29 de septiembre de 2016
Todos junto a los revolucionarios sirios y a los cercados de Alepo
En la dinámica de las revoluciones árabes, la del pueblo sirio opuesta a la barbarie del régimen del clan Assad en el poder desde hace 40 años, sigue siendo central.
Central por la determinación y la tenacidad de un pueblo en revolución desde el 2011 que cristaliza y enfoca todas las esperanzas de los pueblos de Magreb y del Medio Oriente.
Esta esperanza llevada por el pueblo insurrecto sirio es un desafío universal en frente a todas las grandes potencias. Inaugura la vía revolucionaria en este principio de siglo.
Central finalmente, por la expresión de formas de luchas sobre las que la madurez política popular supo tejer sus redes de organizaciones sociales constituidas en consejos democráticamente elegidos en todos los engranajes de la sociedad civil.
Esta revolución da miedo
¡Esta revolución asusta a las potencias capitalistas porque la libertad que fue reclamada después de tantos años de relegación no será dócil!
Imperialismos (americano, ruso, occidentales) y potencias regionales se vuelcan ya sea aplastándola bajo las bombas o pervirtiendo sus objetivos.
Esta revolución asusta a nuestro movimiento obrero demasiado hundido en la comodidad democrática de sus instituciones y de las ventajas que le confiere el reconocimiento de sus aparatos hacia el estado burgués.
Atreverse a levantar el mito
El Clan Assad tiene una práctica de gestión económica de su país neoliberal a más no poder. Es por eso que hay que apartarlo cueste lo que cueste a pesar de las pruebas del informe césar, a pesar del ataque con las armas químicas.
El cerco a Alepo: la última apuesta de esta revolución
El cerco a Alepo es lo última que se pone en juego en esta revolución. Si Alepo cae será una victoria histórica para todos los tiranos y los imperialismos y un retroceso considerable para todos los combates emancipadores.
Desde el 2012, las poblaciones insurrectas de Alepo, con sus vías a las zonas de abastecimiento cortadas, sufren el castigo diario de los bombardeos rusos de una violencia extrema - utilización de bombas de racimo, de fósforo, de napalm - que se dirigen a los centros vitales de la sociedad civil, principalmente a los hospitales, las maternidades, los establecimientos escolares, las fábricas de productos alimentarios pero también los servicios públicos.
Estas poblaciones siguen enfrontándose en el terreno a las numerosas fuerzas venidas de los países vecinos o lejanos, tales las del ISIS, milicias Qods iraníes y del Hezbolá libanés, e incluso milicias iraquís, afganas y yemeníes. Estas fuerzas son respaldadas por técnicos militares rusos... Y finalmente las fuerzas kurdas sirias de las YPG, ligadas al PKK, las cuales, temporalmente sostenidas por Putin y Obama, han oportunamente reafirmado sus posiciones territoriales por la fuerza militar en detrimento de las conquistas del Ejército Sirio Libre.
¿Apoyo o traición?
En un contexto de tal rechazo de justicia y de negativa de lucidez política, todo opositor anti imperialista, anti fascista y todo ciudadano sensible a los derechos humanos, debe exigir que se ponga fin a estos bombardeos cuyo carácter genocida exige la movilización de todos incluso en la calle. ¡Cuántos éramos en las calles contra la guerra de Iraq!
¡Hoy en día es una revolución "huérfana" de todo apoyo!
¡Es una revolución traicionada de la que todos somos responsables!
Guernica no pertenece más al pasado. Guernica, es Alepo a diario.
La libertad de los sirios es también la nuestra
Colectivo Siria Libre y Democrática
Paris