Argentina - 17 de marzo de 2018
ACTO-HOMENAJE EN EL
7° ANIVERSARIO
DE LA REVOLUCIÓN SIRIA
Intervención de Abu Muad
“El mejor aliado que tuvo Al Assad y el imperialismo en Siria fueron los supuestos generales 'democráticos' y la supuesta burguesía 'opositora' del ESL
que desorganizaron a la resistencia”
El compañero Ahmed Rahal que acaba de intervenir es uno de los últimos periodistas que quedan en Siria. Él difunde el periódico “La Verdad de los oprimidos”. Ha escrito también artículos para el periódico y por segunda vez consecutiva participa de este aniversario de la revolución siria. Él nos acaba de dar un extenso informe de la situación en Ghouta oriental, que queda al oeste de Damasco que es la capital de Siria. Es uno de los barrios obreros más grandes, donde hay más concentración de industrias y fábricas; es el parque industrial de Damasco. Eso es Ghouta. Es ahí donde resisten los obreros en la última trinchera y es ahí donde el ejército de Bashar y todos sus aliados están dando el último golpe (…)
Puede sonar feo lo que digo, pero Ghouta es el último cuento de la película. Estamos acá, lamentablemente, recordando 7 años de masacre de la revolución siria. Y Ghouta también es mirar un espejo retrovisor, porque si bien vemos muchas fotos y videos, es una ínfima parte de todo lo que pasó en estos 7 años de masacre, de golpes contrarrevolucionarios uno atrás del otro. Esta saña se ve hoy en Ghouta.
Ahora bien, nosotros también tratamos de ver las cosas por su opuesto. Tanta masacre, tanto bombardeo, tanta fuerza contrarrevolucionaria unificada bajo la conferencia de Ginebra, donde están los yanquis, los rusos, Hezbollah, Irán, es porque hubo una enorme revolución. Ghouta representa hoy la enorme cadena de revoluciones que hubo en todo el Magreb y Medio Oriente, que amenazó con entrar a Europa e incluso a Estados Unidos. Tenían que pararla en algún punto y Siria era crucial porque comparte fronteras con el sionismo. Si avanzaba la revolución en Siria y caía Bashar al sionismo le quedaban dos días de vida.
Por eso tanta saña, tanta bronca, tanto odio de clase de las potencias imperialistas para con el parque industrial de Damasco. (…)
Imagínense lo que es mover 20.000 soldados en menos de una semana de un país a otro. Cada bomba que tira Putin, cada bomba que tira Estados Unidos, el imperialismo lo hace sabiendo que lo que destroza lo tiene que reconstruir y hay negocios jugosos. Pero lo hace también por odio de clase porque sabe que a quienes están matando es a la clase obrera que se levantó diciendo “basta. Quiero pan” y la reventaron.
Ahora, qué fortaleza tiene esa clase obrera que sale de debajo de los escombros y hombres, mujeres y niños siguen peleando.
7 años compañeros… Tenemos que tener en cuenta que Irak cayó en menos de un año, Afganistán en menos de 6 meses… Si esto duró 7 años es porque el heroico pueblo de Estados Unidos dijo “no a la guerra de Bush”, “no a la guerra de Obama”, “no a la guerra de Trump” y se están negando a listarse para ir a matar obreros en Medio Oriente. Y ese es el problema que tiene Estados Unidos: que no puede intervenir directamente y por eso manda a sus perros. Donde puede, manda alguna bomba, pero tiene un límite, porque la clase obrera se lo está impidiendo.
Fueron 7 años de masacre compañeros, 7 años donde no faltó heroísmo de las masas sino una dirección proletaria que se ponga a la cabeza de su lucha. Las direcciones proletarias, bien lejos de la revolución, le dejaron la dirección a la burguesía “opositora”, a la burguesía sunnita de Siria, a los generales liberales del ESL, que antes fueron generales de Bashar y de un día para el otro, levantaron la bandera de la revolución para expropiarla y entregársela en bandeja al perro Bashar.
Por eso hoy tenemos que dejar bien en claro que el mejor aliado que tuvo Al Assad y el imperialismo en Siria fueron los supuestos generales “democráticos” y la supuesta burguesía “opositora” del ESL que lo único que hicieron fue desorganizar a la resistencia, matar obreros y dejar tirados a 15 millones de refugiados en las fronteras sirias, padeciendo las peores miserias y las mujeres cambiando pan por sexo.
Así están las masas sirias. ¿Qué culpa les vamos a echar? ¿Qué les vamos a decir? Si el ESL en las zonas que controlaba imponía casi las mismas condiciones de vida y de calidad que el perro Bashar. Donde controlaba el ESL había carestía de la vida. Controlaba los puestos de alimentos y subían y bajaban los precios como querían. ¿Qué le vamos a pedir a las masas? ¿Que se pongan la remera del ESL y salgan a combatir?
Al no haber un programa revolucionario, las masas terminaron duramente derrotadas. El problema es que los que supuestamente pelean por un programa revolucionario, que son todos los partidos que se dicen de izquierda, que tienen diputados como acá el FIT, el SWP inglés, el NPA, que manejan ONGs, que tienen aportes enormes, que tienen todas las condiciones para entrar y darle una buena mano a la revolución siria, se encargaron de cercarla y de mentir.
Lo último que escuché fue que el PTS dice que hay una “guerra santa” en Siria, entre los chiítas y los sunnitas. Chiítas y sunnitas son dos ramas del islamismo, enfrentadas entre sí por diferencias de párrafos y estrofas de un libro supuestamente sagrado que es el Corán. Respetamos a todo aquel que lleva la cabeza 5 veces al día para rezar al suelo, pero obviamente no lo compartimos cuando eso se interpone con las tareas revolucionarias que tiene cada uno. El problema es que la izquierda nos quiere hacer creer que todos los obreros que están en los cordones industriales de Siria resistiendo hasta el final, para que no le masacren a sus esposas, hermanos e hijas, para que no le saquen las casas, lo hacen todo en nombre de Alá. Eso es mentira, porque jamás en la historia hubo una “guerra santa”. Lo que nos quieren hacer creer es que son todos obreros atrasados, que no pueden hacer otra cosa que la religión, algo abstracto.
La realidad camaradas es que si uno sabe del tema y se mete… Y sí camaradas, el 90% de la gente en Siria es sunnita y el otro 10% es alawita y chiíta. Y qué casualidad que el sunnismo y el chiísmo están enfrentados. El problema es que cuando el sunnita que está muerto de hambre se pelea con el alawita que es el gerente de la empresa, el jefe o el patrón, no lo hace por el Corán o porque tienen diferencias entre un profeta y otro; lo hace porque se cansó de que el chiíta o el alawita lo azoten a latigazos todos los días para que produzca en las fábricas, para que le hagan su casa, para que le limpien el cuarto. Entonces es fácil confundir a los pueblos del mundo diciendo es una pelea entre sunnitas y chiítas. Pero no, no es un problema entre sunnitas y chiítas, el problema es un problema de clase. Si el sunnita es obrero y el alawita es patrón, siempre se van a dar a los tiros. Porque al alawita no le importa nada la religión y lo va a explotar hasta el final.
Y así pasa entre los sunnitas mismos: a la burguesía sunnita no le importa nada su base que es sunnita y la entrega, negocia y cuando tiene que pactar, pacta. Y cuando tienen que llevarse plata por sangre, se la llevan. Esto creo que tiene que quedar clarísimo camaradas.
Vuelvo a repetir: no es menor que los últimos bastiones donde se atalona la resistencia siria sean barrios obreros, ciudades obreras, parques industriales. El obrero conoce su máquina, el obrero conoce su territorio y lo defiende a muerte. Ya lo decían las esposas de los trabajadores de Ghouta: “de acá no nos vamos, acá criamos a nuestros hijos, acá los parimos y de acá no pensamos irnos”.
En estos 7 años estuvieron las condiciones para ganar. La clase obrera se tomó casi el 70% del país, sobre todo los campos industriales; y tuvieron que inventar una fuerza tipo Al Qaeda, que se llamó ISIS, para prevenir que los obreros petroleros, que son los que manejan Medio Oriente, no se tomen los pozos y fueron degollados en nombre de la religión… ¡mentira! Fuera en nombre del imperialismo y sus transnacionales. Y si en estos 7 años no se triunfó, vuelvo a repetir, fue porque sobraron las traiciones.
Recién el camarada Ahmed, que mientras hablaba le cayó una bomba cerca, dijo “yo tengo fe que la revolución sigue viva, porque sé que la revolución está viva en cada camarada, en el corazón de cada sirio y en el corazón de cada oprimido”. Por eso las condiciones de la victoria no fueron derrotadas y todavía tenemos posibilidades de triunfar.