Ucrania - 9 de septiembre de 2023
Ucrania: Huelga general de los trabajadores de Mariupol en la zona ocupada por el carnicero Putin
¡Por la unidad de la clase obrera ucraniana para derrotar al invasor y terminar con el saqueo del FMI!
¡Fuera Putin!
¡Por una Ucrania obrera, soviética e independiente!
Sin dudas, hoy Ucrania es uno de los puntos más candentes de la lucha de clases a nivel internacional. Pero a pesar de los ríos de tinta y horas de televisión dedicadas a esta guerra, la burguesía mundial-e incluso las corrientes que se reivindican marxistas- han empeñado sus esfuerzos en ocultar dos hechos clave en esta guerra: que quien muere y padece los costos de esta invasión es la CLASE OBRERA UCRANIANA y que Ucrania es una nación invadida por una nación opresora -como es Rusia- y saqueada por el imperialismo.
Han querido ocultar que Ucrania es una nación eminentemente obrera, concentrando uno de los batallones centrales del proletariado europeo y que hoy se desangra en el corazón de Europa bajo los bombazos de Putin. Teniendo en cuenta solamente el trabajo registrado, de sus 44 millones de habitantes, 15 millones son trabajadores, y dos millones 300 mil obreros industriales, con más de 5 millones de obreros agrícolas, y más de tres millones de trabajadores mineros, y centenares de miles de portuarios.
Sin embargo, pese a que quieran acallar este hecho, un grito de guerra de la clase obrera ucraniana viene a ponerlo en escena: se trata del llamado a la huelga general contra el invasor que emerge desde los escombros de la destrozada Mariupol, la conocida otrora, previo a la invasión de Putin como “la capital del acero”, donde se ubica la siderúrgica más grande del país. Esta ciudad fue especialmente atacada por Moscú, bombardeada sistemáticamente, hundiendo y destruyendo toda su infraestructura.
La huelga de Mariupol tiene como demandas centrales la resistencia frente al ocupante y el reclamo de los salarios adeudados, dado que el invasor lleva meses y meses sin pagar a los trabajadores. Pero hoy en Mariupol no solo no se pagan los salarios. Miles han sido asesinados y el costo de vida se ha disparado volviendo imposible la vida para las masas, que en muchas oportunidades no tienen siquiera donde vivir: los ocupantes no resolvieron el problema de la vivienda a quienes les han destrozado sus hogares. Mariupol se ha convertido en una ciudad fantasma. En las calles puede verse cómo ni siquiera las malezas son retiradas. Con su bota, Putin se encarga de perseguir, interrogar y torturar a todo quien sea sospechoso de oponerse a la invasión. Ha prohibido la utilización del idioma ucraniano y ha poblado las oficinas, ayuntamientos y escuelas con su rostro y de los alcaldes de la ocupación.
La clase trabajadora de esta ciudad se ha puesto de pie, convocando a una huelga general este 10 de septiembre, llamada por un Comité por la huelga general. El mismo 10 de septiembre en que se realizarán unas elecciones fantoche y fraudulentas garantizadas con el fusil del carnicero Putin en las zonas ocupadas. Mariupol, como hemos dicho, concentra las acerías más importantes de la nación, así como puertos clave desde donde se exportan granos y minerales al mundo. Desde allí la clase obrera, desde la resistencia a la invasión, sale a pelear con sus métodos de lucha.
La huelga de Mariupol marca el camino para derrotar al invasor y acabar con el saqueo y el pillaje de la nación al que la someten Putin y el imperialismo con el FMI. Los obreros de Mariupol con su llamamiento ponen al orden del día la unidad inmediata de la clase obrera de Ucrania en un solo reclamo y una sola lucha. La clase obrera de toda Ucrania debe responder a este llamado y unirse a la huelga. Es que sea bajo la bota de Putin, o bajo el gobierno de Zelensky, los trabajadores padecen las penurias más aberrantes. Recordemos que una de las primeras resoluciones del presidente ucraniano al comienzo de la guerra fue permitir los despidos sin causa y sin indemnización, así como legalizó el no pago de salarios.
Es por esto que el llamado a la huelga de los obreros de Mariupol plantea de inmediato la unidad de la clase obrera ucraniana, que ha sido partida en esta guerra entre los obreros de Kiev bajo control de Zelensky, y los obreros del Donbass ocupado por Moscú. ¡Hay que unir las filas obreras del Donbass a Kiev!
Pero esta huelga general plantea además la unidad con la clase obrera rusa, puesto que las mismas demandas los unen y un mismo enemigo enfrentan: el carnicero Putin, aquel que arroja a la juventud y los trabajadores a morir en una guerra que no es la suya y por eso éstos huyen por miles, emigran y hasta sabotean y prenden fuego a diario los puestos de enrolamiento rusos. Y decimos que tienen las mismas demandas porque el carnicero de Moscú ya tiene por costumbre el no pago de salario y centenares de miles padecen esto en las tierras rusas. La clase obrera rusa tiene en sus manos el provocarle a Putin un verdadero “Vietnam” en Rusia sublevándose contra este opresor que aplasta a su propia clase obrera y de todas las ex repúblicas obreras de Eurasia. Este decimos nosotros, es el misil más poderoso de la clase obrera ucraniana, en soldar la unidad con la clase obrera rusa le va la vida.
Solo una estrategia proletaria independiente para la victoria de la nación invadida puede llevar a Ucrania, aliada al proletariado europeo y ruso a derrotar a Putin y a terminar con el saqueo imperialista
Recientemente, el Encuentro León Trotsky en San Pablo, ha reunido a corrientes que tienen posiciones hasta opuestas, por ejemplo, en la cuestión ucraniana y la guerra hoy.
Entre ellos, estuvieron quienes defienden abiertamente la invasión criminal de Putin y nosotros nos preguntamos ¿Qué dirán hoy frente a la huelga general de Mariupol? ¿Seguirán subidos a los tanques de Putin para aplastarla a sangre y fuego?
Y quienes someten toda lucha del pueblo y la resistencia ucraniana a la OTAN, ¿llamarán desde Kiev a la huelga general en defensa de todas las conquistas obreras arrebatadas y lucharán por tomar ellos el control militar de la defensa nacional?
En la misma mesa de San Pablo estuvieron los declarados “neutrales”, los que plantean que estamos frente a dos bandos reaccionarios, que se trata de una guerra en la que se enfrentan la OTAN y Moscú y que no se puede tomar partido ni ubicarse en ninguna de las dos trincheras. Esta es la posición del SWP inglés, replicada por partidos como el PTS de Argentina. Frente a la huelga de Mariupol, ¿dirán los señores neutrales que los obreros de Mariupol “por interpósita persona” “le hacen el juego al imperialismo” enfrentando a Moscú? ¿Permanecerán “neutrales” frente a la huelga contra el invasor?
¡Pero una derrota de Putin a mano de las masas ucranianas no solo dejaría a estas en mejores condiciones para enfrentar al gobierno lacayo de la OTAN de Zelensky, sino que sería un hálito de lucha para las masas de Siria que hoy vuelven al combate, un aliento para que vuelva al torrente revolucionario el proletariado de los ex estados obreros de Europa del Este y Eurasia, mil veces aplastados por la bota de Putin! Poncio Pilato alza los hombros entre los cadáveres y huye bien lejos de las bombas con sus banderas blancas.
Pero por el contrario, una victoria de Putin, aplastando al proletariado y las masas oprimidas de Ucrania significaría una derrota estratégica para todas las masas ex soviéticas, para que estas nunca más osen levantarse. Es por eso que el imperialismo deja correr la guerra y la masacre de las masas ucranianas. De esta forma se está escarmentando a las masas de todos los ex estados obreros.
Es por eso que hoy, más que nunca, se plantea la necesidad de que sea la clase obrera, unificando sus filas del Donbass a Kiev, quien tome la dirección de la guerra, puesto que ha quedado más al descubierto que nunca que con la dirección de la burguesía y del lacayo Zelensky es imposible derrotar al invasor. El programa para que Ucrania logre su independencia nacional y no sea oprimida por Moscú y la OTAN, no es otro que la clase obrera tome la dirección de la guerra e intervenga con los métodos de la revolución proletaria, expropiando a los expropiadores del pueblo, tomando el control de la producción, y poniendo todos los recursos al servicio de derrotar al ocupante.
Hoy se confirma la posición del trotskismo de que la cuestión nacional solamente puede ser resuelta íntegra y efectivamente por la clase obrera y sus aliados, los campesinos pobres, en el poder...Es decir, con la dictadura del proletariado. Es que como en todo país colonial y semicolonial, la burguesía ucraniana está ligada con mil y un negocios al imperialismo, y ligada a él y a sus negocios está jugada su suerte. Por el contrario, a la clase obrera y los campesinos pobres les va la vida en llevar hasta el final las tareas democráticas de liberación nacional y de reforma agraria, que solo podrán alcanzar combinando estas tareas con tareas socialistas, con una revolución triunfante que será un eslabón y un paso decisivo de la revolución socialista internacional y, en este caso, europea en particular. Así sucedió con el triunfo de la Revolución de Octubre, el único momento en la historia en que la nación ucraniana pudo ser, como UCRANIA SOVIÉTICA E INDEPENDIENTE, federada por su propia voluntad en la URSS.
¡La clase obrera europea hoy más que nunca debe ponerse de pie junto a la clase obrera ucraniana!
Ucrania puede ser el eslabón clave para unir a la revolución europea desde las estepas rusas a Portugal
La ruptura de la clase obrera de los países imperialistas de Europa y EEUU con sus gobiernos y regímenes contrarrevolucionarios y saqueadores de los pueblos oprimidos, es la cuestión clave y decisiva para que se libere el proletariado del Este europeo y de las ex repúblicas soviéticas de toda opresión y esclavitud. La clase obrera europea debe acudir al llamado de sus hermanos ucranianos para decir: “¡El enemigo está en casa!”.
Y esto es lo que callan muy bien todas las direcciones stalinistas que apoyando al carnicero de Putin chillan contra la OTAN, pero se cuidan muy bien de no plantear la lucha de los trabajadores de los países centrales contra los gobiernos de la OTAN, siendo que son los Partidos Comunistas quienes dirigen las centrales sindicales europeas. Y aún las corrientes que posan de “pacifistas” y a lo Poncio Pilato dicen que no hay que apoyar a ningún bando porque son todos reaccionarios, le dicen a la clase obrera ucraniana que no solo debe derrotar a Putin, sino que también la clase trabajadora ucraniana, una clase obrera de UNA nación debería derrotar a la OTAN… Increíble. Así silencian y no le plantean sus tareas internacionalistas a la clase obrera de los países imperialistas, coartando toda posibilidad de lucha unificada de la clase obrera europea y con la clase obrera de EEUU.
Pero en Ucrania no pelea la OTAN; pelean los obreros y el pueblo ucraniano aplastado por Moscú, más allá de la dirección política burguesa y archirreaccionaria de la guerra nacional, porque como intentamos plantear sin el apoyo de la clase obrera rusa y de toda Europa, el proletariado ucraniano no podrá tomar la dirección de la guerra. Aunque lo intente a cada paso, como vimos ayer en Mariupol cuando los obreros se atrincheraban en las acerías para resistir la invasión, y como vemos en la convocatoria a la huelga de este 10 de septiembre que plantea: “La huelga es la voz de quienes tienen que vivir bajo los dictados del ocupante, ser privados de los derechos humanos y de la independencia nacional”.
La clase obrera ucraniana necesita unir sus filas en defensa de la nación invadida por Moscú y saqueada por el imperialismo. Pero no podrá sola. Las direcciones traidoras, las burocracias obreras y el stalinismo dividen las filas y el combate de la clase obrera de los países oprimidos, sus hermanos europeos y rusos. Esto les permite a las potencias imperialistas y a Putin descargar todo el ataque contra las masas en Europa Occidental, en Rusia, en la Ucrania oprimida y en todas las naciones del mundo colonial y semicolonial.
Es por eso que la clase obrera europea y rusa deben tomar en sus manos y combatir junto a sus hermanos ucranianos para parar la maquinaria de guerra de Putin, desarmar a la OTAN, expulsar al FMI de Ucrania y estatizar y nacionalizar sin pago y bajo control de los trabajadores todas las empresas imperialistas y de los oligarcas millonarios aliados a Moscú o a Frankfurt en el saqueo de Ucrania y la superexplotación de su clase obrera.
En toda Europa, de Portugal a las estepas rusas: ¡una misma clase, un mismo enemigo, una misma lucha!
Eliza Funes y Nadia Briante |