Ayer fue el bastión de la heroica y grandiosa resistencia iraquí…
Ayer fue la ciudad donde miles de marines yanquis invasores perdieron su vida…
Ayer fue la imagen de la masacre desatada por las petroleras imperialistas asesinas que mandaron a Irak a la Edad Media…
FALLUJAH (Irak): hoy una insurrección de masas expulsa al gobierno y
a las fuerzas represivas, y toma el control de la ciudad
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¡Abajo el gobierno contrarrevolucionario del protectorado yanqui en Irak!
¡Fuera Maliki, lacayo de Obama y las transnacionales imperialistas!
Comenzaba el año 2014, y este era recibido con una insurrección en Fallujah, aquella ciudad de Irak, que todo el mundo recordara, ya que fue allí donde la resistencia de las masas les provocó miles de bajas a las tropas imperialistas yanquis durante la invasión comandada por Bush y las petroleras en los primeros años del siglo XXI. Dos veces tuvo que intentar tomarla el ejército norteamericano, para poder hacer pie en ella. En la primera se comió una terrible paliza. Miles de sus soldados murieron. En la segunda, desataron una verdadera matanza que hizo de Fallujah “tierra arrasada”, y sin embargo las masas dieron todo de sí, hasta la última gota de sangre, peleando casa a casa… no pudieron vencer a sus verdugos, pero hoy se sublevan contra quienes fueron sus sirvientes y colaboradores. ¿Se estará reescribiendo una nueva historia?... más temprano que tarde, la lucha de clases nos dará esta respuesta. |
Movilización en el centro de Fallujah - Enero 2014 |
Volvamos al 2014, a esta Fallujah, donde los hijos de aquella grandiosa resistencia contra la invasión imperialista yanqui se han puesto de pie. Las masas recobran nuevamente protagonismo. Ellas han expulsado a todos los funcionarios del gobierno, y a las fuerzas de represión regulares y paramilitares dirigidas por la burguesía shia (agentes del imperialismo yanqui).
¿Qué fue lo que sucedió? Corría el 1° de enero, y las masas de Fallujah ganaron las calles e irrumpieron en todas las oficinas del gobierno en la ciudad y en todas las comisarías. Este corresponsal no paraba de sorprenderse y alegrarse al ver que el bullicio que se oía a lo lejos de cerca se transformaba en el clamor de masas revolucionarias cambiando radicalmente su existencia.
Las comisarias eran vaciadas. Todo el pueblo ayudaba en esta tarea. Las masas tomaban el control de la ciudad.
Se comentaba que movimientos similares -que aún no llegaban a ese punto tan avanzado de tomar la ciudad completa y echar a las fuerzas del gobierno, como sucede en Fallujah- están produciéndose en varias ciudades de Irak, como por ejemplo en Ramadi.
Esta insurrección de los explotados de Fallujah “no cayó como un rayo en cielo sereno”. Hacía tiempo que franjas de masas en Irak venían luchando contra el gobierno de Nur al-Maliki, representante del imperialismo yanqui. Estas fueron reprimidas por las fuerzas shias, tanto por el ejército regular iraquí (creado, entrenado y armado por EE.UU. para reprimir a las masas de ese país) y por las fuerzas paramilitares.
Cada ataque de la burguesía era respondido con más lucha por parte de las masas. La burguesía sunita, opositora al régimen de Mailiki, aprovechaba esta situación a su favor, negociando una mayor parte en los negocios de Irak, de los cuales habian perdido una gran parte tras la caída de Sadam Husein.
El rol de la burguesía sunita y el de sus distintos partidos, en esta trama, es la de controlar a las masas. Por eso, para impedir que las mismas continúen avanzando hacia una perspectiva revolucionaria, las llevaban hacia acciones impotentes (como marchas pacíficas efímeras contra las fuerzas armadas iraquíes; a la vez que arrastraban a la vanguardia hacia la realización de atentados individuales). De esta manera la burguesía sunita trataba de interrumpir el proceso abierto por las masas de lucha política contra el gobierno de Maliki, para salvarse ella misma (como toda burguesía) de los fuegos y destellos de la revolución. Al mismo tiempo utilizaban a las masas desesperadas como moneda de cambio en las negociaciones con las otras pandillas burguesas.
Pero las masas tozudamente seguían peleando. Pues no tienen nada que perder. Enormes eran sus luchas. Derrotaban y expulsaban a grupos paramilitares en determinadas zonas. Abrieron la cárcel de Abu Graib para liberar a los presos. Esto le costaba tener que continuar soportando una enorme represión. Miles de muertos, silenciados por todo el mundo. Mientras continuaba la manipulación con trampas y engaños montados por la burguesía sunita que ya había comerciado una cierta autonomía en la zona donde es mayoría, controlando totalmente el territorio y los negocios, con el “costo” de permanecer fiel al estado iraquí (tal cual está constituido) y de pacificar la situación (es decir controlar a las masas).
Sin embargo la situación cambió. Este 1° de enero quedó las masas de la Fallujah escaparon al control de la burguesía sunita. Por eso, derrotando a las fuerzas contrarrevolucionarias del régimen del protectorado yanqui en Irak, dando pasos en conquistar organismos de auto-organización y armamento de masas: los explotados de Fallujah se tomaron la ciudad, demostrando cómo se debe luchar contra los capitalistas y los piratas imperialistas.
La burguesía sunita se encontraba “afianzando” sus negocios en Siria, mediante una acción contrarrevolucionaria con la invasión por el norte y este a ese país, perpetrando sangrientas masacres contra las masas que enfrentaban (y enfrentan) al carnicero Al Assad. La burguesía sunita estaba peleando por quedarse con los negocios de los “territorios liberados”. Pero el estallido de la insurrección de masas en Fallujah, alteró un poco la distribución de sus fuerzas en el terreno militar. Tuvo que hacer que una parte importante de su frente en Siria volviera a Irak a controlar a la Fallujah insurrecta. Pues este combate de masas en su retaguardia, de avanzar, por su dinámica misma y por la clase que la encabeza (los trabajadoras acaudillando a las masas empobrecidas), podía poner en cuestión la propiedad privada de la burguesía en su conjunto (incluida la sunita) y con ello proponerse la expropiación de fábricas, bancos y tierras de todos los parásitos capitalistas.
El capital financiero internacional no podía permitir que la situación avance. Y comenzó con su secuencia de órdenes impartidas hacia todos sus agentes. La “radical” y “nacionalista” burguesía sunita, que tiene mil y un lazos abiertos con los piratas imperialistas (del cual es su socia menor), puso toda su atención nuevamente en Irak y se despojó un poco de sus aventuras militares en Siria.
La burguesía sunita con su fracción de "El Estado Islámico de Irak y el Sham" rápidamente cercó Fallujah y se montó por encima del proceso insurreccional de masas. Por un momento pudo contener el levantamiento de los explotados, apoyada en su autoridad ganada por el falso mote de “anti-imperialista”.
El imperialismo le declaró a su títere Maliki, que quería “la situación pacificada y regularizada”, pero que no se pase de la relación de fuerzas, pues desplegar el ejército sobre la zona sublevada podía ser “contraproducente”. |
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Maliki queriendo complacer a sus jefes, les clarificó que solo con el ejército y declarando “la guerra contra el terrorismo” y erradicando a las “fuerzas terroristas” compuestas por “Qaeda y las milicias”, la situación podía regularizarse.
Al día siguiente, 2 de enero, en Fallujah el enfrentamiento entre las tropas del régimen y las masas armadas fue enorme. Las masas viéndose desbordadas por el poderío militar del enemigo debieron replegarse. La burguesía sunita con sus fuerzas militares hizo retroceder a las masas diciendo que ellos las “defenderían”. Así fue que el ejército iraquí avanzó y retomó el control del 50% de las zonas que se encontraban en poder de los trabajadores y explotados.
Los medios de prensa iraquíes y de todo el mundo árabe pretendían presentar a estos enfrentamientos como “una cruzada de Mailiki contra Qaeda”. O viceversa. Lo cual es una mentira, una verdadera conspiración política para cuidarle las espaldas al imperialismo yanqui y aislar a los explotados de Fallujah del resto de sus hermanos de clase de la región. Quieren esconder la insurrección, la lucha de masas, hacerla pasar como un enfrentamiento entre distintas etnias, para liquidarle todo su carácter y contenido de clase.
Sin embargo la burguesía no pudo terminar de resolver a su favor esta cuestión. Las masas le restaron importancia a la “autoridad” de "El Estado Islámico de Irak y el Sham", y este 3 de enero se lanzaron nuevamente a la lucha política –por si quedaba alguna duda de qué trata este combate de clases- contra las fuerzas del régimen pro yanqui. Nuevamente las masas expulsan a quienes ven hoy como sus verdugos. Las masas retoman el control de su Fallujah. La gente se abraza. La Fallujah, de los hijos de la resistencia, está libre otra vez. La burguesía sunita y su fracción de "El Estado Islámico de Irak y el Sham" se pasea con sus uniformes negros y sus carros militares, pero masticando bronca. Sabe que entre sus intereses y los del pueblo que controla y oprime hay un abismo, una dicotomía irreparable, un antagonismo irreversible que prepara choques entre explotadores y explotados (la historia de la humanidad, es la historia de la lucha de clases).
Este combate en Fallujah ya comienza a contagiar a las masas del sur de Bagdad. Los parásitos imperialistas, comenzando por las petroleras y sus operadores en las bolsas de Wall Street rezan y hacen todos sus esfuerzos para que todo sea controlado. El protectorado yanqui en Irak, comienza a moverse en sus cimientos. Esta iniciativa de las masas de Fallujah, de generalizarse, puede traerle resultados catastróficos en medio de la situación caótica generada por los choques entre la revolución y la contrarrevolución que hoy cruzan al mundo árabe. La balanza puede inclinarse nuevamente a favor de las masas y remover las relaciones de fuerzas establecidas hasta el momento (que hoy con el genocidio en Siria, las masacres y el golpe militar en Egipto, el avance del sionismo sobre Palestina, el desvío de la revolución tunecina y el intento de desarme de las milicias en Libia, lo mantienen mejor posicionado al imperialismo; eso sí, gracias a los servicios prestados por las direcciones reformistas).
¡Viva la lucha revolucionaria de las masas de Fallujah! Este es el verdadero camino a seguir para derrotar al régimen infame y al gobierno pro yanqui de Maliki. Las masas son las que derrotaron a las tropas shias de Maliki, gurkas del imperialismo. Son ellas las que se tomaron todas las comisarias y edificios estatales. Son ellas las que están conquistando sus propios organismos de autodeterminación y armamento. ¡Son ellas las que deben gobernar y transformar a Fallujah en una Comuna Obrero y de las masas en lucha, poniendo en pie sus Comités, Consejos y Milicias, que se coordinen con los movimientos de las otras ciudades para lograr el armamento generalizado y la autoorganización para derrotar al imperialismo en todo el país! ¡Abajo el gobierno de Maliki, ese títere y agente de los yanquis! ¡Fuera la burguesía sunita de la lucha de masas! ¡Para conquistar el pan, el trabajo y la dignidad nacional hay que expropiar a los expropiadores: a los capitalistas, banqueros y a las transnacionales!
Este combate que están llevando adelante las masas de Irak, para triunfar, debe estar puesto al servicio de la lucha revolucionaria de las masas de toda la región. ¡De Túnez a Palestina, de Damasco a Fallujah, de Trípoli al Cairo, de Bagdad hasta Aleppo: UNA SOLA REVOLUCIÓN EN TODO EL MAGREB ARABE Y MEDIO ORIENTE!
¡Paremos el genocidio en Siria! ¡Destrucción del estado sionista-fascista de Israel! ¡Que las arenas del desierto sean la tumba del imperialismo! ¡Por una Federación de Republicas Obreras y Socialistas del Magreb Árabe y Medio Oriente”!
Pamela Parson y Juan Gonzalez
corresponsales en el Magreb y Medio Oriente