Siria- 27/3/2018
Desde la conferencia de Ginebra, bajo el mando de EEUU, vienen a imponer el aplastamiento de las últimas trincheras de la revolución como Ghouta y la partición de Siria
El domingo 18/3 al amanecer ingresaron las tropas turcas y del ESL que estaban bajo su mando (dirigidas por generales de la burguesía sunnita sirvientes de Erdogan) a Afrin, una ciudad kurda en el norte de Siria. Apenas unas horas más tarde, en la mañana de ese domingo, Turquía anunciaba este hecho en la prensa mundial, mostrando sus tropas en el centro de la ciudad de Afrin con banderas turcas. No hubo batallas a las puertas de Afrin. Las fuerzas bajo el mando de Erdogan no encontraron ninguna resistencia. Las tropas de Al Assad, que habian tomado el control de la ciudad semanas atrás de la mano del del PKK y las YPG, le abrieron paso a Turquía y la ciudad ya estaba evacuada. Mientras tanto, los aviones de Al Assad y el asesino Putin reducían Ghouta a cenizas y bombardeaban Idlib, dos de las últimas trincheras de la revolución. Los generales del ESL debilitaron las fuerzas de la resistencia en Ghouta e Idlib (dejándolas a merced de Al Assad y Putin) para ponerse bajo el mando de Turquía en Afrin. Estamos ante una entrega de Ghouta y de Idlib por parte de los generales del ESL. Ayer hicieron lo mismo entregando la capital de la resistencia, cambiando Alepo por Jarabulus. Es decir, retiraron fuerzas de Alepo que combatían a Bashar y las llevaron a Jarabulus, también bajo las órdenes turcas, a “enfrentar al ISIS” para que Erdogan controle luego ese paso fronterizo y más tarde el de Azaz. Esto fue así acordado en la conferencia de Ginebra, el estado mayor de la contrarrevolución para Siria y Medio Oriente. Allí se coordinan Al Assad, Putin, Erdogan y los generales del ESL bajo el comando yanqui. Esta conferencia viene funcionando desde 2013 y es una mesa de operaciones donde acuerdan el accionar de cada uno de los agentes para derrotar la revolución y también la partición de Siria. En la última reunión en diciembre del año pasado, se resolvió nuevamente que Al Assad se quedaba en Damasco, puesto que aún era necesario una masacre superior a las últimas trincheras de la revolución como Ghouta e Idlib. Allí se definió el intercambio de Ghouta por Afrin donde Turquía se queda con esta última, y Bashar y Putin, aplastan Ghouta.
En Siria se están escribiendo los últimos capítulos de una revolución ensangrentada y mil veces traicionada Este intercambio sucede en momentos en donde desde la Conferencia de Ginebra vienen a terminar de derrotar la revolución y repartirse el botín de la Siria ensangrentada. En Siria se están escribiendo los capítulos finales de una revolución masacrada y traicionada por todos los partidos de la izquierda reformista que la cercaron. Sobre esa base, en la conferencia de Ginebra se negocia cómo quedarán los negocios de la Siria post-revolución. En primer lugar, con EEUU, ya con bases militares y tropas propias en el terreno, quedándose con los pozos de petróleo en Raqa y Deir ez Zor y el negocio de la reconstrucción de Siria: son 200 mil millones de dólares que el estado sirio deberá pedir como créditos a los bancos yanquis. Es decir, avanzamos a una Siria protectorado, invadida militarmente y totalmente endeudada y dependiente económicamente de EEUU. Este es el resultado del triunfo de Al Assad y la contrarrevolución: una Siria sometida al imperialismo, el cual se erige como el verdadero y gran vencedor de la guerra. Por su parte, Turquía también ha negociado su parte desde Ginebra. Se queda con el control del paso de comercio y sobre todo de los oleoductos. Es que ese es su lugar en la división mundial del trabajo: es gendarme de la OTAN y garante de esos oleoductos. Por eso ha pisado ya con su ejército la zona del norte de Siria de Azaz y Jarabulus (oeste del Éufrates) y por eso también ese cambio de Ghouta por Afrin, que ha quedado bajo la égida turca. Rusia no se queda con nada, sólo puede vender armas. Su rol de Putín es de sicario para aplastar la revolución.
El PKK le da las llaves de Afrin a Al Assad y éste le abre las puertas a Erdogan Cuando Erdogan anunció que su ejército iba a invadir Afrin, el PKK, el stalinismo kurdo, que está bajo la disciplina de EEUU y sus 10 bases militares de Rojava, entregó las llaves de Afrin a Al Assad, el cual ingresó con sus tropas. El PKK decía que las tropas de Al Assad los defenderían de Turquía y, con sus YPG, llevó al pueblo kurdo a salir a la calle para festejar el ingreso de los tanques de Bashar como si fueran “tropas de liberación”. Es decir que el PKK utilizó la “amenaza” del ejército turco como una “pistola en la sien” para disciplinar a los explotados kurdos de Afrin a Al Assad, quien, junto a Rusia, terminó abriéndole las puertas a Erdogan. Esta es una tragedia para el pueblo kurdo de Afrin. Es el resultado de la política del PKK y toda la izquierda reformista mundial que se encolumnó tras su dirección. La izquierda mundial llamó a defender Afrin silenciando la masacre en Ghouta e Idlib. Con esto creó una “cortina de humo” para esconder a nivel internacional que se estaban reduciendo a cenizas las últimas trincheras de la revolución. Asimismo, tuvieron una política que fue un apoyo al PKK stalinista, afirmando que “lo único progresivo en Siria son los kurdos”, cuando el PKK había pactado con Bashar ya en el año 2012, separando al pueblo kurdo de sus hermanos de clase oprimidos de toda Siria que se encontraban combatiendo por el triunfo de la revolución. El PKK llevó al pueblo kurdo a un frente con Bashar y Putin, los asesinos de las masas sirias. A fines de 2016, Afrin había sido parte del cerco a Alepo, la capital de la resistencia. Los barrios kurdos de esa ciudad fueron centros donde las fuerzas genocidas del régimen y de Rusia hacían base para luego avanzar sobre los barrios rebeldes, demoliéndolos y masacrando a mansalva. En cada ciudad siria de mayoría kurda donde se encontraba el PKK, éste llevó adelante una política “anti-árabe”, incluso utilizando sus YPG para expulsar a los árabes que vivían allí y dejar solo kurdos. El stalinismo creó un río de sangre entre los explotados kurdos y árabes de toda Siria. Es en esta división que se asienta Turquía para ingresar a Afrin con tropas del ESL. Ante la resistencia siria, Turquía se viste de “libertadora de Afrin”, cuando lo único que está haciendo es ponerla bajo la égida turca, mientras le ordena al ESL retirar fuerzas de Ghouta e Idlib, permitiendo el avance de Al Assad. El PKK afirmaba que con Bashar, Rusia y EEUU, el pueblo kurdo conseguiría el derecho su autodeterminación. Esto equivalió a dar por derrotada de antemano la lucha por la autodeterminación nacional del pueblo kurdo, porque lo sometió a sus verdugos y lo enfrentó a sus aliados, las masas sirias. ¡El PKK y todos los partidos de la izquierda reformista que lo siguieron deben responder ante la clase obrera mundial por la tragedia que significó para las masas sirias y kurdas su política traidora! Ellos cercaron la revolución siria, apoyaron al genocida Al Assad y decían defender al pueblo kurdo, pero fueron sus entregadores.
La última palabra no está dicha Pero la última palabra no está dicha. La resistencia no se ha rendido. Las masas en Idlib ganan las calles por que se abran los frentes para realizar una lucha unificada por la caída del régimen. Marchan y salen a combatir los sectores más oprimidos de la clase obrera siria como las mujeres. En Ghouta, la gente vive en sótanos y túneles para refugiarse de los bombardeos y se niega a rendirse, afirmando que no dejarán su tierra. ¡Todas las fuerzas de la resistencia siria deben concentrarse para defender Idlib y marchar a romper el cerco a Ghouta! ¡Paremos la masacre de Al Assad y Putin sobre Ghouta y las ciudades rebeldes! ¡Hay que abrir los frentes para defender las últimas trincheras de la revolución y unificar los combates por la caída del régimen! ¡Abajo la conferencia de Ginebra! La revolución siria vive y es una sola con todos los explotados de Magreb y Medio Oriente. De Palestina a Yemen, de El Cairo a Idlib, ¡Una misma intifada! La clase obrera mundial debe ganar las calles en solidaridad con sus hermanos de clase de Siria. ¡Organicemos marchas a todas las embajadas del genocida Al Assad y Putin en el mundo! ¡Ganemos las calles de todas las capitales del planeta! A nivel internacional, ¡una misma clase, una misma lucha contra el mismo enemigo: el imperialismo y todos sus sirvientes y sicarios!
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