Turqía - 27 de septiembre de 2020
En 2012 en la cadena de revoluciones que incendiaba el Magreb y Medio Oriente miles de jóvenes revolucionarios libios se embarcaban hacia Siria bajo el grito: “¡Un mismo enemigo, una misma revolución!”…
Hoy luego del más grande genocidio contrarrevolucionario que llevó a Siria a la partición y la barbarie…
Erdogan recluta refugiados sirios como mercenarios para defender en Libia y Azerbaiyán
los intereses de Turquía
Luego de casi diez años de contrarrevolución, masacre, traición y un enorme baño de sangre en Siria, que masacró a más de un millón de explotados y dejó a 15 millones de refugiados esparcidos por el mundo, el gobierno de Ankara corrompe a miles de jóvenes hambrientos que recluta como mercenarios. Con la excusa de “querer ayudar al pueblo sirio”, Erdogan ha abierto centros de reclutamiento en los campos de refugiados en donde se les ofrece a los reclutas un salario de U$S1.500. Aprovechándose de las enormes miserias que padecen los jóvenes hijos de una ensangrentada y traicionada revolución, Turquía los entrena con el fin de llevarlos al frente de batalla en Libia y Azerbaiyán como carne de cañón.
Utilizando también el temple y el carácter que han forjado en estos jóvenes las vivencias de mas de 9 años de guerra y masacre, los usan como mercenarios bajo los intereses de Turquía para combatir en las filas de las fuerzas de "reconciliación", contra las tropas de Khalifa Haftar (hombre de la CIA y del imperialismo yanqui) que lanzó una guerra desde Bengazy a Trípoli (capital del país norafricano y sede del Gobierno de burgueses representantes del imperialismo europeo aliados del gobierno turco).
De la misma manera Erdogan ha optado por enviar mercenarios sirios a Azerbaiyán para fortalecer su presencia militar en la zona de Nagorno Karabaj un territorio rico en petróleo que Turquía disputa con el gobierno Armenio.
De ésta manera funciona el Plan de Ginebra, EEUU se queda con el petróleo, Turquía ocupa Idlib y la frontera norte, el Ejército Nacional (ex ESL) y el HTS detienen, reprimen y persiguen a los rebeldes que no se rinden... Assad y Putin los siguen bombardeando y matando de hambre y Turquía, fingiendo “ser aliada”, los corrompe, los pone de rodillas para que se rindan y usa a los hambrientos de los campos de refugiados como mercenarios para disputar y defender sus nuevas zonas de influencia.
Sin embargo, 10 años de lucha contra el Régimen del perro Bashar han forjado verdaderos revolucionarios en las filas de las valientes masas sirias. Miles de combatientes y oprimidos se han negado a ser parte de las tropas gurkas al servicio de los intereses de los hombres de negocio de Turquía. Incluso se han levantado en los campos de refugiados en la frontera con Turquía y luchan por volver a sus hogares, por lo suyo y lo de sus familias. Hay un camino a seguir para quienes no nos rendimos ni nos sometemos, que no es la ruta de los mercenarios, sino que es la ruta de la revolución, la ruta de la lucha contra el régimen hambreador del perro Bashar y sus sostenedores, el camino de expropiar a los que nos han robado, el sendero de retorno a nuestros hogares y la marcha de todos nosotros para vengar a nuestros mártires y desaparecidos y liberar a nuestros presos de las mazmorras del régimen.
Así lo expresa un combatiente de la revolución que vio a su hijo crecer en la miseria y furioso denuncia cómo Turquía se aprovecha del hambre del pueblo y de la derrota de la revolución para usar al pueblo sirio como mercenarios para defender sus intereses en Libia. Él acusó a Turquía de "destruir nuestra revolución y empujar a nuestros hijos a luchar fuera las fronteras de nuestro país”. Y luego con enorme dolor dijo lo que sintió al ver a su hijo partir como mercenario bajo el mando de Ankara: “Después de que me enojé contigo y te repudié por ir a pelear fuera de las fronteras de Siria, y exclusivamente en Libia, (…) Nuestros verdaderos enemigos que destruyeron nuestro país y mataron a tus tíos están en Siria, y son Assad, Irán, sus milicias, Rusia y las facciones (yihadistas). (…) repudio a mi hijo (…) y si lo matan, (…) es la miseria del destino, y responsabilizo a Erdogan”.
En los estallidos de la revolución en 2011 y 2012, miles de jóvenes lucharon como un solo puño, rompíamos las fronteras, derrocamos a Ben Ali en Túnez, a Mubarak en Egipto, ajusticiamos al chacal Khadafy. Recorriendo la ruta de la revolución, miles de jóvenes libios iban a pelear a Siria contra Assad conscientes que la revolución allí era parte de una cadena de revoluciones en toda la región y con las esperanzas de que si se triunfaba en Siria, la liberación de Palestina y la derrota del sionismo estarían a solo un paso.
Ahora son la burguesía y el imperialismo que asentando la contrarrevolución usa a los jóvenes parias como mercenarios.
¡Pero la última palabra no está dicha! Una alternativa de hierro en la resistencia: El de mercenarios a cuenta de la defensa de los grandes capitalistas y señores de la guerra, o el de los partisanos de la revolución que no nos rendimos y luchamos por reagrupar las fuerzas.
La resistencia debe romper todos los lazos que la aten Erdogán y a cualquier fracción de la burguesía. A ellos lo único que les interesa SON SUS NEGOCIOS. ¡Hay que retomar la ruta de la revolución y cortarles las cabezas a las serpientes en Damasco y en Moscú, en Teherán y en Beirut, en Trípoli y en Ankara, en las metrópolis de Europa y en Wall Street!
¡Los revolucionarios de Siria y del Magreb y Medio Oriente llamamos a reagrupar nuestras fuerzas! Debemos sacar las lecciones de las amargas derrotas impuestas por enormes traiciones. ¡Hay que reorganizar a la resistencia! ¡En nuestras filas no hay lugar para los mercenarios que van a matar a nuestros hermanos en Libia y en Azerbaiyán como lo hizo el Hezbollah y la Guardia Iraní para masacrarnos en Siria!
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