28/02/2022
Ucrania, la cuestión nacional y la posición de Lenin y los bolcheviques
Ucrania, desde 2014, es una nación partida, ocupada y colonizada por el imperialismo y su sicario Putin. Pero ahora es también una nación bombardeada e invadida.
En 2014/2015 EEUU usó a su sicario Putin para estrangular la revolución y partir Ucrania en el llamado Pacto contrarrevolucionario de Minsk. Con el fascismo de Kiev y la pérfida política contrarrevolucionaria de frente popular en el Donbass, como las dos puntas de una misma soga, sometieron a las masas ucranianas al pacto de Minsk y a la nación saqueada al FMI convirtiéndola en un verdadero protectorado. A cambio de contener a los obreros del Donbass que junto a las masas de Kiev habían derribado al presidente proruso Yanukovich, el imperialismo le cedió Crimea y el Donbass a Moscú. Allí, las centurias negras de Putin aplastaron al movimiento minero sublevado e impusieron un régimen totalmente fascista, como lo hicieron los yanquis en Kiev, con la bandera de la “democracia” y la “libertad”. Con eso pactos contrarrevolucionarios el imperialismo yanqui aplastó con su gendarme Putin en Ucrania, y se quedó con el botín del gas ucraniano, cuya principal empresa quedó en manos del hijo de Biden. El rol de la burguesía del este y del oeste, y de todos los agentes del imperialismo en la región fue el de mantener las filas del proletariado desgarradas para que la victoria de los explotados no fuera posible.
Y ahora el Pacto de Minsk estalló por derecha, porque no fueron las masas obreras de Europa, Rusia, de EEUU y a nivel mundial las que se levantaron contra él, sino en primer lugar, el imperialismo queriendo quedarse con Ucrania con su intención de ingreso a la OTAN, y luego el sicario Putin avanzando sobre la totalidad del territorio ucraniano.
Pero en términos históricos, la cuestión nacional en Ucrania no es una novedad: esta no pudo ser resuelta, a excepción del período de la Ucrania soviética y socialista que en 1922 se federó voluntariamente en la URSS. De ello habla Putin, cuando afirma que la existencia de Ucrania es culpa de Lenin.
Ucrania es una nación que llegó tarde a la constitución de naciones que desarrolló el capitalismo en Europa en el siglo XIX. Históricamente sometida por el imperio otomano, el Imperio Austro-húngaro y luego por la Rusia de los zares, fue parte de esa cárcel de naciones que era Rusia. Pero como dijimos, en 1922 con la heroica revolución socialista de la URSS del ‘17, Ucrania obtuvo el derecho a la autodeterminación nacional e incluso a la independencia. Sólo así, como Ucrania Socialista y Soviética, pudo tomar en sus manos su propio destino.
Con la expropiación de la Revolución de Octubre a manos del stalinismo, la URSS volvió a transformarse en una cárcel de naciones y Ucrania nuevamente quedo atrapada allí.
La “independencia” de Ucrania tras la restauración capitalista en la ex-URSS, no fue sino una ilusión. Ucrania nació en los ´90 como “nación independiente”, cargando con el 17% de la enorme deuda externa que tenía Rusia con el Citibank y la banca imperialista; con la base militar rusa en Crimea para garantizar la circulación de los gasoductos y oleoductos por el territorio ucraniano hasta Alemania; y sometida a los negocios de la burguesía “gran rusa” asociada a las grandes empresas petroleras imperialistas como la Total francesa, la BASF alemana y la British Petroleum.
Y la lacra stalinista le legó también a Ucrania la catástrofe nuclear de Chernóbil, que dejó contaminadas con radiación hasta el día de hoy las tierras más ricas de Ucrania, donde siguen naciendo niños con tumores cerebrales y tienen el índice de enfermos de cáncer más alto del mundo.
Es decir que en los ´90, Ucrania nació como una semicolonia y como un eslabón de los negocios de las grandes potencias imperialistas europeas con Rusia. Estrangulada por los bancos y las transnacionales europeas, y sometida al FMI, Ucrania ha perdido toda independencia nacional. Y estrangulada por la bota stalinista, no tiene siquiera una lengua nacional.
Pero también debemos afirmar que Ucrania es una nación que nunca pudo ser dominada ni por los zares ni por el stalinismo, porque se siente una nación europea independiente.
En Ucrania el poder no se tomó en 1917, como en Rusia, sino en 1922. Durante esos años, la revolución y la contrarrevolución se enfrentaron cara a cara en territorio ucraniano. Los 14 ejércitos imperialistas que invadieron la URSS entraron por Ucrania, para robarle el trigo y el alimento. En 1917, la tropas blancas del zarismo tomaron Ucrania, que fue recuperada por el Ejército Rojo. Pero ese mismo año, se constituyó la Rada y el movimiento nacionalista burgués de Ucrania, que expulsó al Ejército Rojo. En 1918 las tropas alemanas ocuparon el país y disolvieron la Rada, instaurando un régimen títere que cayó tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial.
Al calor de estos acontecimientos, surgió un movimiento nacionalista de izquierda que tuvo su expresión política en el Partido Borotbá. Trotsky (1939) plantea que las tendencias nacionalistas irrumpieron violentamente en Ucrania entre 1917 y 1919: “En el Partido Borotba se expresaba el ala izquierda de estas tendencias. El indicador más importante del éxito de la política leninista en Ucrania fue la fusión del Partido Bolchevique ucraniano con la organización de los borotbistas”. El Partido Bolchevique Ucraniano que había estado 3 años solo, descentralizado de la III Internacional y aislado, orientado por la política de los marxistas revolucionarios que habían tomado el poder en el ’17, tomó el poder en Ucrania. Y la primera medida fue un plebiscito por la independencia de Ucrania. Al hacerlo, las masas ucranianas que habían sufrido decenas de ocupaciones, votaron por la independencia nacional. Demostraron así los bolcheviques que la independencia nacional de Ucrania solo podían y querían garantizarla los soviets de obreros y campesinos. Y fue luego que esos consejos obreros, en 1922, votaron la federación voluntaria con la URSS. La única vez que Ucrania fue independiente y autoorganizada fue con un gobierno soviético. Hasta que el stalinismo convirtió a la URSS en una cárcel de naciones, que como antes el zarismo, oprimía naciones como la ucraniana, georgiana, chechena, etc.
Por eso Trotsky afirmaba que la opresión de Stalin empujaba a Ucrania más y más al imperialismo, exacerbando las tendencias separatistas, y por ello afirmaba de cara a la Segunda Guerra Mundial que la unidad e independencia de la Ucrania de obreros y campesinos en la lucha contra el imperialismo y contra el bonapartismo moscovita, era una cuestión de primer orden, y la única forma de garantizar que mantenga su carácter soviético y revolucionario. “Pese al gigantesco avance realizado por la Revolución de Octubre en el terreno de las relaciones internacionales, la revolución proletaria aislada en un país atrasado fue incapaz de resolver la cuestión nacional, especialmente la ucraniana, que es, en esencia, de carácter internacional. La reacción termidoriana, coronada por la burocracia bonapartista, ha hecho retroceder a las masas también en la esfera de lo nacional. Las grandes masas del pueblo ucraniano están insatisfechas con la situación de su nación y desean cambiarla drásticamente” (Trotsky, 1939). Por eso su consigna era: ¡Por una Ucrania soviética independiente!
Este problema histórico de Ucrania es clave porque el sentimiento nacional de Ucrania es progresivo, porque es una nación oprimida, aplastada y ocupada, que hoy ante la invasión rusa defiende su independencia con piquetes autoorganizados, martillos, bombas molotov y palos. Es una nación donde las masas quieren ser independientes y, al no poder subsistir luego de la caída de la URSS, centenares y miles de obreros ucranianos se ven obligados a huir a Occidente a trabajar como mano de obra esclava. Gran parte de la población de Ucrania vive de los euros que les envían los obreros que se fueron a trabajar a otros países de Europa.
La burguesía y el imperialismo intentaron siempre utilizar a su favor ese sentimiento nacional de las masas ucranianas, que expresa de forma laberíntica la lucha contra sus condiciones miserables de existencia (Trotsky: 1939). En 2014, la oligarquía de Kiev canalizó las justas aspiraciones de un sector las masas y su odio al presidente Yanukovich y el carnicero Putin, y expropiando su combate, desvió el ascenso revolucionario, prometiendo a los explotados que vendría e la solución a sus penurias con un acuerdo con la Unión Europea. Lo mismo hicieron el stalinismo y la burguesía prorrusa, usurparon el sentimiento nacional y antimperialista, más que legítimo, de las masas del Donbass, que sabían que si avanzaba ese plan de Kiev, les cerrarán las minas.
Pero la burguesía ucraniana ya hace rato demostró que jamás liberó ni tiene intenciones de liberar a Ucrania. Como afirmamos en 2014, “la cuestión nacional y el sentimiento que anida contra la opresión de décadas y siglos del pueblo ucraniano por los zares, el stalinismo y ahora el imperialismo, solo puede ser resuelta –como lo demostró la revolución de octubre- por una Ucrania soviética e independiente, federada por su propia voluntad en los Estados Unidos Socialistas de Europa. Para ello, habrá que conquistar una nueva revolución socialista victoriosa en Ucrania y en todos los países de la ex URSS”. ¡Por una Ucrania soviética y socialista unida, libre e independiente!
Nadia Briante y Eliza Funes
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