Se realizó la Jornada Internacional El Marxismo Revolucionario y la Guerra
Intervención de Abu Muhajer, del periódico La Verdad de los Oprimidos
Cuando hablamos de “El marxismo y la guerra” en Medio Oriente, en seguida la imagen que se nos viene a la cabeza es Palestina. Son 60.000 muertos, aunque en realidad se habla de 200.000. Se nos vienen a la cabeza los bombardeos que el sionismo está haciendo en el sur del Líbano. Es una guerra de exterminio total sobre el pueblo palestino.
Pero esta es solo una parte de la película. Ahora queremos ver toda la película. En el año 2008 estalló una brutal crisis económica. Caían las bolsas de todos los países, quebraban los grandes bancos de EEUU y Europa. Estallaba la burbuja inmobiliaria y esa manga de parásitos que son los piratas imperialistas salió de ese negocio y se metió en la "burbuja de los commodities". Se inflaron los precios de los alimentos, del grano, del maíz, del trigo… Se encarecieron los precios de los alimentos y repercutió duramente en Medio Oriente. Porque es la zona donde se produce casi el 80% del petróleo que da la energía que abastece al mundo. Exportan el petróleo, y de eso compran el trigo para hacer el pan, que es lo que comen y comemos básicamente.
Corría el año 2011 y los precios de los alimentos habían aumentado un 200%; 250% en Libia; 400% en Egipto; 200% en Túnez y se generó una situación que no se aguantaba más en toda la región.
La tragedia de las masas la simbolizó un joven en Túnez, ingeniero en computación, desocupado, sin posibilidad de futuro, que tomó un carrito con frutas y verduras para vender y al menos tener algún ingreso, y hasta eso le prohibieron. Al joven no le quedó otra que inmolarse. Se llamaba Mohamed Bouazizi, que fue la chispa que encendió toda una cadena de revoluciones en el Magreb y Medio Oriente.
En Túnez las masas ganaron las calles por miles marchando a las comisarías a liberar a los presos políticos, entrando a las patadas y sacándolos. Los obreros mineros entraron en huelga. En Egipto las masas ocuparon la plaza central de El Cairo, llamada Tahrir exclamando ¡Mubarak fuera!.
La revolución se expandió como un reguero de pólvora a toda la región.
Frente a todas estas revoluciones la burguesía y el imperialismo dijeron: “vamos a actuar para salvar nuestra propiedad”. Pero tenían una limitación. En el año 2008, debido a la resistencia iraquí y la clase obrera norteamericana en su lucha contra la guerra, le impusieron a EEUU que comenzara a retirar sus tropas de Irak. Las masas le impusieron el “síndrome Vietnam”. Entonces, cuando estallan las revoluciones en Magreb y Medio Oriente, EEUU no pudo intervenir directamente con sus tropas ni invadir naciones como había hecho con Irak y Afganistán.
Tampoco pudo usar a su gendarme, su brazo armado, su portaaviones en tierra, que es el estado sionista de ocupación de Israel. Es que si el sionismo intervenía, hubiera unido a todas las masas árabes en su contra y se hubiera llegado a combatir directamente en Jerusalén. Esto hubiera sido una derrota estratégica para el imperialismo y un triunfo estratégico para las masas.
Entonces, el imperialismo concentró las fuerzas que tenía para poder derrotar estas revoluciones.
Las primeras a las que llamó para cuidar su propiedad son a sus cómplices de la izquierda reformista mundial le hicieron pasar estas revoluciones a la clase obrera de todo el mundo como "primaveras de los pueblos" o "revoluciones democráticas". Sostuvieron las trampas de salidas democráticas y constituyentes ante la caída de brutales autocracias, cuando estas "democracias" fueron un rodeo para que vinieran las contrarrevoluciones.
En Sudán, el Partido Comunista hizo un acuerdo con la burguesía opositora y una parte del ejército, y entró al gobierno para parar la revolución, y una parte del ejército se escindió en enfrentamientos brutales contra el resto del ejército y en el medio las masas están sufriendo una de las peores tragedias entre muertos, hambre y miseria.
En Libia las masas se armaron, partieron el ejército y llegaron a cortarle la cabeza del dictador Qadafy, que llevaba 42 años en el poder. El imperialismo mandó a las burguesías qadafistas a hacerse “opositoras” y antes de que las masas llegaran a ocupar el poder, se pusieron como “gobierno de transición”.
En Siria, las masas habían tomado el mismo camino que en Libia. Partieron al ejército y en una cadena de insurrecciones por ciudades avanzaban hacia Damasco. Llegaron a combatir a tan solo cuadras de la casa de gobierno. Pusieron en pie sus organismos, los Comités de Coordinación de obreros y soldados.
El problema para el imperialismo era que si caía el estado burgués en Siria, se avanzaba a combatir junto a las masas palestinas para expulsar el Estado sionista. Esa revolución triunfaba en Jerusalén. De hecho, 15.000 libios, después de haber llegado a Trípoli, fueron hasta Siria, porque decían: "Nuestra revolución la ganamos en Siria y de allí vamos a Palestina a liberarla".
Entonces el imperialismo le ordenó a Al Assad que masacre la revolución con todo lo que tenga. Pero esto no fue suficiente e hizo lo mismo que en Libia: mandó a los generales de la burguesía sunnita de Siria a vestirse de “democráticos”, a formar el Ejército Sirio Libre (ESL) para controlar el armamento de las masas y a poner en pie un ejército burgués para tratar de convertir la guerra civil de masas en una guerra de ejércitos burgueses para intentar contener a los explotados.
Y aun no fue suficiente, porque en el año 2013 Al Assad peligraba en Damasco. Hubo una enorme sublevación de obreros en la capital y alrededores que se tomaron 300 fábricas. Frente a esto, el imperialismo mandó a Hezbollah y a Irán a masacrar a las masas. Hasta ellos mismos se vanaglorian diciendo que “si no fuera por nosotros Al Assad hubiera caído en el 2013”.
Aún cuando lograron salvar a Al Assad en Damasco, todavía debían aplastar a las masas en el resto del país. Entonces entró Putin con sus aviones a bombardear directamente hacia los centros urbanos, las casas, las escuelas, las mezquitas, las carpas de desplazados, e inclusive a los campos de refugiados. Lo que hoy vemos en Palestina, cuando bombardean las escuelas, matan a los niños, etc., eso mismo hicieron Al Assad y Putin multiplicado por 10 mil y durante años.
El secretario de defensa de los EE.UU. para Medio Oriente de aquel momento, declaró públicamente, en un documento público del congreso norteamericano que ellos coordinaron el ingreso y las operaciones de Rusia y sus aviones y bombardeos en Siria. A eso lo llamaron "Operación antiterrorismo". La principal preocupación de EEUU era que no cayera Al Assad porque podían peligrar los negocios de los yanquis y la seguridad del sionismo.
Entonces hubo un pacto, que es lo que nuestra corriente viene denunciando, donde se juntaron todos estos actores contrarrevolucionarios en la mesa de negociación de Ginebra. Y estos los actores mencionados hasta ahora no fueron los únicos porque tampoco fue suficiente. La burguesía sunnita del ESL no lograba contener a los explotados.
Entonces el imperialismo mandó a otro sector de la burguesía sunnita que no se pintaron de “democráticas” sino de “islamistas” como HTS que está en Idlib y también el famoso ISIS, que era la burguesía de Sadam Hussein de Irak, enviada para contener los levantamientos de las masas sirias que se habían sublevado en las zonas petroleras de Siria, imponiendo, manu militari, un régimen de terror. A la burguesía sunnita la puso bajo el mando turco. Y Turquía, inclusive, tuvo que entrar a Siria.
Inclusive algunos aviones del imperialismo fueron a bombardear Siria. Decían: "Ahí está el ISIS" y caían los bombazos en las fábricas que tomaban las masas insurreccionadas.
Siria quedó partida, ocupada, masacrada. Con más de 600.000 mártires como nos dicen algunos compañeros, porque no se sabe exactamente cuántos de los desaparecidos se llevó Al Assad y enterró en fosas comunes debajo de las prisiones, con ciento de miles que aún son torturados por Al Assad.
Hay 15 millones de desplazados, de un total de 25 millones de habitantes. Son refugiados que viven en otros países y en carpas en medio de la nada desde hace años; que no están en sus casas y no pueden volver.
Esta contrarrevolución en Siria fue el inicio de la ofensiva que dio el imperialismo en toda la región, y que hoy la están pagando las masas palestinas.
Por eso es una tragedia lo que las direcciones palestinas, como el FPLP y la OLP, pero sobre todo el stalinismo, les dijeron a las masas palestinas, que no intervengan en la revolución siria porque decían que necesitaban el apoyo de Al Assad y del pueblo. Y mientras más masacraba Al Assad, más poder de fuego ganaba el sionismo.
Más se impuso la contrarrevolución en Siria, y más volvió el imperialismo con su gendarme, que ahora lo manda para poner orden.
Pero esto no empezó el 7 de octubre de 2023. Ya antes, desde 2020 a 2022, los colonos sionistas, a punta de fusil, venían expulsando palestinos de sus casas y de sus tierras en toda Cisjordania. Había comenzado un proceso de resistencia, también en barrios de Jerusalén contra el avance del sionismo. La acción del 7 de octubre fue una acción legítima de autodefensa de las masas palestinas contra la ofensiva sionista. Palestina hoy es entonces una batalla decisiva de toda esta cadena de revoluciones del Magreb y Medio Oriente que se iniciara en 2011.
Las masas palestinas tienen un gran aliado que son los trabajadores y el pueblo de Yemen, porque allí también hubo una enorme revolución.
Corrientes que se reclaman de la clase obrera dicen que en Medio Oriente no hay obreros, más aún en Yemen porque andan con ojotas o sandalias. Esos son los obreros que construyeron Dubai, los que construyeron todos los edificios y torres lujosas que se vieron en el mundial de Qatar. Son los obreros que van de pozo en pozo de petróleo trabajando para mantener a sus familias. Son obreros golondrinas que les envían las remesas a sus familias que quedan en Yemen.
Esos obreros se unieron con los campesinos pobres, que se dedican a la crianza de cabras en el norte yemení y protagonizaron la revolución del pan duro, que era lo único que tenían para comer. Se unieron las masas sunitas y chiitas, porque la mitad de la población es sunnita y la otra mitad es chiita. Se unieron todos y llegaron a la capital, Saná, rompieron al ejército, se armaron, ajusticiaron a dos presidentes, y pese a que se montó la burguesía, hasta el día de hoy no pueden contener ni desarmar a las masas.
El imperialismo juntó a 7 ejércitos de la región, encabezados por Arabia Saudita para masacrarlos. Estuvieron años atacando y no pudieron terminar de aplastarlos. Por eso Yemen sigue en pie de guerra y son los únicos que se levantaron y estuvieron efectivamente en apoyo a las masas palestinas.
Alguien le dejólas manos libres a Al Assad y a Putin para que masacren a cuenta del imperialismo. Semejante masacre y durante años no solo no ha sido impedida por la clase obrera mundial, sino hasta apoyada por sus direcciones. Ellos le dejaron las manos libres al imperialismo para que pueda concentrar todas sus fuerzas y a todos sus agentes en Siria. Ellos dijeron que en Medio Oriente el enemigo era el “terrorismo” e hicieron pasar a los trabajadores golondrinas, al sector de trabajadores más explotado que existe hoy, a las masas sublevadas, como “tribus bárbaras”, “atrasadas”, “ultra religiosas”, “yihadistas”, a las que había que aplastar y masacrarlas.
Integraron un verdadero “frente antiterrorista”, como lo dijo el mencionado funcionario norteamericano en su discurso y fue para que junto con Putin aplasten a las masas.
El resultado fue la masacre en Siria, la contrarrevolución y el genocidio en Siria; y el fortalecimiento del sionismo que vemos hoy y su masacre en Palestina.