30 de marzo de2016
Crónica de la lucha de los refugiados contra los ataques de la UE
“¡Ni comer ni beber, que abran las fronteras queremos ver!”
La reacción contra los refugiados no deja de crecer en toda Europa y el plan para impedir su ingreso y deportar a quienes se encuentren está en marcha. A principios de marzo se realizó una cumbre entre Austria, Hungría y los países balcánicos que están en la ruta de los refugiados hacia Alemania (como Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia). Ellos decidieron cerrar sus fronteras, fortificar sus cercas, militarizar todo el vallado con fuerte presencia policial y del ejercito, en especial la de Macedonia (donde se encuentran los ejércitos de todos esos países), impidiendo la salida de los refugiados que llegaron a Grecia luego de una peligrosa travesía en el Mar Egeo desde Turquía. Así, 50.000 de ellos han quedado varados en suelo helénico, imposibilitados de continuar su marcha hacia Alemania.
El plan para su deportación ya está en marcha. Syriza ha abierto campos de refugiados bajo custodia policial y militar. En ellos no se permite el ingreso de ninguna persona u organización solidaria. Ni siquiera se permite el ingreso de médicos. No hay limpieza, ni calefacción para las bajas temperaturas, y bajo esa situación pretenden mantener a los refugiados de a 400, 800, 1000 ó 2000 según la capacidad de cada campo, aislados, separados, esperando las deportaciones.
Si estas todavía no se han hecho masivas aún es porque el gobierno sabe que no tiene la suficiente base social como para hacerlo. Trabajadores y jóvenes griegos les llevan agua, comida, provee de atención médica. Esta solidaridad no se ha transformado en lucha activa por traición de las direcciones de las organizaciones obreras y de lucha. Pero esta solidaridad en Grecia está latente y sale a la muestra a con constante ayuda.
Por eso Syriza sabe que tiene que profundizar el aislamiento de los refugiados. Ha desplegado a la policía para evitar que estos tomen las plazas de Atenas que se habían convertido en centros políticos de solidaridad y lucha por los refugiados. Lo mismo intenta hacer en el campamento de Idomeni, situado en la frontera con Macedonia. Allí esparce el rumor y la falsa información de que si dejan Idomeni y van a los campos de refugiados bajo custodia militar tendrían un mejor lugar y mejor comida, pero esto para nada es así, y muchos refugiados que llegan a los nuevos campos militares piden volver a Idomeni, pero el gobierno no se los permite y amenaza con detener a quien lo intente.
No solo los aísla, no solo los pone bajo custodia militar en condiciones deplorables, sino al mismo tiempo el gobierno de Syriza intenta mantener un registro de nombre, nacionalidad y lugar de estadía de cada uno de los refugiados para saber a dónde están para cuando haya que deportarlos.
Syriza dice que está dispuesto a ofrecerles asilo. Pero no tiene ni siquiera un programa de ayuda económica, de aprender el idioma, de encontrarles trabajo. Lo único que declara es que otorgará papeles a los sirios, iraquíes y afganos (luego de analizar exhaustivamente cada caso en particular, corriendo el riesgo de rechazo deviniendo en una posterior deportación), bajo condición de no dejar Grecia, un país donde impera una alta desocupación (de un 25%) y un salario promedio de 500 euros cuando la canasta básica está al menos el doble para una familia con dos hijos, teniendo en cuenta que son por lo menos 4 hijos en las familias de los refugiados. El gobierno de Syriza como parte de la UE cumple sus los designios de expulsión e de impedir la entrada de los refugiados.
El 18 y 19 de marzo se reunión la UE con Turquía se acordó que la primera proveerá de fondos -que llegan a 10 mil millones de euros- a la segunda para controlar que no hayan más botes que lleven refugiados a Europa. Por supuesto que la frontera terrestre entre Turquía y Grecia permanecerá cerrada para ellos. Y cada uno que llegue a suelo helénico después del 19 de marzo será puesto en campos de concentración en las islas griegas (hoy llamados “puntos calientes”) y luego regresado a Turquía. Y así fue, todos los “puntos calientes” de las islas fueron primero evacuados para dar lugar a los nuevos refugiados que hoy están atrapados tras los alambres de púa que hoy ponen Tsipras y Merkel, como ayer lo hicieran los Nazis en el Gueto Varsovia.
En cuanto a los refugiados que se encontraban dentro de los “puntos calientes” previamente, estos fueron a los llamados “campos de detención” (cárceles), como el de Corintho, en donde esperan la deportación a sus países, siempre y cuando sean de Pakistán, Afganistán, Marruecos, Argelia, y cualquiera que no sea ni de Siria ni de Irak.
Tsipras dice que todo este plan de deportaciones e de impedir el ingreso de más refugiados “llevará tiempo”. Sabe que aun necesita ganarse más base social y aislar más a los refugiados. Mientras todas las direcciones traidoras de la clase obrera y los explotados lo permiten, separando a los refugiados del conjunto de la clase obrera europea, dejando a los refugiados solos en su lucha contra la UE, impidiendo que las organizaciones obreras y de lucha expresen su solidaridad en una lucha común.
Mientras las direcciones les atan las manos a los trabajadores europeos, los refugiados ya se encuentran en plan de lucha. Hace dos semanas, caídos en total desesperación ante el cierre de la frontera greco-macedonia unos 2000 refugiados junto con un grupo de voluntarios internacionales intentaron cruzar la frontera por un "paso alternativo" en el cual atravesaron un río, en un día en el cual la temperatura fue no mayor a los 12°C. Pero al llegar a territorio macedonio fueron fuertemente reprimidos, golpeados y encerrados. El ejército y la policía de Macedonia se encargaron de dar un ejemplo para escarmentar a los refugiados que cruzaron, rompiéndoles las costillas, piernas y muñecas a muchos de ellos.
Pese a eso, bajo el grito "¡no más agua, no más comida, abran las fronteras!" comenzaron una huelga de hambre, rechazando todo tipo de ayuda filantrópica, y pidiéndole a gritos al pueblo europeo para que los apoye para poder abrir las fronteras, para poder continuar su viaje y reunirse con sus familiares en los países del norte del viejo continente.
Pero se vieron enfrentados por las propias ONGs que lucran decenas de miles de euros tomados de los gobiernos, de los estados, de la UE, y donaciones para llevar sus "ayudas humanitarias". Los líderes de estas ONGs empezaron a acusar a los refugiados de "extremistas" de imponer por la fuerza y la violencia la huelga de hambre.
Sin otra salida, dos refugiados llegaron al extremo de intentar inmolarse como lo hubiese hecho el mártir de las revoluciones del Magreb y Medio Oriente: el tunecino Mohammad Bouazizi.
Sin embargo no tuvo el efecto que ellos esperaban. Si bien fue una corta y efímera noticia que pudo leerse en los medios más importantes, fue totalmente opacada por los supuestos ataques terroristas sucedidos en Bélgica. Estas son maniobras de los estados imperialistas para persuadir a su propia clase obrera de que los refugiados traerán consigo "bárbaros terroristas sedientos de sangre", cuando en realidad son los burgueses y los mismos estados los terroristas.
Pocos días después, los refugiados de Kavala, Nea Kavala y Eko Petrol Gas Station, ubicados a 20 minutos de Idomeni (donde se encuentra el paso fronterizo) decidieron sumarse a las medidas de lucha y le cortaron el camino a los camiones de carga, bloqueando las principales rutas que unen el transporte de mercancías entre Grecia y Macedonia y por ende los Balcanes y el este de Europa. Esta protesta se sumo a la que ya venía desde hacia varios días de un piquete en las vías del ferrocarril internacional a la altura del campamento de Idomeni, interrumpiendo la comunicación de Grecia con Europa también por tren.
En estas protestas volvió a escucharse una vez más el grito "¡ni comer ni beber, que abran las fronteras queremos ver!".
La policía de Syriza, que se pinta de amigo de los refugiados esperó a que cayera el sol y armó sus filas para replegar a los parias que se encontraban sosteniendo su medida de fuerza. Fue con la solidaridad de varios voluntarios de diferentes nacionalidades que se unieron a la protesta de los refugiados que se logro hacer replegar y retroceder a la policía. Luego de esto los refugiados prometieron volver al día siguiente y realizar nuevamente su corte. Pero, como ya sabemos, los campos militares donde estos explotados son confinados son verdaderas cárceles donde el ejercito prohíbe todo tipo de ayuda humanitaria y la entrada de periodistas. Y fue justamente por la presión y las amenazas del aparato represivo griego que los refugiados no pudieron seguir con su medida de lucha cortando las rutas.
A los dos días de este hecho los refugiados que estaban cortando las vías en Idomeni llamaron abiertamente a una asamblea para juntar fuerzas. La idea era ver qué cantidad de gente asistía a esta y considerar la alternativa de irrumpir en la frontera con una marcha de diez mil refugiados para poder abrirla y así continuar su camino, sabiendo que hay 14000 en todo el campamento y 6000 más en los alrededores. El llamado a asistir a esta asamblea estaba también hecho para todos los voluntarios internacionalistas que estaban en el lugar y por supuesto un llamado a todo el pueblo europeo a solidarizarse con esta acción. Ellos esperaban que si juntaban 500 europeos y más de diez mil refugiados, las probabilidades de ser asesinados (por las fuerzas de represión y opresión de Macedonia y de la UE) serian menores.
El día de la asamblea, como una medida de distracción, las ONGs comenzaron a repartir pollo asado. Esto enfureció a los que estaban reunidos y empezaron a decirse unos a otros "¡¡¡nos viven dando fideos mal cocinados, y hoy, que proponemos juntarnos para poder abrir las fronteras y seguir nuestro camino, dejando esta miseria atrás, vienen y nos reparten pollo asado!!! ¡Son ellos los que quieren que nos quedemos, no nosotros! ¡Ellos se enriquecen con nuestra miserable estadía acá y nosotros no aguantamos más esta situación!".
Los cánticos que se escuchaban mientras los refugiados iban llegando y se sumaban poco a poco a la asamblea decían "¡UNICEF MENTIROSO!", "¿DÓNDE ESTAN LOS DERECHOS HUMANOS DE LA UE?", "¿PARA QUÉ NOS TIENEN ENCERRADOS ACÁ?", "EN SIRIA POR LO MENOS LA MUERTE ES MÁS MISERICORDIOSA TE CAE UNA BOMBA Y LISTO, NI LO SENTIS, PERO AQUÍ MORIMOS POCO A POCO DÍA A DÍA".
Obviamente esos cánticos y esos gritos son acallados por las ONGs, el estado griego y los medios quienes no se preocupan por traer traductores cuando los refugiados alzan su voz, y en caso que haya un traductor son generalmente aquellos pagados y comprados por las instituciones del estado como la policía, quienes terminan traduciendo solo lo que a la UE le conviene. A los grandes medios poco les importa reproducir la realidad. Y es por esa misma razón que cuando un traductor objetivo y otros periodistas, que no responden a los intereses de los poderosos, intentan traducir lo que los refugiados realmente dicen literalmente, son atacados y acusados de cómplices e incitadores.
La gente ese día comenzó a sumarse más y más a la asamblea y cuando alcanzaron a ser aproximadamente 3.000, se manifestaron pacíficamente con carteles, papeles blancos en señal de paz y cantando por altavoz las mismas consignas siendo la más escuchada "abran las fronteras".
Al ver que a la UE nada le importa la condición de los 50 mil refugiados explotados dentro de Grecia y mucho menos los tres mil ese día reunidos, poco a poco, luego de manifestarse, se fueron desconcentrando con la promesa de volver con una cantidad mayor y poder abrir de una vez por todas las barreras que los estados imperialistas les han impuesto.
Sin embargo, un grupo desesperado intentó arremeter contra la policía de la Troika que se encontraba formada, equipada con escudos y equipo antimotines, a metros de la frontera. Respondió a los empujones con sus escudos cerrando el camino.
Antes de terminar la movilización varios activistas se vieron envalentonados por los medios presentes y comenzaron a denunciar públicamente a quiénes se infiltraban entre los refugiados y los amenazaban y perseguían.
La policía quiso ir hasta el final e intento levantar el bloqueo que los refugiados vienen haciendo en las vías del tren desde hace ya casi dos semanas. Los perros de la UE uniformados y con sus escudos arremetieron contra “la carpa del corte de las vías” e intentaron sacarlos de allí, pero no pudieron. Pero sus servicios de inteligencia y otros oficiales de civil actuaron y persiguieron a todo aquel que se solidarizó honestamente con los refugiados y sus demandas, siguiéndolos y tomando sus datos para “averiguaciones”.
Hoy en día, el campo de Idomeni sigue siendo un peligro potencial para los acuerdos fascistas de la UE para frenar a los refugiados. Y por eso continúa su plan de vaciamiento.
A nivel mundial el imperialismo ha conquistado provisoriamente una relación de fuerzas.
El ejército sionista masacra impunemente día a día a los explotados palestinos, en Siria las masas que se rehúsan a rendirse están con la pistola en la sien para someterse a un engañoso “alto el fuego” que le dará tiempo a Bashar y a la burguesía opositora a rearmar y unificar una casta de oficiales. En Yemen la burguesía Houthi y Arabia Saudita complotan a espalda de los campesinos pobres y los obreros que mantienen el control de varias ciudades del país incluyendo la capital. En Libia las guerras fratricidas entre diversos barrios de la capital ya han sido desatadas mientras la ONU intenta imponer a los cañonazos el “nuevo gabinete de gobierno”.
Este panorama nos muestra que el futuro de los refugiados en Grecia, y los explotados del Magreb y Medio Oriente está estrechamente ligado a las acciones de la clase obrera europea, que si no irrumpe de inmediato, sufrirá las mismas consecuencias que estos mismos parias, pues la UE y el imperialismo yanki ya han comenzado a largar sus medidas de precarización laboral a todo el conjunto de la clase obrera mundial.
Corresponsal