03/05/2016
Los trabajadores y el pueblo pobre de Siria sufren las bombas de Al-Assad
y de Putin, el sicario de Obama
Los explotados martirizados de Siria no se pueden ir al Líbano o Turquía. Cuando escapan de la masacre van a campos de refugiados a deambular sin nada en las tierras de Siria.
En Aleppo, la juventud, los ancianos y hasta los niños ya pelean contra los anillos con los que el perro Bashar quiere cercar al corazón de la resistencia. Todos los días falta un médico, un niño y un compañero.
Pero no habrá olvido ni perdón. Como a los nazis, a estos perros fascistas a donde vayan los iremos a buscar.
A los que colaboraron o silenciaron la masacre y dicen hablar en nombre de los oprimidos hay que decirles la verdad: ¡TIENEN UNA MANCHA DE SANGRE EN LA FRENTE TRAIDORES!
Iván León