Ucrania - 6 de diciembre de 2024
Se agudizan los choques misilísticos y bélicos, mientras Putin continúa bombardeando y conquistando ciudades en el este. Las hienas se tiran tarascones para mejor repartirse las riquezas y negocios de la nación oprimida sobre la sangre del pueblo ucraniano
Una negociación in extremis de Zelensky,
los yanquis y Putin para terminar de
imponer
la partición y el saqueo de Ucrania
En los últimos días los acontecimientos en Ucrania y Rusia han puesto en vilo al mundo. Ucrania, con la autorización de EEUU, ha lanzado misiles yanquis a Bryansk- Rusia, a 250 km de la región de Kursk que ya fuera blanco de una incursión militar ucraniana. La excusa de los yanquis ha sido la presencia de tropas de Corea del Norte en las filas de ejército ruso, así como el último ataque de Putin con misiles y drones, que afectó la infraestructura eléctrica de Ucrania. El cinismo es aberrante: Putin lleva casi tres años destruyendo las ciudades del este ucraniano y masacrando a su población y EEUU autoriza ahora el uso de este tipo de armas.
Mientras, Putin modificó la doctrina nuclear rusa para permitir respuestas con armamento nuclear ante “ataques convencionales que amenacen la soberanía de Rusia y Bielorrusia”, lanza amenazas sobre atacar Europa y recrudece su ofensiva en Ucrania, inclusive conquistando nuevas ciudades en el Donbass.
Lo que aquí estamos presenciando es un ataque que busca forzar una negociación sobre el cadáver de la nación ucraniana oprimida devastada. Lo que las hienas buscan es quedarse cada quien con un pedazo de la nación ucraniana, partiéndola y desgarrándola. Por eso decimos que asistimos a una negociación in extremis...Sino ¿cómo se explica que EEUU autorice el uso de misiles de largo alcance recién a 1000 días de iniciada la guerra de Ucrania? Quienes afirmaron que en Ucrania se libraba una guerra entre la OTAN y Putin, quienes dijeron que la cuestión nacional era secundaria en esta guerra, hoy cuando empiezan las disputas por partir la presa, tienen mucho que explicar.
Los buitres de la OTAN y Moscú buscan repartirse los negocios, partiendo y desgarrando la nación ucraniana…
El fabuloso negocio de la reconstrucción
Este ataque que ha comenzado es justamente porque EEUU quiere negociar el fin de la guerra, para quedarse ellos con el gas y las tierras húmedas de Ucrania, altamente productivas, y que Putin se quede con un pedazo del Donbass (es decir, del este de la nación) y la península Crimea. Tanto es así que el ejército invasor de Putin ha logrado en los últimos 2 meses los mayores avances en el territorio del Donbass ucraniano, a costa de miles y miles de hombres y grandes pérdidas armamentísticas. Ellos son los que realmente se partirán Ucrania: el imperialismo y Putin. Todas las diatribas de este último son solo fuegos de artificios… Como Irán que amenazaba con las madres de todas las batallas y terminó a los pies de Qatar y los yanquis.
Alemania intenta meter la cola en el reparto de los negocios y Scholz estuvo reunido recientemente con Putin. Ya en Italia se realizó un foro en el que 200 empresas italianas discutieron con 50 empresarios ucranianos la reconstrucción de Ucrania, un negocio millonario por el que todos se relamen la boca y la UE ha lanzado una convocatoria para las empresas constructoras de Maastritcht entren de lleno al negocio. El fondo Marshall alemán y el Departamento de EEUU hicieron un acuerdo para reconstruir ciudades ucranianas. Putin ha hecho esto mismo ya en el Donbass y Crimea con decenas de empresas constructoras y robándose la región entera. Nadie quiere quedar fuera de un negocio tan prometedor: estiman en 486 millones de dólares para la próxima década, lo que equivale a casi tres veces el PBI ucraniano. Es que la guerra es para el imperialismo un gran negocio, y también lo es la reconstrucción.
Pero más allá de la reconstrucción, la nación ucraniana posee enormes riquezas por las que el imperialismo y el mismo Putin se relamen y frotan las manos: el gas, las tierras negras, los gasoductos, minerales como hierro y carbón… Para eso desgarrarán la nación, la partirán como ya lo están haciendo con las fronteras de guerra. Eso es lo que hoy han comenzado a discutir mostrando nuevas armas. Ya Richard Grenell, quien probablemente sea enviado a Ucrania por el nuevo gobierno de Trump anunció que la salida para Ucrania es establecer “zonas autónomas”.
Que Ucrania entre a la UE no es para nada incompatible con el plan de los yanquis, al contrario, los beneficia: una Ucrania dentro de la UE, partida y recolonizada por los yanquis les permite a estos ingresar todos sus productos sin ninguna limitación aduanera ni impuestos al mercado europeo. Algo por lo que los yanquis se relamen y que conocen muy bien, puesto que de esta misma manera Alemania entraba sus mercancías a EEUU a través de México y el TLC.
El imperialismo aún necesita a Putin como su gendarme en Eurasia
Insistimos, aunque muchos hablen de que estamos ante los primeros misiles de una Tercera Guerra Mundial, lo que aquí se están preparando son las negociaciones y el reparto de los negocios, sobre la sangre de las masas ucranianas. Por supuesto, las armas nucleares en manos de esta mugre capitalista, los yanquis, Putin, etc., representan un peligro de extinción de la civilización, desde siempre. Así lo vimos tristemente en Japón, a la salida de la Segunda Guerra Mundial cuando hicieron volar Hiroshima y Nagasaki con las terribles consecuencias de masacre y destrucción que suscitaron.
Claro que Rusia es una potencia nuclear y no está dispuesta a perder ninguna guerra, menos con Ucrania. Pero también está por demás claro que Putin lejos ha estado de atacar a EEUU. Él es un gendarme de los negocios del imperialismo en todas las ex repúblicas soviéticas, donde tiene bases militares y tropas como Bielorrusia y Kazajstán, donde en los últimos años lo vimos ya jugar su rol de aplastar a las masas para cuidar los negocios de las trasnacionales. También lo vimos a este sicario del imperialismo apoyando el genocidio de los yanquis y el sionismo en Palestina, o haciéndole el trabajo sucio al imperialismo masacrando en Siria, y rindiendo a Armenia ante Azerbaiyan para que la British Petroleum se robe todo el petróleo del Cáucaso y el Mar Negro.
Si queda Putin ocupando como hasta hoy una porción de Ucrania, no solo esta queda partida y aplastada, sometida con las cadenas al saqueo imperialista y del FMI, sino que Putin se fortalece en su rol de carnicero de Eurasia.
Los piratas de Biden y cía, arrojaron a Ucrania como un peón para que Putin la masacre y se desgaste en esta ofensiva, sin que este gane la guerra, pues aún lo necesitan para que siga jugando con “manu militari” el rol de guardián de los negocios del imperialismo en la región. En este delgado equilibrio debe moverse el imperialismo yanqui respecto a Moscú. Es que si bien quieren y necesitan debilitar a Putin, no pueden hacerlo al grado extremo, a riesgo que las masas de la región, aplastadas y oprimidas por este -a cuenta del imperialismo-, se subleven al verlo flaquear y con el justo odio que le profesan incendien la región. El imperialismo no puede hoy perder a este carnicero que oficia de su gendarme en Eurasia.
La crisis política abierta recientemente en Georgia y en Abjasia no puede verse separada de estos acontecimientos. Más y más masacra Putin y aplasta con su bota a todas las naciones sobre las que impone terror, más y más el stalinismo y las direcciones traidoras lo revisten de “antiimperialista” y más y más las masas oprimidas son arrastradas con falsas ilusiones a los pies de la UE, de las garras y el saqueo del Maastricht imperialista. Lo que les espera bajo la bota de Putin o con las cadenas del imperialismo es el redoblamiento del saqueo y la opresión. Solo la clase obrera, volviendo a andar el camino de la heroica revolución de Octubre y de la URSS revolucionaria podrá detener este camino de oprobio. Todo lo demás son engaños y mentiras.
En medio de la brutal crisis capitalista, se intensifica la disputa interimperialista por las materias primas y las zonas de influencia
Sin embargo, es imposible ver la situación de Ucrania y de todos los ex estados obreros por fuera del prisma del marasmo y la bancarrota capitalista. El imperialismo tiene que definir históricamente el 89 a su favor, buscando colonizar con una política agresiva los ex estados obreros, mientras reinicia una enorme disputa en todas las zonas de influencia y por el control de las ramas de producción.
Por ello afirmamos desde el comienzo de la guerra que el objetivo de los yanquis era entregar a Ucrania a las garras de Putin para que este la masacre sin ganar la guerra, pero también tenía como objetivo partir el mercado europeo y romper la articulación económica de Moscú con Europa que Alemania había conquistado. El imperialismo yanqui no puede permitir un regreso al statu quo de antes de la guerra en Ucrania, y que Europa y sobre todo Alemania, se queden con el gas ruso barato, para hacer funcionar al Maastricht imperialista. Ya los yanquis hicieron volar los gasoductos NordStream que iban a succionar el gas ruso hacia Alemania sin intermediarios.
Si la recomposición del mercado europeo se lleva a cabo eso sí sería una derrota para los yanquis. Estos quieren también el gas y el petróleo ucraniano y ruso. Ahora, Wall Street ha vuelto a elegir a Trump para terminar la obra iniciada por Biden también en Ucrania donde ya ha comenzado a plantear una posible salida negociada con Putin, asentada en el desangramiento y la partición de la nación ucraniana.
La realidad es que esta situación pone al desnudo que la carrera de velocidad por recolonizar Rusia y China, una necesidad ineludible para los piratas imperialistas en medio de su marasmo, se ha recrudecido. Definir quién toma la delantera en este camino es lo que se ha puesto al rojo vivo.
Las disputas interimperialistas expresan la pelea por quién se quedará política y militarmente con las enormes fuentes de materias primas y el aparato industrial-militar de Rusia y con el enorme mercado interno chino. Esto no se conquistará pacíficamente, sino que estos ex estados obreros deberán ser colonizados o semicolonizados con invasiones, guerras aduaneras y guerras contrarrevolucionarias. Es que sobran potencias imperialistas y las que existen, comenzando por EEUU y Alemania, están en bancarrota. La guerra en Ucrania es un paso de este camino.
A la vez, las potencias imperialistas buscan que surjan agentes directos de sus negocios en esos países para incidir sobre ellos desde adentro. Por ello en los ex estados obreros existen fuertes regímenes bonapartistas, ofensivos y sanguinarios contra su clase obrera y defensivos frente a la política agresiva del imperialismo. Mientras esto sucede, como hemos dicho, el imperialismo utiliza a Putin como su gendarme en la región y busca ir desmembrándolo de todas las naciones que oprime, quedándose con ellas sin la necesidad del intermediario de Moscú.
El único camino para evitar la catástrofe en Ucrania y todos los ex estados obreros es volver a andar el camino de la revolución socialista: ¡Que vuelva la URSS!
La canalla burguesía ucraniana, con el agente yanqui de Zelensky se aprestan para entregar la lucha por la autodeterminación nacional. Es que la burguesía no tiene patria, solo negocios que defender. Es lo que han hecho bajo la ocupación de Moscú y en Kiev, sobre el hambre y los huesos del pueblo. Quien ha pagado los costos de esta criminal invasión han sido las masas y los trabajadores ucranianos.
Solo el proletariado es capaz de detener este destino negro, uniendo sus filas del Donbass a Kiev, atacando los intereses de los capitalistas y tomando la dirección de la guerra para derrotar al invasor, rompiendo con el FMI y sublevando al proletariado ruso y europeo, puede revertir la catástrofe. Si aún no han podido hacerlo es porque una enorme traición se cierne sobre sus espaldas: las direcciones del proletariado han pintado al asesino Putin como “aliado” y han apoyado sus aventuras contrarrevolucionarias, mientras otros han planteado que de la mano de la OTAN se podía liberar Ucrania, desgarrando las filas del proletariado mundial, sometiéndolo a sus verdugos. Hoy ellos, los reformistas y socialimperialistas, tienen mucho que explicar.
Es hora de que el proletariado europeo y ruso se levanten en apoyo al pueblo oprimido y en defensa propia.
El verdadero camino a la Tercera Guerra Mundial se abrirá si Ucrania queda descuartizada, con Alemania en crisis y aislada, y el proletariado europeo y norteamericano es sacado de escena y derrotado.
Desde la FLTI-CI volvemos a afirmar, como lo hemos hecho desde el comienzo de la guerra, que Ucrania será soviética e independiente y un bastión para que vuelva la URSS revolucionaria, sin burócrata entregadores, o una colonia tutelada partida y saqueada por el imperialismo y Putin.
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