Ante el hambre, la devaluación y la gran carestía de la vida, Las masas ganan las calles y chocan contra Hezbollah
¡Para poder comer hay que derribar al régimen!
El levantamiento de las masas libanesas no deja de desarrollarse. Empujados por la creciente e incesante carestía de la vida, desde abril los explotados volvieron a las calles en sucesivas marchas, bloqueos de carreteras, choques con la policía y el ejército. Buscan el pany lo mínimo indispensable para poder comer y mantener la higiene ante los crecientes casos de coronavirus. Pero hasta eso les es negado, con altos precios dolarizados y una muy fuerte devaluación, sumada a la creciente desocupación, agravada por los despidos en épocas de cuarentena por coronavirus.Los que más padecen estas condiciones son los refugiados, tanto sirios como palestinos, que ya de por sí tienen un salario menor a la mitad del promedio, una mayor desocupación y sus viviendas más precarias, viviendo en condiciones infrahumanas, hacinados y muchas veces sin agua potable.
Por ello, durante las últimas semanas no solo hubieron movilizaciones en las principales ciudades, sino que además se cortaron todas las rutas del país. La gran convocatoria era para el día de hoy, a marchar desde todas las ciudades a la Plaza de los Mártires en Beirut por la caída del régimen.
En los días previos, el gobierno aprovechó un rebrote de casos de COVID-19 para volver a la cuarentena estricta y prohibir movilizaciones. Militarizó las calles sacando al ejército. Hezbollah realizó marchas, con armas en la mano, amenazando con disparar a todo aquel que marche sobre Beirut. Después de todo, Hezbollah integra el gobierno de Líbano y es uno de los principales pilares donde se sostiene el poder de los explotadores.
Pero los explotados no retrocedieron y llegaron a la capital, puesto que se trata del pan de sus familias. Hezbollah intentó dispersar y comenzaron los enfrentamientos. Los explotados se defendieron con piedras y levantando barricadas. El ejército entonces aprovechó la situación para posar de neutral y “separar”, lo que significa usar su fuerza para desalojar las calles. Pero los enfrentamientos continúan. Es que los trabajadores y el pueblo se niegan a volver a sus casas con las manos vacías y seguir viendo a sus hijos hambrientos.
Los padecimientos sin fin de las masas en un Líbano quebrado y saqueado por el imperialismo
Líbano es un país quebrado por el saqueo del imperialismo. Su deuda externa representa el 170% del PBI. Las reservas de dólares se han vaciado tanto que ha devaluado la libra libanesa, quedando hoy en 1400 a precio oficial, y a 4300 en el mercado paralelo. Cabe destacar que es casi imposible conseguir dólares a precio oficialen casas de cambio o bancos e inclusive hay grandes restricciones para retirar los ahorros de las cuentas bancarias.Así, el verdadero valor de la libra libanesa es el del mercado paralelo.
Esto lleva a que el salario promedio sea de 150 dólares mensuales, la mitad si hablamos para los refugiados. Y, como dijimos más arriba, los precios están dolarizados, llegando a costar 2 dólares la manteca, 1 dólar el litro de leche, casi 1 dólar el kilo de pan, 1 dólar el kilo de la mayoría de las frutas y verduras, por tan solo mencionar algunos ejemplos.
La infraestructura está destruida. El gobierno solo garantiza entre 8 y 12 horas diarias a 30 dólares por mes. Cualquier hora extra de electricidad tiene que ser provista por un generador particular que funciona con combustible, por lo que su costo solo puede ser cubierto por los que ganan por encima del promedio. Esto quiere decir que la mayoría de Líbano no cuenta con electricidad en más de la mitad del día.
Líbano está quebrado. Hasta el último centavo de dólar fue para pagar la deuda externa y sin embargo Líbano está en default, lo que significa que el imperialismo no tuvo suficiente y quiere más. El FMI exige el pago de deuda a costa de un mayor ajuste, pero las masas no se lo permiten.
Ya en octubre pasado el gobierno había lanzado un ataque brutal a las masas, llegando inclusive a poner un impuesto a las llamadas de What’s App. Las masas se levantaron y terminaron derribando al primer ministro Hariri. Ante el reflujo en época de pandemia y cuarentena, el gobierno nombró otro primer ministro, Hassan Diab, quien asumió en febrero pasado. Comenzó a profundizar el plan de ataque a las masas para pagarle al FMI, llevando los padecimientos a niveles insostenibles. Entonces los explotados respondieron.
Hoy, el gobierno habla de una “negociación con el FMI” y promete que vendrá un nuevo “paquete de ayuda” para aceitar la economía y aliviar el ahogo financiero. Pero esto ya no engaña a nadie. Los explotados saben que el FMI solo está para llevarse los dólares, los bancos solo están para robarles sus ahorros y sus salarios, y el banco central, Hezbollah y el gobierno son todos corruptos que no hacen más que embolsarse grandes fortunas mientras dejan al pueblo en la miseria. Lo que el gobierno y el FMI discuten es cómo derrotar a las masas y hacerles pagar aún más la deuda externa.
Para tener pan, ¡hay que derrotar a Hezbollah y su gobierno de millonarios!
La situación no se aguanta más. Las masas no dejan las calles. Identifican a su enemigo: los bancos –que en las últimas semanas fueron blanco del odio de los explotados- el imperialismo, el gobierno y Hezbollah, esos clérigos multimillonarios que viven como reyes y con sus guardias sostienen al gobierno reprimiendo al pueblo, tal como sostienen a Al Assad masacrando en Siria.
El gobierno quiere volver a imponer cuarentena para que las masas salgan de la calle. Pero ¡con hambre no hay cuarentena!Para conquistar el pan, hay que derrocar al gobierno y a todo el régimen, empezando por su principal sostén y guardia armada de Hezbollah. El desarme de sus brigadas antiobreras es la principal consigna que resuena hoy en las calles de Beirut.
¡El pueblo quiere la caída del régimen! ¡Hay que expropiar los bancos para recuperar las riquezas robadas al pueblo! ¡No al pago de la deuda externa! ¡Fuera el FMI! ¡Trabajo digno para todos, con un salario igual a la canasta familiar, comenzando por los refugiados! ¡A igual trabajo, igual salario y plenos derechos y papeles para todos los refugiados!
Por Comités de abastecimiento y de control de precios por cada localidad para combatir la carestía de la vida y asegurar que toda familia obrera libanesa tenga pan.
¡Por comités de autodefensa para defenderse de la represión de Hezbollah y el Estado libanés!
Desde las barricadas ya comienzan a organizarse y coordinarse las movilizaciones y bloqueos de carreteras. Ese es el embrión de poder de los de abajo. Estos organismos donde las masas se organizan para tomar la resolución de sus problemas en sus manos es lo que se necesita extender, desarrollar y coordinar a nivel local, regional y nacional. ¡Hay que destruir el poder burgués! ¡Paso al poder de los de abajo! ¡Fuera el gobierno de Diab, Hezbollah y la burguesía cristiana, todos operadores locales del FMI! ¡Por un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino!
En Líbano, con el triunfo de la revolución, haremos justicia con los mártires de Siria masacrados por Hezbollah y sus aliados Al Assad, los ayatollahs iraníes y Putin. El levantamiento libanés es hermano de la resistencia siria en Idlib, de los explotados en Irán y de la enorme revolución en Irak que no deja las calles. Es una misma pelea que la del pueblo palestino, enfrentando a los guardianes de la frontera norte del estado sionista.¡Que caigan los regímenes opresores de Medio Oriente! ¡Por la destrucción del estado sionista-fascista de Israel!
Es un mismo puño de los explotados golpeando a los explotadores, sus gobiernos y regímenes de opresión, cuya vanguardia se encuentra hoy sublevada en el corazón de los países imperialistas. Grandes revueltas sacuden las principales ciudades de EEUU, como también París en Francia. ¡Allí están los más grandes aliados de los explotados libaneses, que golpean al corazón de la bestia imperialista y el FMI, los jefes del gobierno libanés! De Líbano a Irak, Siria, Irán, Palestina, Francia y EEUU… ¡Una misma lucha contra un mismo enemigo!
Comité Redactor de "La Verdad de los Oprimidos"
11 de junio de 2020- Medianoche
Líbano
Las masas siguen en las calles. Los caminos están cortados. Todas las rutas están bloqueadas con barricadas. Las principales ciudades quedaron cercadas. En simultaneo, se quemó en Beirut y la sede del banco central de Líbano en Trípoli. En esta última ciudad hay enormes choques. El ejército está ingresando hasta con tanques. La situación es desesperante. La lira libanesa subió hoy de 5500 a 7000, cuando a principios de semana estaba 4300.