cuando Bush invadió ese país.
Los piratas imperialistas yanquis se gastaron 832.000 dólares por misil, lo que sumado a las lanzaderas da un total de 93 millones de dólares. Excelente inversión de la Raytheon, que vio subir enormemente sus acciones entre los parásitos de Wall Street. Rápidamente toda la industria de guerra norteamericana vio valorizar sus activos. De eso se trata este podrido sistema capitalista, de desarrollar fuerzas destructivas, transformando a la guerra en el factor económico fundamental de su sobrevida.
Los generales del Pentágono le comunicaron –como ya ha salido en todas las noticias- de esta acción militar a Rusia, previo a realizarla. Es que, con Rusia, con Turquía y con el ejército de Al Assad coordinan en una mesa común todas las operaciones políticas y militares en Siria para aplastar, como lo hacen desde 2012, una heroica revolución de los trabajadores y el pueblo pobre de la nación siria oprimida y hoy martirizada.
Por supuesto que Rusia le informó a Al Assad de este ataque. Éste, ni lerdo ni perezoso, vació la base militar.
Cayeron 59 de estos misiles en una base despoblada, que habría causado, según los observadores más realistas, no más de 6 muertos.
Lo que resulta evidente es que con esta nueva acción contrarrevolucionaria directa del imperialismo yanqui en Siria no se buscó derrotar a las fuerzas armadas asesinas de Al Assad, que vienen masacrando a más de 600.000 sirios, destruyendo las ciudades y provocando más de 15 millones de refugiados.
El objetivo del imperialismo yanqui, esta vez bajo el mando de Trump, es poder entrar abiertamente desde el punto de vista militar en Siria con cierta legitimidad (como lo es oponerse demagógicamente a las armas químicas que tiró su propio esbirro) para terminar de disciplinar a todos sus agentes con los que masacró a las masas de ese país. Es para repartir bajo su mando directo y en el terreno los negocios de la Siria martirizada.
Si sus sicarios, Al Assad y Putin, no pueden culminar con su trabajo de aplastar la revolución, lo harán los yanquis directamente, inclusive deshaciéndose sus esbirros, si es necesario.
Aquí se acaba la leyenda de una izquierda fantoche que por un lado sostenía a Al Assad y por el otro anunciaba el inicio de una tercera guerra mundial en Siria entre Rusia y EEUU. Este último recién ahora ha demostrado el 0,00001% de su poder de fuego, lo que también demuestra que jamás lo utilizó para detener una sola de las masacres sobre las masas sirias del fascista Al Assad y su sicario Putin.
¡Tercera guerra mundial las pelotas! Ayer EEUU pulverizó económicamente y fundió a la ex URSS cuando ésta le quiso hacer una carrera militar y aeroespacial. ¿Qué no puede hacerle a esta Rusia blanca de Putin, a la que le tiene embargados unos 300.000 millones de dólares de las cuentas de sus oligarcas en el exterior?
Trump había declarado, contra Obama, que no puede haber un país que sea una verdadera potencia mundial que no gane una sola guerra. Ayer el síndrome Vietnam y a partir de 2008 el síndrome Irak le impidió a EEUU acciones militares directas ofensivas. Es que los trabajadores y el pueblo norteamericano no las permiten.
Obama vino a imponer su dominio y sus acciones militares utilizando esbirros, sicarios y pactos contrarrevolucionarios, que como los de Ginebra centralizaron a todas las fuerzas contrarrevolucionarias interesadas en aplastar la heroica revolución de 2011/2012.
Con su acción militar directa, EEUU le da también hoy un aviso al mundo: a su competencia en el mercado mundial como Alemania, Francia y todo Maastricht, y también le da un aviso a Rusia y China. Dice “he vuelto al mundo a los cohetazos y con las armas voy a defender mis bancos y las transnacionales en todo el planeta”.
Pero para ello debe legitimar esta acción militar ante su propio pueblo. El uso de armas químicas de Al Assad es una buena excusa demagógica para hacerlo.
¡Los trabajadores y el pueblo norteamericano deben paralizar la máquina de guerra imperialista, la que tiró bombas atómicas, la que arrojó napalm en Vietnam, gas mostaza en África y creó miles de fascistas como Al Assad en todo el mundo!
Lágrimas de Cocodrilo
Trump y todo el frente contrarrevolucionario imperialista que gatilló contra Siria se rasga las vestiduras diciendo que en Siria, con el ataque de armas químicas “se cruzaron muchas líneas” (…) “Este ataque ha sido un insulto a la humanidad que no merece ser tolerado” (…) “cuando matas a niños inocentes y bebés, cruzas muchas líneas, más allá de una línea roja”.
El cinismo imperialista no tiene límites, y pasa todas las líneas rojas. Los piratas imperialistas son unos farsantes y sinvergüenzas. Desde hace 6 años, el gobierno de Al Assad con el sicario Putin y con Obama y el imperialismo yanqui desde atrás, han masacrado a centenares de miles de niños inocentes. ¿Y ahora se da cuenta Mr. Trump que esto es una aberración porque se los mata con gas sarín y sin sangre?
Trump ha dicho “mi actitud hacia Al Assad cambió mucho”. Esto es una confesión de parte. Hasta hace una semana la embajadora de EEUU en la ONU afirmaba que “sacarlo a Al Assad no era una prioridad” y ahora acaba declarar a la cadena Al Jazeera: “esperamos que esta acción sea suficiente para ponerle un límite al señor Al Assad”.
EEUU disparó entonces los Tomahawks a una base desierta, pero anuncia de esta manera que él entra a Siria. Le anuncia al mundo que EEUU retoma poder de fuego, y que si Al Assad fracasa será él quien terminará de masacrar en Siria y repartirá los negocios a su antojo. Eso es lo que expresa políticamente la acción militar de los 59 misiles que tiró en Siria el imperialismo yanqui.
El imperialismo yanqui aplaude la masacre de 600.000 sirios a sangre y fuego en 6 años… pero no la de 80 con armas químicas ¡Cuánta hipocresía!
Con acciones militares directas en Siria, el jefe de la contrarrevolución sale como garantía de aplastar ellos a las masas rebeldes, si todos sus agentes fracasan en el intento
Para Trump está permitido masacrar a centenares de miles y hasta millones de niños y mujeres, siempre que no sea con gas sarín en Siria. Inclusive, miles de niños murieron ahogados en el Mediterráneo, como Aylan Kurdi. Otros están en carpas, en campos de refugiados, y cuando no de concentración en las fronteras de Siria y de Europa muriendo de todo tipo de pestes.
Las potencias imperialistas han encubierto esta masacre bajo el pretexto de “lucha contra el ISIS y contra el terrorismo”, desarrollando una islamofobia cuyo objetivo fue aislar y aplastar una heroica revolución que conmovió a todo el Magreb y Medio Oriente, de Túnez a Siria. Para ello contaron con toda la izquierda socialimperialista, que llamó a una “santa cruzada contra el islamismo y los jihadistas”, a los que calificó de “terroristas”. Una ideología y una campaña contrarrevolucionaria para legitimar el saqueo de las potencias imperialistas del petróleo y todas las riquezas del Magreb y Medio Oriente.
Pero el imperialismo también sabe, como cualquiera de los mortales, que la utilización de armas químicas en una guerra provoca una indignación mundial, que inclusive le puede sacar todo tipo de legitimidad a la acción contrarrevolucionaria de Al Assad, que tan eficazmente viene realizando.
El imperialismo, en las conferencias de Ginebra y de Viena, como en Astana, viene sosteniendo el plan de partición de Siria, y de Al Assad y Putin masacrando a las masas. Ya daba por descontado que Al Assad, luego de su victoria en Alepo, posibilitada por la entrega de Turquía y la conducción del ESL, avanzaba a aplastar todos los vestigios de las últimas trincheras de la revolución siria. Como reafirmaba Obama y luego Trump, Al Assad era su hombre en Siria, controlado por su sicario Putin.
Turquía anunciaba que daba por terminada su operación en Siria llamada “Escudo del Éufrates”, con la que se aseguraba los pasos de los oleoductos del norte de Siria a Turquía.
Los generales del ESL se dedicaron, como en Alepo, a entregar cada ciudad y pueblo rebelde a los generales de Al Assad, ocultando las armas o directamente retirándose del campo de batalla. Al Nusra en Idlib está asentada en una enorme fortaleza militar, inclusive de armas pesadas, que no utilizó ayer para romper el cerco a Alepo ni usa hoy para parar la masacre al pueblo sirio.
Mientras tanto, EEUU, con el ISIS, venía controlando manu militari a Raqa y Deir ez Zor; y con las YPG kurdas manipuladas por las bases yanquis en Rojava, se aseguraba el control de los oleoductos, gasoductos y de los pozos de petróleo del norte y este de Siria, esperando el momento oportuno en que el ISIS termine de aplastar a las masas en las zonas que controla, para luego tomar el control directo.
Con mil comandantes de los marines yanquis, EEUU reparte el territorio en el norte de Siria. Acaba de dejarle a Al Assad y a las YPG kurdas Manbij, una localidad a 100km de Alepo. A Turquía le dejó Al Bab, y como ya dijimos a Al Assad le encomendó que masacre en el resto de Siria, mientras Turquía y Arabia Saudita garantizan que los generales sin batalla de la burguesía sunnita entreguen las ciudades rebeldes desde adentro. Lo hicieron en Alepo y en decenas de otras ciudades. No se cansaron de denunciar esto miles de milicianos, que vieron cómo entregaban su combate y la sangre de su pueblo a manos de estos generales comerciantes de la guerra.
Efectivamente, Al Assad era y sigue siendo por ahora el hombre del imperialismo para terminar de masacrar la revolución siria.
Pero se sublevaron las masas de Damasco. Pese al control feroz de Al Nusra de las masas rebeldes de Idlib, éstas son un peligro latente para Damasco, pues en cualquier momento, como ayer en Khantoman, los rebeldes pueden retomar las bases militares que están en manos de Al Nusra y avanzar esta vez sobre la capital.
En Hama se rearmó la resistencia y amenaza con tomar la capital de esa provincia. En Daraa las masas se sublevaron y tomaron media ciudad.
En esta situación… Al Assad tiró armas químicas.
El imperialismo tiene una clara estrategia en Siria, que no es otra que Al Assad masacre a las masas y termine de aplastar definitivamente la revolución, y luego sea EEUU el que gane la guerra, reglamentando un régimen de transición en Siria con o sin Al Assad, con la anuencia de todas las pandillas burguesas bajo su mando.
Cuando el perro Bashar y el carnicero Putin veían que habían logrado su obra, se atalonaron las masas en las últimas trincheras de la resistencia. Eso hizo peligrar la transición con Al Assad y éste arremetió con armas químicas y con todo lo que tiene a su alcance.
Tampoco fue suficiente, para derrotar esta durísima resistencia en las últimas trincheras de la revolución, la entrega de los generales del ESL. En Jobar y Qaboun las masas quemaron todos los micros con los que Al Assad y los generales burgueses del ESL rendidos intentaban sacarlos de sus hogares.
Los 59 misiles Tomahawk legitimaron e hicieron pública la presencia yanqui directa que hace rato tiene en Siria. Esto es un aviso de que el dueño de la contrarrevolución está en casa. Mientras tanto, al dispararle a una base militar despoblada, sigue garantizando que sea Al Assad el que termine de hacer su trabajo sucio.
De fracasar su agente fascista, con la colaboración de los generales “democráticos” del ESL, estarán los yanquis para entrar a sangre y fuego y masacrar hasta el último de los luchadores por el pan y la libertad que quede vivo en Siria.
De allí lo grave de esta ofensiva yanqui. Le da tiempo a Al Assad a que termine su trabajo. Sostiene a los generales burgueses sunnitas entregadores de la revolución. Y si todos fracasan, están ellos como garantía de aplastar la revolución.
El ataque contrarrevolucionario de Trump fortalece a las conferencias de Ginebra y Viena,
donde se resuelve la masacre de las masas sirias y el aplastamiento de su revolución
El aplastamiento de la revolución siria es monitoreado por una mesa de operaciones contrarrevolucionaria que desde 2013 funciona en Viena o en Ginebra, o últimamente en Astana, donde instalan a Al Assad, Putin, Erdogan, bajo el mando yanqui. Allí se sientan también los generales del ESL, que entregan la revolución desde adentro.
La intervención yanqui lo fortalece a éste para imponer todas las condiciones a la salida de la guerra, después de aplastada la revolución.
Es que el plan yanqui es que Al Assad aplaste a las masas, con las bombas de Putin, pero que no gane la guerra, porque la victoria debe ser para los yanquis y el imperialismo. Al Assad sólo le está haciendo su trabajo sucio. Siria será para los yanquis y para todas las potencias imperialistas, que se la repartirán. Ellos son los dueños de las petroleras que saquean todo Magreb y Medio Oriente.
Fracciones de la izquierda, que dicen apoyar la revolución siria, terminan haciéndole seguidismo al gran freno que tiene ésta para vencer, que son los generales de la burguesía sunnita, que están volviendo todos al ejército de Al Assad, su ejército de donde salieron, entregando todas las ciudades rebeldes.
Esta ala de la izquierda oportunista que dice apoyar la revolución siria se la pasó durante años pidiéndole a EEUU y a los imperialismos “democráticos” que manden armas a Siria… Y EEUU mandó a Rusia, a sus mercenarios de la burguesía chiita y ahora unos misiles Tomahawk para legitimar su masacre en el norte de Siria y, si Al Assad falla, en toda la nación.
En esa mesa del pacto contrarrevolucionario de Ginebra, la burguesía sunnita buscarán darle legitimidad a los ataques yanquis para conquistar una mayor porción de los negocios para su pandilla, una vez terminada la guerra, utilizando la sangre de las masas. Ya hace rato que esta gente solo discute de negocios con Al Assad.
El bombardeo atroz a Idlib por parte de Al Assad y Putin no es porque tengan un carácter irreconciliable con Al Nusra. Es porque esta corriente de la burguesía sunnita aún no puede terminar de controlar a las masas, y mucho menos a los rebeldes que se refugiaron allí después de que el ESL oficial entregara todas las ciudades rebeldes.
No la tiene fácil el imperialismo para entrar caminando a Siria como por su casa, luego de 6 años en que permitió, alentó y encubrió el mayor genocidio del siglo XXI contra los explotados. Las masas explotadas y los millones de refugiados no ven en los yanquis un aliado que haya estado con ellos cuando se les demolían sus casas y eran masacradas sus familias.
No la tienen fácil los comandantes del ESL, que entregando gran parte de la Siria revolucionaria no han terminado de liquidar las últimas trincheras de la revolución, como en Idlib, en los suburbios de Alepo, en Hama, en Damasco, en Daraa, en zonas de Homs, de Raqa y de Ghouta. La resistencia sigue viva y puede sublevar a los millones de los campos de refugiados.
Las masas yemeníes resisten una brutal y atroz represión. El imperialismo no puede tomar Mosul. La clase obrera norteamericana aún no ha salido de las calles. El movimiento de refugiados de Siria en Europa levanta cabeza.
No la tienen fácil los explotadores para terminar de clavar el último clavo al cajón de la revolución. Esta crisis no la resuelven 59 misiles Tomahawk.
¡Es urgente que las masas del mundo ganen las calles para parar la máquina de guerra contrarrevolucionaria del imperialismo yanqui y de sus esbirros Al Assad y Putin!
Con la complicidad y el apoyo abierto de la izquierda reformista…
EEUU, con el perro Bashar y Putin, bajo la excusa del ISIS, hace rato bombardean a las masas rebeldes en Raqa y Deir ez Zor y en todo el norte de Siria
Las victorias contrarrevolucionarias como la dictadura de Al Sisi en Egipto, la partición de Libia, la ofensiva sionista sobre las masas palestinas, la masacre de las masas yemeníes, el sometimiento que imponen las direcciones de izquierda socialimperialistas a sus propios gobiernos de bandidos imperialistas, es lo que ha permitido este nuevo paso contrarrevolucionario de los yanquis, que comienzan a probar la relación de fuerzas que tienen para poder largar nuevas ofensivas militares directas en el planeta. Es la derrota de las masas revolucionarias sirias, el aplastamiento de Alepo, lo que permite esta ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo.
Éste va a Siria como garantía última de que aplastará la revolución y desde allí comandará la reconstitución de los dispositivos de dominio en el Magreb y Medio Oriente que destruyeron las revoluciones de 2011/2012.
Pero lo que es cínico es tantas corrientes de izquierda socialimperialistas que de golpe les ha agarrado escozor y furia antiyanqui por el bombardeo de Trump a una base despoblada de Al Assad. Hace rato que con la excusa del ISIS, EEUU bombardea y masacra tanto en Siria como en Irak y se callaron la boca.
Al Assad apoyó la intervención yanqui en Raqa, en Deir ez Zor y a sus generales y comandos en el norte de Siria y las bases militares que tienen en Rojava. ¿Qué repudian ahora los lacayos de Al Assad, cuando este mismo perro apoya y aplaude a los yanquis cuando masacra a las masas en el norte de Siria? Es que el perro siempre está de rodillas ante su amo. Esa es la relación entre el fascista Al Assad y Trump, aunque a veces su amo le pegue algunos rebencazos para disciplinarlo.
Los yanquis intervienen y masacran no a 4 ó 6, sino a varios miles de explotados en Mosul, Irak. Con sus tropas gurkas del ejército iraquí, con la excusa de “combatir al ISIS”, están masacrando a mansalva a las masas explotadas de esa ciudad, luego de tomar Fallujah. Han provocado 100.000 refugiados de Mosul.
Dicen que un ejército de 140.000 hombres no puede tomar de hace meses esa ciudad que tiene un millón de habitantes y es defendida por 1000 milicianos. Mentira. Con la excusa del “ataque al ISIS y al islamismo” están masacrando a las masas del Triángulo Sunnita de Irak. Han cooptado a la burguesía chiita del sur como fuerzas de choque, gurkas del imperialismo, para crear enfrentamientos fratricidas entre los explotados de Irak, lo que permite la vuelta del imperialismo a acciones militares directas en ese país.
EEUU viene de bombardear Raqqa en Siria. En este ataque no mató a ningún miembro del ISIS. Pero disparó a mansalva a la población civil que el ISIS no puede controlar y que amenaza con echarlo a cada paso. Eso es lo que hace también EEUU en Deir ez Zor, bombardeando a las masas que el ISIS no puede disciplinar, mientras utiliza a los jefes del ISIS como hombres de negocios y guardianes de los oleoductos y pozos de petróleo del norte y este de Siria.
El imperialismo yanqui, con el aplauso de Al Assad y Putin que a cada paso le rinden cuentas, en esas ciudades que bombardea se ensaña con las cárceles, en donde el ISIS mantiene presos a los mejores combatientes de la revolución siria.
EEUU, con el silencio cómplice de toda la izquierda mundial, ha establecido bases militares de despliegue rápido en Rojava, el norte de Siria, custodiadas por las YPG kurdas y los stalinistas del PKK.
Ya hace rato que la consigna de “Yanquis go home” está planteada en Siria. ¡Fuera yanquis, los más grandes organizadores del genocidio, la masacre y la partición de Siria!
¿Al Assad y sus secuaces reformistas son antiimperialistas? Por favor, están en el frente militar con los yanquis masacrando a las masas musulmanas sublevadas por el pan y la libertad.
La izquierda sirviente de Al Assad pone el grito en el cielo porque EEUU atacó la base militar aérea despoblada de Bashar. Pero guarda silencio cuando EEUU, junto con la burguesía chiita iraní e iraquí, y aplaudidos por Al Assad, atacan a mansalva a todas las masas en el norte de Siria.
La diferencia es que esta vez EEUU interviene para ponerle un límite a su agente Bashar, mientras se prepara –como ya dijimos- para ser él quien organice la “paz de los cementerios”, cuando Al Assad ya no pueda garantizarla, luego de que éste termine de aplastar a las masas. Y si no las puede terminar de aplastar, será EEUU directamente el que lo haga, manu militari, con la legitimidad que busca tener por haberlo limitado a Al Assad en sus armas químicas a último momento… una verdadera farsa imperialista.
EEUU necesita entrar en acciones de guerra directa. Es que no podrá salir de su crisis sin guerras. La duplicación del presupuesto militar de su ejército y de su armamento, y la fuerte inversión en tecnología de guerra es la única posibilidad que tiene el capital financiero norteamericano y sus bancos para salir de su crack y bancarrota.
En su disputa por el mercado mundial contra el eje francoalemán de Maastricht, no podrá mantener sus zonas de influencia, y mucho menos avanzar sobre Rusia y China, si no retoma poder de fuego directo a nivel internacional.
Todas las pandillas imperialistas, inclusive con la Clinton a la cabeza, han apoyado esta acción militar de Trump. Éste viene a terminar la obra de Obama de aplastar la revolución siria. Trump, con su reciente bombardeo, encontrando la excusa perfecta en las armas químicas, garantiza una intervención directa y abierta en toda Siria.
Como vimos, está muy lejos de querer derrotar a Al Assad. Si ese hubiera sido su objetivo debería haberle tirado los 59 misiles Tomahawk a la base de operaciones militares del ejército assadista y haber decretado una zona de exclusión aérea en toda Siria. Le sobra capacidad militar para hacerlo, pateándole el trasero a Al Assad, Rusia y todo aquel que lo quiera impedir.
A las que no se lo puede patear es a las masas norteamericanas, porque todavía una amplia mayoría se niega a apoyar toda política belicista del imperialismo yanqui. Y por ello la excusa para esta intervención directa no podía ser otra que la de un bombardeo con “objetivo humanitario”.
Esto es así por ahora. El plan imperialista es que Al Assad y Putin, como dijimos, aplasten la revolución, que hagan su trabajo sucio, para luego ser los yanquis los que se queden con el botín. Y si para ello tienen que sacarse de encima a su sirviente Al Assad, lo harán sin dudarlo.
El imperialismo yanqui y las pandillas imperialistas de Maastricht son los más grandes enemigos de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo
Ellos crearon a los monstruos como Al Assad, el ISIS y el estado gendarme fascista de Israel. Ellos armaron hasta los dientes a la burguesía saudí que masacra en Yemen.
Ellos partieron y dividieron Libia, mientras lloran la muerte del embajador yanqui y de su aliado Qadafy.
Ellos organizaron el golpe militar de Al Sisi en Egipto, que está llevando al patíbulo a más de 40.000 presos políticos mientras liberan a Mubarak.
Ellos ahora quieren repartir los negocios directamente en Siria y en toda la región. Para eso hay que tener poder de fuego, con cañoneras y bayonetas en el terreno.
EEUU viene a reconstituir los dispositivos de dominio en todo el Magreb y Medio Oriente, donde se produce el 80% del petróleo y la energía con la que funciona la economía mundial.
Ellos, las pandillas imperialistas, son los que le han sacado la jornada laboral de 35 horas semanales a la clase obrera francesa. Son los que mantienen sin empleo al 23% de los trabajadores del Estado Español. Son los sinvergüenzas que han tratado a la clase obrera griega igual que los refugiados sirios. Son los que, como la Alemania imperialista, tienen en maquiladoras a millones de obreros en el este europeo.
Ellos, el imperialismo y las burguesías de oligarcas y asesinos de Rusia y China, son los más grandes enemigos de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo.
¡Fuera yanquis, Turquía, Rusia y todas las tropas invasoras de Siria!
¡Fuera la ONU, que con su manto de “pacifismo” encubre las peores de las masacres de Al Assad!
¡Fuera las conferencias de Ginebra, Viena y Astana, donde se planifica el genocidio del pueblo sirio!
¡Muera el perro Bashar y sus generales fascistas y terroristas! ¡Ellos y la CIA son el ISIS!
Los trabajadores norteamericanos y europeos son los aliados de las masas sirias. Son los que pueden golpear al imperialismo desde adentro. ¡Hay que ganar las calles de EEUU y toda Europa! ¡Hay que parar la máquina de guerra imperialista!
Cuanto más la burguesía imperialista invadió y masacró a las masas de Medio Oriente, cuanto más cerraron sus fronteras a los refugiados, peor le ha ido a los obreros norteamericanos y europeos. Así lo sufren hoy los trabajadores en EEUU, que luego de la invasión de Bush y del avance contrarrevolucionario comandado por Obama en Medio Oriente, hoy sufren desocupación, pérdida de hogares, pérdida del seguro de salud y reducción salarial. A no dudar que un imperialismo victorioso en Siria estará más fuerte para atacar a su propia clase obrera.
¡Hay que romper el cerco que la izquierda proassadista le impone a la revolución siria!
¡Hay que ganar las calles contra la masacre, sea con armas químicas, convencionales o de cualquier tipo!
¡Hay que hacer acciones de solidaridad en todo el mundo en apoyo a la revolución siria!
¡Hay que redoblar la ofensiva revolucionaria para derrocar al fascista Bashar en Damasco!
¡Fuera el genocida Al Assad!
¡Que las armas de la revolución vuelvan al pueblo! Todo el armamento debe estar a disposición de las masas revolucionarias, las que protagonizaron la revolución de 2011, para enfrentar al Bashar. ¡Que cada hombre tenga un fusil!
¡Hay que expropiar las fábricas, bancos y los bienes de la burguesía para tener fondos para resolver el problema del pan y la vivienda y poner todos los recursos disponibles para ganar la guerra!
¡Fuera los generales de la burguesía sunnita que, en la conferencia de Ginebra, entregan la revolución!
¡Por una Asamblea Nacional Siria con delegados votados 1 cada 10 mil de los campamentos de refugiados, los milicianos, trabajadores y campesinos pobres en cada aldea, ciudad y provincia liberada de las fuerzas de ocupación de Bashar!
¡Por una Siria revolucionaria de obreros y campesinos!
Comité Redactor del periódico sirio en árabe La Verdad de los Oprimidos