25 de octubre de 2016
Los compañeros de Iniciativa Anarquista desde la prisión de Koridalos de Grecia le rinden homenaje al socialista revolucionario sirio Abu Al Baraa
Escribimos estas líneas para hablar sobre Abu Al Baraa, un rebelde de Alepo que sucumbió por sus heridas. Él recibió estas heridas hace dos días por disparos de francotiradores en la batalla contra las fuerzas del sangriento régimen de Bashar Al Assad y sus aliados, para romper el cerco en el sur de Alepo.
En contra de todo estereotipo creado por la propaganda, él no era un islamista fanático, sino un socialista. En contra de la izquierda vendida, él continuó defendiendo la revolución hasta el final, contra las adversidades, y luchó para romper el cerco a Alepo participando en la Brigada León Sedov. Estos compañeros son la prueba viviente, que la lucha es posible bajo toda circunstancia. Donde el enemigo es una poderosa maquinaria militar que hace ataques aéreos indiscriminados. Donde los residentes no se animan a prender la luz porque están siendo atacados por los bombardeos asesinos de la aviación rusa. Donde organizaciones como el ESL o el islamista Fatah Al Sham (ex Al Nusra) expropian la revolución, imponiendo impuestos, controlando el negocio petrolero, y concentrando su poderío militar en puestos de control, para controlar el paso de productos y hacerse más ricos. Donde estas organizaciones hacen que los rebeldes se maten entre ellos solamente por su beneficio. En medio de la carnicería sin fin de Siria, donde los bombarderos de EEUU y de los estados europeos matan gente todos los días, que viven en lugares ocupados o usados temporalmente por el ISIS, un grupo creado por su propia mano.
Por lo tanto, bajo estas circunstancias, estos compañeros están intentando mantener viva la idea de los Comités de Coordinación revolucionarios, que expresaron la autoorganización en los comienzos de la revolución y que ahora están siendo eliminados por las luchas de facciones. Estos compañeros estaban a favor de la expropiación de los bancos en las manifestaciones recientes, que fueron impedidas por las organizaciones citadas antes porque no querían que ellas se transformaran en un obstáculo para sus intereses. Ellos expresan un análisis antiimperialista en contra de los ejércitos involucrados. Estos compañeros estaban a la cabeza de las movilizaciones en la Alepo sitiada, que exigían al ESL y Al Nusra que entregaran las armas al pueblo para que éste auto organizara su defensa contra el régimen (que fuera negada por los sindicatos). Ellos dan su vida en batallas contra maquinarias militares asesinas. Estos compañeros no se fueron de Siria, no abandonaron la revolución en las manos de los enemigos.
Desafortunadamente, aquí su voz no se escucha. Mientras la revolución siria se ahogaba en sangre, su voz es sofocada por la propaganda... una propaganda no solo hecha desde la derecha, sino fundamentalmente por parte de la izquierda, porque la mayoría se ha olvidado de la guerra social y se ha involucrado en los juegos geopolíticos entre estados imperialistas. En última instancia, en lugar de defender una revolución, desprecian y abandonan a poblaciones enteras a la carnicería imperialista, hablando con terminología del estado, y en su forma extrema terminan mostrando a Rusia como una potencia no imperialista y defendiendo al asesino Al Assad. Como parte de esta propaganda, a la revolución siria se la descalifica presentándola como un conflicto étnico o religioso.
Lamentablemente, incluso partes del movimiento anarquista o bien regurgitan los análisis estatales de la izquierda del régimen o simplemente no les importa esta cuestión a la que no pueden hacer frente con sus pre-concepciones ideológicas.
Ha llegado la hora de romper el silencio; de romper el aislamiento político; de hacer acciones efectivas y no solamente humanitarias en solidaridad con el pueblo sirio masacrado. Cuando una guerra lleva más de seis años, que ha costado cientos de miles de muertos y millones de desplazados, hay una severa falta de organización de movilizaciones contra la guerra. El aumento de la presión interna y el costo político es la única manera de forzar a los estados imperialistas a parar los bombardeos. Las excusas acerca de la naturaleza de la oposición siria no tienen sentido, ya que Saddam era un dictador brutal y eso no impidió marchas contra la guerra en Irak, o las referencias islámicas de Hamas no impidieron la solidaridad con la resistencia palestina. Similarmente en el caso de Siria, es una necesidad organizar marchas contra la guerra.
Abu Al Baraa, además de pelear diariamente por romper el cerco a Alepo de las fuerzas de Assad y sus aliados, estaba luchando por romper el cerco político a la revolución siria. Era uno de los co-autores del libro Siria Bajo Fuego, una revolución ensangrentada y escribía para el periódico en árabe La Verdad de los Oprimidos.
Nosotros hemos tenido una correspondencia con Abu Al Baraa y la Brigada León Sedov, y vamos a publicar la última carta que él nos envió sobre un aporte financiero simbólico que quisimos enviarles. La hemos traducido y publicado porque refleja la forma de pensar, su ética y su deseo de solidaridad por parte de los luchadores que pelean allí, y que están siendo muy calumniados. Esta carta bien podría estar dirigida a todos los compañeros, no solo a nosotros, y personalmente nos hace considerar las responsabilidades de nuestra propia inactividad.
Anarquistas del Ala D
de la prisión de Koridallos
|