Por qué el mundo debe aprender a decir #BlackLivesMatter (Las Vidas Negras Importan)
La Federación de Sindicatos de Sudáfrica (SAFTU) está completamente asqueada por la continua mutilación de hombres y mujeres negros desarmados e indefensos a manos de la policía blanca racista de los Estados Unidos. El brutal y despiadado asesinato de George Floyd por parte de la policía de Minneapolis sirve como un recordatorio de los niveles diarios de racismo abierto, al desnudo, pero a veces subliminal, al que los negros están sometidos en todo el mundo, desde Minnesota hasta Marikana y en todas partes.
El SAFTU se solidariza con la familia de George Floyd y con las masas que ganan las calles en EEUU y otras partes del mundo. Esto para nada es una tragedia aislada. Vean la lista de negros asesinados por la policía a lo largo de los años. https://newsone.com/playlist/black-men-boy-who-were-killed-by-police/item/19
El racismo, la xenofobia, el nacionalismo estrecho, el fascismo, el regionalismo, el sexismo y el tribalismo son resultados directo de la pobreza y desigualdades, que siguen creciendo bajo el capitalismo global de hoy. Todas van en aumento.
Hay aproximadamente 315.000 residentes negros en la ciudad de Minneapolis, constituyendo el 8,7% de su población total. (A nivel nacional, los Americanos Negros constituyen el 12,7% de la población). Los negros no se han beneficiado del reciente crecimiento económico en su región.
Muchos académicos han analizado las tendencias recientes, las cuales muestran que el coronavirus mata desproporcionadamente a la minoría negra en EEUU por las condiciones socioeconómicas subyacentes que enfrentan. Son, como nuestro proletariado, los hijastros e hijastras de una economía capitalista dominada principalmente por el 1% de principalmente hombres blancos. Vean este análisis de cómo el COVID-19 afectará EEUU y al EEUU negro en particular: https://www.brookings.edu/research/who-are-the-workers-already-impacted-by-the-covid-19-recession/
A nivel nacional, el patrimonio neto de los norteamericanos negros es asombrosamente bajo en comparación con los norteamericanos blancos. La riqueza media de una familia blanca fue de $ 171.000 en 2016, según el Directorio de la Reserva Federal (el banco central de EEUU). Ese número fue de $ 17.600 y $ 20.700 para familias negras, latinas o hispanas, respectivamente.
En Sudáfrica, el gobierno negro, los últimos 26 años, ha reflejado a los opresores de EEUU en términos de humillación, sufrimiento y discriminación contra la mayoría negra, a cuenta de la minoría blanca que todavía está a cargo de las palancas económicas.
Sudáfrica ha tenido una buena cantidad de asesinatos de negros por parte del estado negro. Recordamos nuestra propia lista de vergüenza solo de la última década. Tres docenas de mineros de Marikana fueron asesinados en 2012 por exigir un salario digno; Andries Tatane de Ficksburg fue asesinado un año antes en una protesta por la prestación de servicios, al igual que cuatro residentes de Mothotlung, al oeste de Pretoria, asesinados en 2014 cuando simplemente exigían agua (demandas aún no satisfechas al entrar en cuarentena). Y el mes pasado, Collins Khosa de Alexandra fue golpeado hasta la muerte por la Fuerza de Defensa Nacional de Sudáfrica en su propio patio trasero. La semana pasada, el SANDF se declaró inocente de toda fechoría.
Decir “¡Las Vidas Negras Importan!” no es solo oponerse a la brutalidad policíaca. Se trata también de la estructura de la sociedad: los sistemas políticos y económicos que devalúan las vidas negras, las tierras negras, la cultura negra, y a los negros. Si verdaderamente vamos a reconocer que las vidas negras importan, entonces necesitamos trabajar para arreglar y, si es necesario, revertir esos sistemas.
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Protestas de abril de 2018
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