06 de abril de 2016
Voces de los refugiados en el puerto ateniense del Pireo
“En Siria hicimos una revolución por una vida digna y allá perdimos la vida y aquí la dignidad (…)
Necesitamos el apoyo del pueblo griego y europeo. Solos no podemos.
Tenemos que unirnos con los trabajadores griegos y europeos para poder conseguir las demandas que queremos todos”
En el puerto ateniense del Pireo hay más de 5000 refugiados. Se encuentran en carpas que en su mayoría están dentro de terminales y edificios abandonados, o debajo de todo techo que puedan encontrar dentro del predio, pues el agua entra dentro de sus carpas cuando llueve y debajo del sol el calor es demasiado agobiante.
Los refugiados son en su mayoría de Siria, Iraq y Afganistán. Ellos llegaron ya hace varios días. Sus papeles de registración que les dio la policía griega al llegar a suelo helénico dicen que tienen 6 meses de permanencia permitida en Grecia para seguir su camino hacia los países del norte, a donde estos refugiados esperan poder reunificarse con su familia, tener un trabajo y una vida digna. Pero al intentar cruzar la frontera norte griega y pasar a Macedonia, su segunda escala en el trayecto, se encontraron con que esta estaba cerrada. Y más aun, los gobiernos de la Europa de Maastricht afirman que las fronteras no abrirán, al mismo tiempo que junto con Turquía se encuentran llevando a cabo un plan de deportaciones. La avanzada en aplicarlo: el gobierno de Syriza, la “izquierda” de la Troika.
El miércoles 6/04 en el puerto del Pireo, nos encontramos con micros dispuestos a trasladar refugiados hacia los “campos” que se encuentran en bases militares afuera de la ciudad de Atenas y en otras ciudades alejadas de Grecia. La policía se había encargado de “informar” a los refugiados que el puerto debía ser vaciado y que tenían que irse de allí, prometiendo que había camas, higiene, atención médica, comida, agua caliente. Pero todos los refugiados que han vivido o viven ahí adentro denuncian que esto no es para nada así. Estamos ante verdaderos campos de concentración, a donde el gobierno quiere llevar a los refugiados para desde allí ser deportados.
Por eso Syriza amenaza con su policía a los refugiados en el puerto, diciéndoles que el que no quisiera irse será desalojado a la fuerza en cualquier momento. Estas acusaciones fueron luego refrendadas por el ministerio de migraciones en una conferencia de prensa que realizó en el mismo puerto del Pireo.
Atravesando las cámaras de la prensa, la custodia policial y los funcionarios del ministerio de migraciones que se encontraban a la entrada de la zona del puerto del Pireo, llegamos hasta su interior, donde pudimos conversar con algunos refugiados:
“Llegue acá hace un mes y 5 días. Espere 26 días en la frontera con Macedonia. Siempre estaba cerrada, nunca podía pasar. Me tuve que volver, pero seguimos esperando poder cruzar la frontera. Pero al día de hoy nos tienen tirados, sin saber cuándo podemos cruzar. No podemos volver. No nos podemos quedar acá. Somos seres humanos y nos están tratando peor que a los animales. Necesitamos una solución, porque acá no nos podemos quedar más. Necesitamos que abran las fronteras.” Dice Heisam, un refugiado sirio.
“Mira la comida, está podrida. La gente del gobierno griego reparte la comida y no se puede comer. Lo único que podemos comer es lo que compramos. Y en algún momento la plata se nos va a acabar. No tenemos baños. Te desafío a que entres a uno de los pocos baños químicos que hay, te apuesto a que no vas a poder. Están rotos, no funcionan, están tapados de suciedad.” Dice Mohamed, otro refugiado sirio que se encontraba a su lado.
“Si, lo peor de todo es la suciedad. Está todo sucio, las condiciones de higiene son muy malas. Abundan las bacterias. Todo es un foco infeccioso. Encima no te podes bañar. Sabes cómo nos bañamos? Nos metemos en el mar cuando hace calor, o nos tiramos agua con una botella en una carpa que usamos de baño, sin jabón ni shampoo. No solo no tenemos, sino que las ONG tienen porque el pueblo griego nos lo donó y no nos los quieren dar.” Acota Fuad, otro refugiado sirio. Continua diciendo: “Como sé algo de inglés acompaño a las personas a los doctores que están en trailers acá para traducir. ¿Sabes lo que nos dicen los doctores? Que hay que cambiar el entorno, que tenemos infecciones por las condiciones en las que estamos. Pero a donde vamos a ir?”
“El gobierno nos está queriendo llevar a campos militares. Te juro que prefiero volver a Siria, debajo de los bombardeos del régimen. Ahí adentro solo hay una carpa grande en la intemperie para decenas de nosotros durmiendo en el piso. Es en el patio de una base militar que está aislada de las ciudades, en medio de montañas y bosques. La entrada está prohibida para periodistas, organizaciones solidarias, donaciones de todo tipo, doctores. Y la guardia es atroz, muchos policías con perros. Las puertas están abiertas pero es una cárcel, porque para salir tenes que dejar tus papeles. Y transporte no hay, a donde voy a ir? Es una cárcel. Le dicen campo, pero en realidad es un campo de concentración.” Dice Hadil, que fue llevada a los campos militares donde el gobierno de Syriza quiere enviar a los refugiados y luego de 6 días consiguió un permiso para irse y un transporte para ella y sus hijos para volver al puerto, lo que le costó 120 euros.
“Y cuál es la solución? Los campos no. El gobierno griego dice que si no queremos ser deportados, que pidamos asilo acá, donde no hay plan de idioma ni fondos ni vivienda ni posibilidad de conseguir trabajo, y una vez que hacemos la petición no podemos dejar el país. Es más, muy probablemente rechacen la petición diciendo que no hay trabajo. Y si la rechazan, también somos deportados. Preferimos tirarnos al mar antes que volver a Turquía. Es que no podemos volver, ya dejamos todo atrás. Nuestra solución es que Macedonia abra las fronteras, pero no lo hace. No sé porque le molesta tanto abrirlas si nosotros no queremos quedarnos en su país, solo estamos en viaje hacia otro país. Tenemos que hacer algo, porque esto no es una vida. Acá no hay derechos humanos. Estamos peor que los animales. En Siria hicimos una revolución por una vida digna y allá perdimos la vida y aquí la dignidad, ya no nos queda nada.” Plantea Heisam, y agrega: “Ya hicimos muchas protestas, y no fuimos oídos. Necesitamos el apoyo del pueblo griego y europeo. Solos no podemos. Tenemos que unirnos con los trabajadores griegos y europeos para poder conseguir las demandas que queremos todos”
¡Los refugiados hoy en Grecia y toda Europa son el corazón de la clase obrera europea! Pero se encuentran divididos, separados y aislados del conjunto de los trabajadores del viejo continente, especialmente luego de los autoatentados en Paris, Francia, que el gobierno de Hollande organizó para aislar a los refugiados de los trabajadores europeos que los recibieron en Europa dándole toda la solidaridad y ganando las calles en su apoyo conmovidos con la foto de Aylan Kurdi que yacía sin vida en las costas del mediterráneo. Primero fue el autoatentado a la revista Charlie Hebdo, luego los del 13 de noviembre del año pasado con los que inmediatamente Francia y demás países de Europa se militarizaron.
A partir de los mismos, las potencias imperialistas y todos sus voceros en el mundo -especialmente dentro del movimiento obrero como las burocracias sindicales, el stalinismo, partidos socialimperialistas varios- iniciaron una campaña “contra el terrorismo del ISIS”, que se tradujo en islamofobia, reacción y ataque a todos los refugiados.
Partidos que se dicen de izquierda también condenaron los atentados como “obras del ISIS” y proveyeron a los gobiernos imperialistas la excusa perfecta para lanzar un ataque de aislamiento y persecución a todos los refugiados. Estas corrientes convencieron al conjunto de los trabajadores europeos de que su enemigo era el ISIS y no que “el enemigo está casa”: su propio gobierno, sus transnacionales que descargan sobre ellos las peores medidas de ajuste (conocidas como “austeridad”) de pérdidas de conquistas, de jubilaciones, rebajas salariales, aumento de la jornada laboral etc.
Y la realidad fue que más y más creció la islamofobia y el ataque a los refugiados, que más y más fueron deportados los refugiados, y más y más las potencias imperialistas de Maastricht descargaron los costos de la crisis sobre su clase obrera. Francia es un ejemplo vivo de esto, donde luego de evacuar el campo de refugiados de Calais -tras toda una cadena de ataque a los refugiados- el gobierno de Hollande pudo pasar a la ofensiva implementando un aumento de la jornada laboral donde se pierde la conquista de los trabajadores europeos de 35 horas de trabajo semanales para pasar a trabajar 40.
A no dudarlo que si en Grecia los refugiados terminan de ser confinados a campos de concentración y deportados, el ataque a la clase obrera griega será peor inclusive que el cuarto memorandum que está en curso (las medidas de ajuste acordadas por Merkel y Tsipras el año pasado de aumento de impuestos sobre los trabajadores y el pueblo, recorte a las jubilaciones, rebaja del salario mínimo, etc.).
Pero a pesar de las direcciones de los sindicatos franceses, que decían “el enemigo es el ISIS” y “Todos Somos Charlie Hebdo”, los trabajadores y estudiantes impusieron la huelga general con combate en las calles contra las medidas de ajuste. La juventud combativa francesa ocupa la plaza central de la República, llevan banderas con consignas con sus demandas y contra la reforma del código laboral, conocida como ley Khomri (lleva el nombre de la ministra de trabajo): “(…) demoler a El Khomri. Vamos a quemar toda Paris”. En Grecia, sectores de trabajadores como los portuarios también marchan a la huelga. Ellos deben levantar en primer lugar las demandas de los refugiados, para llevar adelante una lucha unificada contra el Maastricht imperialista que saquea los pueblos oprimidos, persigue a los refugiados y descarga sobre el conjunto de los trabajadores europeos un brutal ataque.
Hay que sacarse de encima a la burocracia sindical, el PC y todas las direcciones de la clase obrera que han impedido esta unidad! Todas las organizaciones obreras deben reconocer como miembros de honor a los refugiados. El paro del puerto en Grecia tiene que levantar a su vez la demanda de parar las deportaciones y cerrar el puerto! Si se embarcan a los refugiados, se esta embarcando el pan de los hijos de la clase obrera griega y europea.
Hay que coordinar una lucha de toda la clase obrera del viejo continente contra la UE!
No a las deportaciones! No a los campos de refugiados y vivienda digna para todos!
Apertura de fronteras! Papeles y derechos de ciudadanía, laborales y sindicales para los refugiados!
Hay que parar el ataque a la clase obrera europea!
¡Trabajo para todos! 35 horas de trabajo semanales con salario igual a la canasta familiar para todos los trabajadores en Europa, nacidos a uno y otro lado del Mediterráneo!
Coordinemos ya todos los comités de solidaridad con los refugiados y las organizaciones obreras en lucha!
Es una misma clase obrera, una misma demanda de tener una vida digna, enfrentando a un mismo enemigo: las transnacionales imperialistas de Maastricht, sus gobiernos, regímenes y estados! ¡Huelga General Europea!
Corresponsales