Siria
02 de junio de 2020

Llamamiento desde el corazón de la resistencia en Idlib, bajo los escombros de las ciudades devastadas por el fascista Al Assad

En EEUU y en Siria nos golpea un mismo enemigo,
Tenemos que responder con una misma lucha

¡Por un día de furia internacional!
Ganemos las calles al grito de ¡Sin justicia no hay paz!

Desde los esclavos de la Siria martirizada a los esclavos de las metrópolis que se sublevaron en el corazón de la bestia imperialista yanqui y francesa: ¡Este sistema capitalista pestilente no nos deja respirar! Nos asesinan aquí y en EEUU como a nuestro hermano George Floyd. Tanto ustedes como nosotros somos miles de parias buscando un lugar para poder dar un pedazo de pan a nuestras familias y hasta eso nos es negado. En 2011, cuando comenzamos nuestras revueltas contra los regímenes más autoritarios del planeta, muchos ricos con saco y corbata nos decían a gritos que lo que necesitábamos era “democracia electoral”. Y se ofuscaban o nos atacaban cuando poníamos en pie los comités de coordinación con democracia directa. Hoy, ante el asesinato de George Floyd ha quedado más que demostrado que el país “más democrático del mundo” no respeta ni el color de piel de sus oprimidos, a los que asesina no solo con su policía. La mayor proporción de muertos por COVID-19 son negros e inmigrantes, porque fueron puestos a hacer los trabajos más expuestos al contagio y sin equipo de protección personal. Hoy, ellos se han rebelado, con el conjunto de los trabajadores en EEUU, que no aguantan más los millones de despidos, la falta de seguro médico y de vivienda. Más que nunca nos unimos con todas nuestras fuerzas a esa lucha que llevan adelante contra el régimen hambreador y saqueador norteamericano. A ellos los asfixia la policía con la rodilla como las fuerzas del estado asesino. Aquí nos asfixian con gases sarín y mostaza con su agente Bashar,bajo el manto de los acuerdos de paz de Sochi entre Erdogan y Putin,bendecidos por Trump.Allí los desalojan de sus hogares por no pagar la hipoteca. Aquí nos echan a los bombazos dejando nuestros hogares hechos polvo y escombro, por ello sin justicia contra Assad no hay Paz. Ustedes han sido arrancados de su tierra natal en África y llevados como esclavos al estado imperialista más feroz. Nuestra suerte aquí en Siria es similar pues a bombazos han destrozado nuestros hogares y nos utilizan como mano de obra esclava en Turquía y en diferentes partes de Europa. Nos unen a ustedes mil lazos más que lo que podamos tener en común con los generales burgueses de las facciones militares en los territorios liberados, que solo se han dedicado a hacer negocios a costa de nuestra sangre y nuestro hambre y entregar una a una las ciudades rebeldes. Vemos el brillo de la llama de nuestra revolución en las revueltas que llevan adelante a lo largo de varios estados de EEUU. Su triunfo será clave para poder concretar nuestras demandas de una vida digna. El mismo estado norteamericano con sus armas y soldados han ocupado nuestro territorio, saqueado nuestro petróleo y aniquilado a cientos de miles de hermanos. ¡Allí vengaremos a todos nuestros mártires, a George Floyd y a los 600 mil masacrados por Al Assad a cuenta de Wall Street! Por eso hoy más que nunca debemos ser un solo puño golpeando al unísono, porque si los ahorcan allí, aquí dejaremos pronto de respirar. Llamamos a nuestros hermanos sirios, iraquíes, iraníes, libaneses, palestinos, yemeníes, a nuestros hermanos refugiados en Europa, a nuestros hermanos los chalecos negros, a los trabajadores afroamericanos y el conjunto de la clase obrera norteamericana y a todo obrero que quiera derrotar este sistema a luchar juntos. Hagamos un día de furia contra la opresión que ejercen los que más tienen contra los que no tenemos nada. Nos sobran motivos para estar furiosos. Tomemos una bocanada de aire y gritemos juntos: “¡no se puede respirar más en este sistema inmundo! ¡El miedo cambió de bando! ¡Si no hay justicia, jamás habrá paz!!” ¡Sin hogares, no habrá paz! ¡Sin libertad a los presos por luchar, no habrá paz! ¡Sin salarios dignos, no habrá paz! ¡Sin salud ni medicamentos, no habrá paz! Mientras hayan invasores en nuestras tierras, mientras sigan creando miles de refugiados, mientras sigan saqueando las riquezas del planeta para beneficio de los poderosos, ¡nunca jamás tendrán paz! ¡Los pueblos quieren las caídas de sus regímenes… en Medio Oriente, en EEUU y en Francia! Comité Redactor del periódico La Verdad de los Oprimidos desde las trincheras de la revolución siria

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