Uruguay - 10 de octubre de 2016
Jihad Ahmad Diyab, detenido y torturado desde 2001, ex preso de Guantánamo, continúa su huelga de hambre que ya está en su día 62.
Trasladado a Uruguay en calidad de "refugiado", el gobierno bolivariano del entonces presidente Mujica le negó lo único que pedía Jihad, que era poder ver a su familia luego de haber sido torturado y encarcelado por años. Y ahora su sucesor del Frente Amplio, Tabaré Vazquez, se niega a firmar los papeles para que Diyab se encuentre con su familia a la que no ve desde hace 15 años.
Este es el destino que le deparan los gobiernos y regímenes opresores al servicio de las transnacionales a los explotados que salen en busca de un trabajo y una vida digna. Como millones de exiliados sirios, Jihad no puede volver a Siria. Miles y miles de ellos han tenido que huir del genocidio al que los somete Al Assad por haber osado levantarse contra él. Y a los terribles bombardeos de Putin a cuenta del carnicero Obama. Lo mismo que hoy sucede con las decenas de miles de refugiados sirios que el gobierno de Syriza en Grecia ha encerrado en campos de concentración, como verdaderos presos políticos.
¡Basta ya!
¡Abran las fronteras!
¡Trabajo y una vida digna para todos los refugiados!
¡Libertad a todos los presos políticos del mundo!
Poema que Jihad entregó en la mañana del lunes 10 de octubre
No estés triste por mí si me fui.
No estés triste si mi corazón se detiene repentinamente.
No estés triste si la sangre se congela en mis venas.
No estés triste si me fui de la vida.
No estoy solo y no soy sólo el hijo de mi familia, pertenezco a cada doliente madre y padre que han perdido a sus hijos debido a una injusticia.
Yo no sólo pertenezco a mi familia, a mis hermanos y hermanas, sino que soy de cada hermano y hermana privados de sus hermanas o hermanos.
No pertenezco a la mujer que enviudó y sufrió por su marido en la oscuridad de la cárcel, ni pertenezco el hijo y la hija huérfana cuyo padre sigue vivo, esposado por la injusticia y la agresión.
Pero nací para cada padre y madre que perdieron a su hijo y para los hermanos y hermanas que perdieron a su hermano.
Soy un símbolo para cada mujer que perdió a su compañero de vida injustamente y ha sufrido la separación, la pobreza, la miseria y el desplazamiento y para cada hija e hijo que perdió a su padre. Soy un símbolo para la comunidad que ha perdido a sus seres queridos injustamente. He sufrido a causa de naciones que están muertas y mi muerte va a revelar la falsedad de aquellos que levantan las banderas de humanidad, libertad y justicia. Mi muerte va a dejarlos expuestos en su hipocresía.
Mi muerte hará que mi nación sea escuchada.
Mi muerte será la vida de mi nación.
Mi muerte será una victoria.
Mi muerte será el designio de Dios de que muera como mártir.
Mi muerte será para mostrar la realidad de mis hermanos que sufren, los prisioneros de la injusticia y la tiranía.
Y el sufrimiento de los que salieron del cautiverio y fueron despojados de su contacto con la humanidad. Y sufren aún la injusticia y la opresión del primer carcelero y del segundo carcelero, quienes le han negado la vida que esperaban con las personas que aman, sus esposas y sus niños.
Si muero es porque represento la razón y la causa de las naciones que sufren.
No dejes que mi sangre haya sido en vano, no olvides mi nombre.
Yo soy la voz y el gemido de los hermanos que sufren.
Soy un grito de dolor de Guantánamo.
Soy el gemido de dolor del exilio inhumano.
Yo soy la voz del sufrimiento, el dolor y la esperanza juntos.
La justicia de Dios, y en su Tribunal Supremo será donde me reuniré con mis oponentes.
No estoy solo, Dios está conmigo, y me trajo a este mundo porque mi causa no es una cuestión personal, es la causa de las naciones.
Así que por favor no estés triste, pero ora por mí por el perdón y la misericordia.
Jihad Ahmed Diyab
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