Por la mañana, los criminales entraban para distribuir una comida al día, la cual no alcanzaba ni para un niño chico. Abrían cada dormitorio y distribuían esa poca comida para los presos. Luego de que terminaban, se iban del ala y nos daban la orden de comenzar a comer y en 5 minutos ya teníamos que haber terminado esa poca comida.
Una vez, cuando se estaba yendo del ala, el carcelero escuchó un sonido que provenía del cuarto dormitorio, por lo que abrió la pequeña ventana de la puerta del dormitorio y preguntó al presidente del dormitorio (n. del t.: el preso que los carceleros designan como responsable de hacer cumplir sus órdenes y quien recibe los castigos cuando alguno de los presos no lo hace): “Prostituta del dormitorio, hijo de p…, ¿movieron la bolsa de pan antes de que yo salga del ala y dé la orden de comenzar a comer?”
El presidente del dormitorio respondió: “Señor, por Dios que nadie movió nada y cada uno siguió la regla de no mover nada”.
Entonces el carcelero le respondió con todo sarcasmo: “Dios mejor ve la bolsa (n. del t.: la vagina) peluda de tu hermana”. Cerró la pequeña ventana y siguió su camino diciéndole al otro carcelero criminal que estaba caminando con él en el ala: “¿Por qué no retiramos las provisiones y las dejamos para otro día mejor, cuando sea urgente?”Por supuesto que esa bolsa era una bolsa de muertos, para acostumbrarnos a eso a los prisioneros en esa prisión terrible de Saidnaya. El carcelero prepara al preso para la muerte, para cumplir su promesa en el menor tiempo posible, lo que significa que los días en la cárcel son pocos y comienzan en cuenta regresiva, con momentos de terror y horror y hasta asesinatos por parte de los asesinos criminales.
El carcelero abrió la puerta del dormitorio, entró y repitió la pregunta al presidente del dormitorio: “¿Quién movió la bolsa, hijo de…?”
El preso respondió con la misma respuesta anterior: “Por Dios que nadie movió nada, señor”
Y aquí comenzaron momentos difíciles, de dolor y de opresión.
El carcelero le dijo: “recuéstate sobre tu espalda”. El preso se recostó sobre su espalda y los carceleros empezaron a pisotearlo fuertemente con sus pesadas botas militares. Los golpes se concentraron en su cara y su pecho, con toda la fuerza. Hicieron de los más feos tipos de asesinato, crimen y tortura, hasta que se convirtió en un cadáver. Murió con las costillas rotas y todo dentro de su cuerpo que se movía se paró. Luego de que terminaron con él y lo mataron, el carcelero gritó con voz fuerte y atemorizante “¿Quién quiere ser el presidente del dormitorio en vez de este perro?” El silencio y la calma nos dominaban a todos por los horrores del crimen del asesinato de nuestro amigo preso delante de todos.
Pero a él no le gustaba la calma, y dijo “¿No hay alguien que quiera ser presidente del dormitorio? Bien, entonces yo voy a elegir un presidente del dormitorio y me voy a ir a descansar de verlos a ustedes cerdos”.
Se acercó a uno de los presos, lo arrastró hacia atrás y le dijo “vos sos el presidente del dormitorio”. Le respondió “estoy listo, señor”. Entonces el carcelero dijo “recuéstate” y comenzó la misma tortura de la misma forma criminal hasta que se convirtió en un cadáver, como su amigo preso antes que él.
Luego exclamó con voz alta “Para que mi bota le tenga piedad a todos, cerdos, estas son bolsas de muchas muertes, no coman de ellas o morirán con las bolsas sobre ustedes”. Y luego de eso preguntó “¿Quién va a ser el presidente del dormitorio?”.
Un preso levantó su mano y le dijo “yo, señor, voy a ser el presidente del dormitorio”. El carcelero le dijo: “Y te prometo que dentro de poco tu destino será como el de ellos, prostituta”. Entonces acercó su pie al preso y comenzó el procedimiento de juramento, y él dijo “Dios lo acompañe, señor; y que cuide de su tierra, señor”.
Luego de eso, los criminales salieron del dormitorio, cerraron la puerta y fueron a traer bolsas para los presos asesinados bajo tortura. Los pusieron en las bolsas y los sacaron del dormitorio.
¡Qué crimen y opresión, que por un movimiento pequeño de la bolsa de pan que escuchó el carcelero criminal asesinó a dos jóvenes presos y le prometieron al tercero que lo matarían de la misma forma!
¿Acaso esto es ser humano? Son asesinos criminales surgidos del régimen de Al Assad.
Oh Dios, véngate de quienes nos oprimen, acepta a nuestros mártires, cura a nuestros heridos, y que en ti mantengamos nuestro camino, oh señor que todo lo puede lograr.
Mohammed Abu Faysal |
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