Ucrania - 15 de noviembre de 2024
Con Zelensky y la burguesía dirigiendo la guerra contra la ocupación contrarrevolucionaria de Moscú, con el FMI y los mercaderes de la guerra haciendo negocios sobre la sangre obrera, Ucrania se hunde en la catástrofe y el coloniaje…
Para derrotar la invasión de Putin y liberar la nación…
La clase obrera debe tomar la dirección de la guerra…
¡Hay que unificar las filas de la clase obrera del Donbass a Kiev y expropiar a los expropiadores del pueblo para poner todas las riquezas al servicio de derrotar al invasor!
¡Hay que romper con el FMI y sublevar al proletariado ruso y europeo!
La lucha de liberación nacional solo triunfará con una Ucrania unida, soviética e independiente
Hoy, cuando nos aproximamos a los tres años de guerra, las masas ucranianas están exhaustas y hundiéndose en una crisis brutal. Ucrania es una nación partida, con la región del este ocupada por Putin que no cesa en su asedio de masacre y destrucción. Mientras tanto, la burguesía ucraniana trata a los obreros en el frente como los trata en la fábrica: llevan meses y meses sin descanso, sin municiones siquiera y ni siquiera cobran los seguros y ayudas estipuladas por las mismas leyes marciales con las cuales se impuso la flexibilización laboral. Estas son las condiciones de batalla de una nación ocupada y oprimida: el imperialismo la saquea con la deuda fraudulenta y succionando sus riquezas, Rusia la ocupa, a los obreros los mandan a las trincheras a morir como perros y la burguesía toda continúa haciendo y acrecienta sus negocios. La nación ha quedado cada vez más sometida al imperialismo y expoliada, y cada vez más colonizada. ¡Bajo la dirección de Zelensky solo se debilita la lucha por la liberación nacional de Ucrania!
Así ya se discute en las trincheras de la resistencia. Recientemente desde la FLTI-CI participamos en una reunión con sectores de vanguardia ucraniana y las discusiones que allí se suscitaron desnudan la situación real que todos quieren ocultar. Ya hay sectores de base que plantean que hay que autoorganizarse y echar a todos los oficiales corruptos que entregan la lucha nacional por unas monedas, ya sea de la “ayuda” extranjera o del propio Putin y le garantizan los negocios de las zonas ocupadas.
Es que la única salida es que la clase obrera, que es la única clase nacional a la que no la ata ningún negocio ni con el imperialismo ni con Putin, tome el control de la guerra para llevar a la victoria la derrota del invasor y la liberación de la nación con un programa de reformas sociales, expropiando al imperialismo y a toda la oligarquía, poniendo todas las riquezas al servicio de ganar la guerra.
Putin, con sus bases militares en las ex repúblicas soviéticas, aplasta a las masas oprimidas para ser el guardián de los negocios del imperialismo en Eurasia…
Hay quienes afirman, como el SWP inglés y sus adeptos del PTS, que en Ucrania se libra una guerra de “procuración” con la que el imperialismo utilizaría a la nación oprimida como mero escenario para guerrear con Rusia. Esto es tirar tierra a los ojos a los obreros del mundo.
En primer lugar, pintar a Putin como enemigo del imperialismo es un chiste de mal gusto. Putin se cuida muy bien de no dañar un solo interés del imperialismo ni en Ucrania ni en la propia Rusia donde a pesar de haber anunciado su retiro, la Shell, la Total, la BP (que sigue teniendo el 20% de las acciones de la Rosneft rusa, la empresa petrolera más grande del país) siguen haciendo fabulosas ganancias inclusive en la propia Rusia. Ni hablar de las siderales fortunas que amasaron las grandes empresas alimenticias como Bunge, Dreyfuss y Cargill, con las riquezas de Rusia y saqueando Ucrania. Solo en el año 2024, 80 millones de toneladas salieron de los puertos ucranianos en medio de la guerra, de los cuales 49,5 fueron de cereales. Mientras tanto en Kivvy Rih ni una bala rozó la enorme infraestructura del gigante francés Arcelor Mittal.
Es que Putin es el encargado de cuidar, con sus bases militares y sus tropas en Eurasia, como en Crimea, también Kazajistán, Kirguistán y demás ex repúblicas soviéticas y musulmanas e inclusive en la misma Bielorrusia, el orden burgués y el saqueo imperialista. Y el imperialismo lo sostiene en la medida en que le garantiza sus negocios, pero a la vez busca debilitar a la "Gran" Rusia en tanto que también necesita avanzar sobre ella y sus inmensas riquezas para colonizarla. Por ello, como ahora veremos, el imperialismo apenas le dio a Ucrania armamento defensivo, a cuenta gotas y a costa de una deuda millonaria, para que desgaste y debilite a las tropas rusas pero sin infringirle una derrota que lo debilite y termine cayendo en manos de las masas que lo odian.
Putin es hoy quien mantiene la “cárcel de naciones” que ayer sostuvieron los zares y luego continuara con su bota la burocracia stalinista, volviendo a sojuzgar a todas las nacionalidades que la “Gran Rusia” oprimía y que solo la revolución socialista liberó, proclamando el derecho a la autodeterminación de los pueblos que conformaron la URSS a la que se federaron voluntariamente los pueblos de Ucrania, Moldavia, Azerbayán, Daguestán, Abjasia, etc. El imperialismo le otorgó a los ex burócratas stalinistas, luego de que consumaran la restauración capitalista, el rol de disciplinar, someter y aplastar a las masas de los ex estados obreros.
Fue Putin quien exterminó en Chechenia a todos los hombres mayores de 10 años por haberse sublevado por el derecho a la autodeterminación nacional; fue él quien invadió y masacró en Georgia, Osetia del Norte y del Sur, y quien antes de invadir Ucrania, aplastó la rebelión anticapitalista de los obreros de Kazajistán y Bielorrusia.
Por ello afirmamos que el rol de Putin como gendarme y sicario del imperialismo es el de ser el guardián de las transnacionales y el capital financiero en el Cáucaso, en Eurasia.
La izquierda reformista y neostalinista hoy quiere decir que Putin, el ex agente de la KGB del stalinismo que entregó la URSS al Citibank y Wall Street es el enemigo del imperialismo. ¡Basta de engañar a la clase obrera haciendo pasar a sus más grandes enemigos como aliados!
Raro “ejército de la OTAN” sería Ucrania: ni siquiera tiene municiones para enfrentar al invasor
Pero además, decir que quien pelea en Ucrania es EEUU es un engaño muy vil. La realidad es que el imperialismo le da a Ucrania el armamento suficiente para mantener las trincheras de guerra, llevando a que Putin se desgaste pero sin resultar vencedor. Por ello le otorga a Ucrania armamento defensivo… Y ni siquiera. Hoy vemos que ni municiones tiene ya el ejército ucraniano.
¿Y hay que escuchar a la izquierda neostalinista decir que ese ejército ucraniano de hombres muertos de hambre, sin municiones ni armamento ofensivo, que no logra recuperar el este del país hace casi tres años es un ejército de la OTAN para enfrentar a Rusia? ¿De quién se ríe esta gente? Miremos solamente por un segundo al estado sionista fascista de Israel, armado por los yanquis y Alemania hasta los dientes y con la última tecnología para masacrar al pueblo palestino y veremos realmente lo que es un ejército armado por la OTAN. En un encuentro de corrientes ex trotskistas y neostalinistas realizado recientemente en Buenos Aires hemos tenido que escuchar en boca de un dirigente del Partido Obrero de Argentina (integrante del FIT-U) que EEUU quiere hacer de Ucrania un nuevo Estado de Israel. Esto por supuesto lo dicen sin sonrojarse, montados en los tanques de Putin.
Mientras tanto, miles de soldados ucranianos desertan del frente, ya más de 60000 lo hicieron, por las terribles condiciones en las que son empujados a defender la nación del ocupante.
Aún así hay corrientes de la izquierda socialimperialista que afirman que EEUU está gastando sus fondos y su presupuesto para “apoyar” a Ucrania. Realmente, el cinismo del imperialismo y sus sostenedores sobrepasa todo límite. Lo único que ha hecho EEUU es poner en la timba financiera todo el dinero incautado a los grandes oligarcas rusos y con las fabulosas ganancias que hace, el 90% se lo guarda en el bolsillo y un 10% se lo tira a Ucrania, para que le compre los armamentos al propio EEUU y encima luego le devuelva el préstamo con intereses usureros. ¡Quien crea en el “carácter humanitario y benefactor” de los yanquis no ha entendido ni media palabra sobre el imperialismo!
Lo que aquí queda verdaderamente al descubierto es que Ucrania, en el corazón de Europa, es una nación ocupada y oprimida, cuestión que todos los falsos izquierdistas quieren esconder al proletariado mundial. Pero en ella le va la vida también a todos los trabajadores del continente.
El imperialismo yanqui entregó a Ucrania a la masacre rusa como un peón para aislar y desgastar a Moscú, y para destruir el mercado europeo debilitando al eje franco-alemán...
Así busca tener una Ucrania esclavizada y sometida por el FMI, garantizada por las bayonetas de Putin
Lo que queda claro es que el objetivo de la OTAN ha sido desde un comienzo entregar a Ucrania como un peón para que Putin la masacre sin que Moscú venza en la guerra, y al mismo tiempo, partir el mercado europeo y los negocios de este con Rusia. Con una Ucrania masacrada y aplastada, EEUU queda en una buena posición en su camino por cercar Moscú.
Tanto sirvió esta guerra para partir el mercado europeo y sus lazos con Moscú, que al comenzar el conflicto, Alemania se quedó sin 2 gasoductos clave que le proveían gas ruso barato y sin intermediarios: los yanquis hicieron volar por los aires los gasoductos Nordstream 1 y 2 (este último ni siquiera alcanzó a entrar en funcionamiento). Hoy, Europa está obliga a cubrir esa falta de provisión del gas de Rusia comprándoselo a EEUU a un precio mucho más elevado, lo que sumado a la recesión económica que ya golpea en la mayor economía europea que es Alemania, ha hecho subir los porcentajes de inflación. Y esta es una de las razones principales de la enorme crisis económica y política que ya ha empezado en Europa y no hace más que profundizarse. Así vemos hoy a Alemania entrando en su segundo año de recesión consecutiva, con su poder exportador reducido y con el telón de fondo de la baja en su competitividad en el potente sector automovilístico frente a los subvencionados vehículos eléctricos chinos, con una baja creciente en la producción industrial. Esto desato una crisis política que ha desencadenado en la ruptura de la coalición gobernante y elecciones anticipadas.
La respuesta del Maastricht imperialista ante la crisis fue profundizar por mil el ataque a los trabajadores de Europa.
Por otra parte, en Rusia, también esta guerra casi crónica está trayendo duras crisis que son descargadas sobre el pueblo trabajador y las masas. Casi 2 millones de hombres huyeron desde 2022, cuando comenzó la invasión a Ucrania. Como consecuencia de la guerra, millones han sido enviados forzosamente al frente, y hay casi 300 mil muertos y 400 mil heridos. Mientras tanto, la carestía arrasa la economía doméstica, porque la inflación ha encarecido todos los productos y servicios básicos. Y si bien el salario promedio ha aumentado a U$740, 2/3 de la población gana menos de U$300 al mes, lo que no es suficiente para cubrir las necesidades cotidianas básicas. Y sumado a la carestía de la vida, se ha profundizado la persecución contra los jóvenes y trabajadores que osan enfrentar al régimen del carnicero Putin.
Hasta ahora, los enormes gastos de la guerra (el 40% del presupuesto ruso -142 mil millones de dólares), mantienen la industria militar rusa en altos niveles. Y esto es posible gracias a la producción y venta récord de gas y petróleo de Rusia (se prevé en 250 mil millones de dólares en 2024).
Todo esto reafirma que, mientras los trabajadores ponen los muertos y padecen las consecuencias de la guerra, para la burguesía la guerra es un gran negocio, al decir de Lenin, el más importante de la época imperialista.
La clase obrera uniéndose del Donbass a Kiev, debe tomar el control político y militar de la guerra y llevar a cabo el programa de la revolución social para derrotar la invasión y liberar Ucrania
Desde sectores de los sindicatos y las organizaciones de defensa civil en Ucrania, han lanzado una declaración por una “paz de los pueblos; no una paz imperialista”. Allí han planteado correctamente que la salida para ganar la guerra es la unidad con el obrero ruso. Los sindicatos ucranianos junto a los comités de soldados rasos, deben tomar la dirección de la guerra y elegir a sus oficiales. ¡Hay que unificar las filas obreras del Donbass a Kiev en defensa de la nación por las demandas de trabajo y vida digna! ¡Hay que conquistar el armamento generalizado del pueblo, con los sindicatos obreros y las organizaciones de masas tomando el control! ¡Ya está por demás claro que con Zelensky no se puede pelear, y mucho menos vencer! ¡Fuera Zelensky!
La victoria de Ucrania se conquistará a manos de las masas explotadas, con la guerra civil en las ciudades y no con los generales marionetas de la OTAN, siempre prestos a negociar y a entregar la nación por unas monedas. Es necesario un programa de reforma social, de ataque a los negocios de los capitalistas y el imperialismo para ganar la guerra.
¡Hay que romper con el imperialismo, desconocer la deuda con el FMI, recuperar la tierra para que el pueblo hambriento coma, poniendo todas las fuerzas de la nación al servicio de ganar la guerra y derrotar al invasor! ¡Hay que expropiar a la oligarquía y el imperialismo! ¡Hay que expropiar a los expropiadores del pueblo para vencer!
Hay que poner en pie los comités de obreros y soldados rasos ucranianos y comités de obreros y soldados rasos rusos por la derrota de Putin en Ucrania, y que toda Rusia subleven al pueblo ruso contra el carnicero y gendarme del imperialismo Putin. Porque la única manera de lograr “la paz de los pueblos” es con una Ucrania soviética e independiente, que sea un bastión por la restauración soviética de la ex URSS y de la revolución europea, sin stalinistas que la entregaron y traicionan a la clase obrera mundial.
Se ha abierto nuevamente una disyuntiva en la cuestión ucraniana. Estamos ante una guerra donde lo que se define es si las naciones oprimidas que pisaba el stalinismo de la ex URSS son un eslabón de la restauración de la dictadura del proletariado, donde se van a combinar las luchas de liberación nacional contra el imperialismo y la Gran Rusia con tareas socialistas. Si avanza el plan del imperialismo, la Ucrania partida y colonizada será la cabecera de playa de los piratas imperialistas en su camino por recolonizar toda Europa del Este y Rusia. Por el contrario, si el proletariado logra volver a unir sus filas para tomar la dirección de la guerra y vuelve a poner se pie la revolución como en 2014, esta será un bastión de la revolución europea y también de la restauración de la dictadura del proletariado en todas las ex repúblicas soviéticas, de Kiev a Moscú. ¡Que resuene nuevamente el grito de los obreros ucranianos que se sublevaron en 2015 al grito de : QUEREMOS QUE VUELVA LA URSS!
Por ello a la clase obrera mundial y de Europa y EEUU en particular, les va la vida en que no triunfe el imperialismo en Ucrania y la región. Es necesaria una intervención decidida de los trabajadores de las potencias imperialistas, como la de la juventud de EEUU que sigue en las calles contra el genocidio del sionismo contra el pueblo Palestino, a favor de sus hermanos de clase de Ucrania y Rusia.
¡Fuera Rusia del Donbass, Crimea y toda Ucrania!
¡Abajo la OTAN y el Maastricht imperialista!
¡Por una Ucrania obrera, soviética e independiente, de Kiev al Donbass y Crimea!
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa! ¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en Rusia y las ex repúblicas soviéticas!
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