“…todavía el pueblo sirio sigue sin poder ser el que decida su propio destino,
eso es algo preocupante.”
Reportaje a Firas Fansa, organizador destacado de la solidaridad con la revolución siria en el estado español. Él es un joven de apenas 25 años, de familia siria que intenta transmitir la situación en ese país, para que todos conozcan la realidad que se vivía allí y por qué comenzó la revolución.
Ha viajado como voluntario a Turquía y a Grecia, para ayudar en lo que podía, como estudiante de medicina, a los miles de refugiados. Se comprometió con ellos a ser un embajador de su causa y darles voz a los que han querido acallar con bombas, masacre, cerco y traición.
Con un documental llamado “Voces desde Siria”, hecho por él mismo y con ayuda de amigos va dando charlas en las universidades y en los centros sociales para que todos conozcan lo que viene sufriendo el pueblo sirio y su lucha.
Cuéntanos quién eres y qué estás haciendo en apoyo a la revolución siria.
Me llamo Firas Fansa, soy hijo de Mohamed, un sirio de Alepo que vino a España y conoció a mi madre, la cual es española.
Tengo unas raíces sirias importantes ya que desde la infancia visitaba siria en verano para conocer a mi familia, para estar con ella y para poco a poco ir aprendiendo cosas sobre el país. Al día de hoy estoy estudiando medicina sobre el quinto curso de la Universidad Complutense de Madrid.
He considerado siempre imprescindible, desde que comenzó la revolución en Siria en el año 2011 tratar de conocer más acerca de lo que es mi país, mi gente y poder darles voz, ya que desde el principio era evidente que lo que ocurría en Siria no llegaba a España de ninguna manera o llegaba de una forma muy manipulada.
Ya vengo desde hace aproximadamente dos años realizando una serie de charlas, conferencias, también con un pequeño documental que he hecho más recientemente con entrevistas a refugiados sirios, hablando un poco de este conflicto tanto en universidades como en colegios o centros sociales. Para tratar, primero, de aclarar un poco como era la historia del conflicto, como se vivió todo desde el 2011 y desde antes, cómo se vivía en Siria, cómo era la represión por parte de un régimen instaurado por más de 40 años.
Cómo vivía mi propia familia, gente que yo conocía, en diversas visitas que hice al país y en Turquía y en Grecia, hablando con sirios de cómo era la situación de falta de libertad, de falta de derechos.
Los trabajadores en Siria antes trabajaban 24 horas al día para poder sacar adelante a su familia, de media un sirio dormía donde trabajaba o tenía que estar empleándose en diversos sitios para poder llegar a fin de mes por todas las trabas que les ponía el estado, por toda la corrupción que había. Todo ese contexto, toda esa situación es la que no se conocía en España y es la que yo quería encargarme, como un embajador de los sirios, de transmitir pues a la gente más cercana, a la gente joven y a chavales de colegios que están interesados y no tienen prejuicios. Eso es lo que he considerado que era más importante.
¿Cuál fue la recepción que tuviste en las distintas charlas que venís llevando adelante?
El problema en Siria, desde el inicio, es que no se ha querido dar voz a los propios sirios. Puedes encontrarte reuniones y conferencias hablando de Siria a nivel internacional, puedes encontrarte a gente llana y común de tu trabajo hablando de Siria y lo único que vas a escuchar son opiniones muy erradas.
Luego están grandes grupos políticos como los de la izquierda que directamente han decidido apoyar a este estado criminal que gobierna en Siria, por su supuesto antiimperialismo y antisionismo.
Toda esta gente, desde un principio, ha hablado de Siria sin conocerla, sin hablar con ningún sirio, sin expresar lo que los sirios contaban. Por supuesto que por los medios y otros canales de información siempre han sido silenciados.
Por eso el documental principalmente lo que trata de mostrar es a los propios sirios hablando de su historia, de su pasado, de su presente y de su futuro. Yo lo que quería es que ellos mismos pudiesen llegar directamente a la gente que me rodea, a la gente que asistía a estas charlas y que puedan ver una opinión de quienes son protagonistas de éste conflicto, de quienes lo están viviendo y están luchando y han sacrificado tanto de sus vidas, sus casas, sus familias.
Se encuentra mucha oposición en España por parte de la izquierda como por parte de la derecha, que es lo curioso y sorprende, que ambos extremos estén de acuerdo en un conflicto como en Siria eso huele mal, da mucho que pensar.
Al fin y al cabo, estoy encontrando muy buena respuesta por parte de la gente, siempre que se escucha algo de Siria.
Es sólo un granito de arena, pero lo primero, es concienciar a la gente sobre la realidad, porque con una visión tan eclipsada de lo que ocurre en Siria es difícil que la gente pueda solidarizarse con el pueblo.
Estos reportajes los has realizado tanto en Turquía como en Grecia. ¿Puedes contarnos cómo fue tu experiencia allí?
Esto fue el verano pasado, en 2016 y cuando llegué en el mes de agosto a Estambul era la primera vez en 7/8 años que veía a mi familia de nuevo. Llevaba mucho tiempo, desde 2009/10, sin verles ni a mis primos ni a mis tíos.
Las primeras palabras y los primeros abrazos fueron momentos muy emotivos. Lo primero que recuerdo de ese contacto allí, con los sirios que venían huyendo del país, es éste recuerdo emotivo con mi familia.
Fue con ellos con quienes empecé a desgranar todas sus vivencias que no habían podido contarme por teléfono desde Siria porque estaban controlados con riesgo de ser encarcelados en las cárceles de Assad, como ha sido encarcelado un primo que por suerte pudo salir.
Fue impactante conocer, de gente tan querida, las historias tan impactantes como el bombardeo que sufrían, por parte del régimen, en zonas liberadas.
El hecho de que mis primos iban al colegio y no sabían cada día si iban a volver. Todas estas cosas, o algunas de ellas, han formado parte del documental y a mí me han ayudado mucho a conocer cómo se sobrevivía allí, como se luchaba cada día de una forma increíble. Cómo mucha gente intentaba llevar una vida normal, seguir con la rutina.
Luego viajé a Grecia para colaborar como voluntario un poco en una clínica. Allí hablando con decenas de personas acabé completando el esquema de la situación y me sentí capaz de contarlo, de transmitirlo y difundirlo.
Antes de esto, aunque yo tenía familia siria, realmente quería conocer en profundidad el conflicto antes de hablar. Hay que evitar caer en lo que muchos caen, que es hablar con una completa ignorancia del conflicto.
En el documental, justo antes de las entrevistas, hay una pequeña genealogía de cómo empezó el conflicto. ¿Qué le dirías a los que dicen que en Siria no hay una revolución?
Lo que les diría es lo que trato de manifestar en el documental, que escuchen a los sirios. Yo no conozco a nadie que haya hablado con el pueblo sirio, no con afiliados al partido Baath, sino con sirios como la gran mayoría, que han luchado toda su vida por salir adelante y cuando tratan de pedir un poco de libertad, un poco de democracia se ven masacrados de esta forma tan brutal.
Yo creo que el mayor argumento es que escuchen a los sirios. La gente que trata de evitarles es porque saben que lo que van a contar puede quizás cambiar su esquema mental o romper su ideología en la que se encuentra y por la que apoyan al régimen.
Pero el pueblo sirio es el protagonista y sería muy hipócrita por nuestra parte no hacerle caso.
¿Como ves la reunión de Astana y a los generales de los distintos grupos armados que están en Siria?
Claramente, desde que empezaron las primeras reuniones de la oposición e incluso con ésta de Astana, que incluso tiene cierta similitud con las decisiones que han tomado estos generales importantes del ESL es inmovilismo al final.
Es inmovilismo de decir “hemos conquistado una zona, vamos a quedarnos acá”, porque quizás están recibiendo presiones de que no avancen más porque a alguien no le interesa. Muchas veces esta oposición ha estado prácticamente a metros del palacio presidencial de Damasco, o en otras zonas en Aleppo, con capacidad y recursos para completar esta revolución y que se hiciese efectiva y no ha querido.
En Astana han estado dándole vueltas a los mismos temas sin una participación real del pueblo sirio, ni de lo que ellos quieren. Van allí con unos sueldos envidiables, que nunca han fallado.
Yo me quedo con una frase del Ministro del Interior sirio, si no me equivoco, del régimen, que, a las pocas semanas del inicio de las manifestaciones en el 2011, dijo refiriéndose a la revolución que “vamos a destruiros, pero vamos a destruiros desde adentro”. Eso creo que es una tarea que el régimen ha llevado a cabo con gran eficacia, consiguiendo infiltrarse dentro de esta revolución e intentar destruirla desde adentro. Por eso todavía el pueblo sirio sigue sin poder ser el que decida su propio destino, eso es algo preocupante.
¿Qué le dirías a los que hoy siguen luchando en Siria?
La verdad, pensar que esto va a llegar a gente de Siria que está luchando, que está aguantando cosas que no me puedo ni imaginar y todo por luchar por la libertad de la gente, porque aparezca un poco de luz dentro de tanta oscuridad, como la que se ha instaurado en Siria desde hace tanto tiempo, ahora mismo siento una gran admiración y un gran respeto.
No sé si ellos mismos son conscientes de la magnitud de lo que están haciendo, pero desde luego para mí son héroes.
Son héroes los que están allí luchando, los que están allí ayudando a los que luchan, los que no luchan, pero siguen resistiendo porque son familiares los que están combatiendo, las familias que siguen allí, los equipos civiles de rescate, todos son héroes.
Simplemente estoy emocionado y agradecido porque siguen ahí y resisten cuando mucha gente no ha podido aguantar, o ha decidido escapar o les ha traicionado.
Simplemente decirles que sigan con la lucha, ellos mejor que nadie saben lo que tienen que hacer.