Venezuela - 5 de agosto de 2024
Crisis política en Venezuela…
¡Basta de farsa de la “revolución bolivariana”!
La oposición oligárquica viene a llevar hasta el final la obra de Maduro.
¡Fuera la OEA, los yanquis y el FMI!
¡Disolución de las fuerzas represivas! ¡Comités de autodefensa obreros y de soldados rasos!
¡Paso al Caracazo!
Gobierno provisional de obreros y campesinos pobres
para romper con el imperialismo, nacionalizar sin pago la tierra, las grandes tiendas y los bancos para que primero coma el pueblo
Asamblea nacional constituyente libre y soberana
1. Tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, se ha abierto una formidable crisis política en Venezuela. Maduro se ha proclamado vencedor y se mantiene en el gobierno, mientras la oposición oligárquica de González Urrutia-Machado (PUD) denuncia fraude y se moviliza exigiendo que se la reconozca a ella como vencedora, tal como ya lo ha hecho el imperialismo yanqui.
Lo que está en juego en esta disputa en las alturas entre Maduro y la oposición es quién termina de entregar PDVSA al servicio de Goldman Sachs y Chevron y todos los recursos de la nación para una nueva colonización en manos de Estados Unidos, garantizarle el pago de la deuda externa y dirimir quién cobrará el porcentaje de las regalías petroleras mientras el pueblo se muere de hambre.
2. Maduro y los generales asesinos ofrecen sus servicios de verdugo con las bayonetas de las FF.AA. a cambio de conservar su tajada de los negocios. González y Machado se ofrecen directamente como CEOs de Wall Street para llevar hasta el final la obra de Maduro: la entrega de Venezuela al imperialismo y un feroz ataque a la clase obrera. Para esto la oposición llama a la casta de oficiales, que hoy se cuadra con Maduro y que no dudará en hacerle la venia a la oligarquía para masacrar al pueblo, si ésta llega al gobierno.
3. Hoy los trabajadores padecen el infierno en que los sumió la estafa de la “revolución bolivariana”, vendida como “antiimperialismo” y “socialismo del siglo XXI” ante millones por el castrismo y los renegados del trotskismo.
Hay que decir la verdad. Eso no es ni será jamás el socialismo. Los yanquis usaron a Maduro como un “limón exprimido” para que este aplique su plan. Maduro le pagó a Wall Street US$70 mil millones de deuda externa, hundiendo a Venezuela en la catástrofe y la ruina. Un capitalismo semicolonial quebrado, con un 85% de pobreza, millones buscando comida en la basura, 8 millones de emigrados, salarios de US$4, hospitales destruidos, la industria petrolera devastada y la economía dolarizada como ni siquiera pudo hacerlo Milei en Argentina.
Ese cobarde de Maduro no le tocó un solo dólar a las transnacionales y los banqueros, mientras el imperialismo yanqui incautaba los fondos de Venezuela en el exterior y hoy amenaza con quedarse con las refinerías y estaciones de servicio de CITGO (PdVSA) en Estados Unidos que Maduro puso en garantía del pago de la deuda externa. Por eso los obreros de Sidor dijeron con absoluta claridad "no creemos en socialistas con Hummer, ni en comunistas con Rolex… Creemos en la revolución de los trabajadores".
4. Chávez apoyó a Obama “contra Bush”. Maduro, a Biden “contra Trump”. Junto a los Castro, entregaron a la resistencia colombiana con el Pacto de La Habana para que sea masacrada por el ejército colombiano. A la cabeza del viejo Foro Social Mundial, estrangularon el ascenso revolucionario de 1997-2005 en Ecuador, Argentina, Bolivia, etc. y salvaron al imperialismo y los capitalistas de la revolución.
El broche de oro fue la restauración capitalista en Cuba, consumada por los bolivarianos y los Castro, una enorme puñalada por la espalda a la lucha antiimperialista de los oprimidos de América Latina.
El servilismo de Maduro, al igual que antes Chávez, Morales y los Kirchner, demuestra que las burguesías nativas jamás romperán con el imperialismo, al que están atadas por mil lazos. Saben que, para liberar a las naciones del yugo imperialista, deben apelar a la movilización revolucionaria de las masas, cosa que no harán jamás, porque éstas podrían terminar embistiendo contra la propiedad de la propia burguesía nativa. ¡Por eso estos cobardes le temen más a su propia clase obrera que al imperialismo!
5. Los obreros venezolanos odian a Maduro, que los hambreó y los aplastó. Pero, sin alternativa por la traición de sus direcciones, que durante años le dijeron que los boliburgueses eran sus aliados y no sus enemigos, los obreros fueron empujados a los pies de la oposición oligárquica. Esa fue la gran trampa de estas elecciones.
Pero, aunque Machado llamó a la calma frente al escandaloso fraude de Maduro, miles de explotados que ya no soportan vivir estos padecimientos bajaron de las barriadas para dirigirse al palacio de Miraflores. Maduro respondió con una represión salvaje que dejó por lo menos 16 muertos y 1200 detenidos.
6. Sea cual sea el desenlace de la disputa entre Maduro y González Urrutia, el verdadero ganador será el imperialismo yanqui, que viene por el petróleo y todas las riquezas de Venezuela y América Latina.
Basta de estafa bolivariana. Basta de hambre y represión. Lo que estos verdugos se merecen es un nuevo Caracazo. ¡Huelga general revolucionaria!
Basta de gobiernos de banqueros, militares y oligarcas hambreadores del pueblo. Edmundo y Machado no vienen a liberar Venezuela. Vienen a terminar de someter a la nación a coloniaje yanqui.
El único gobierno que va a liberar a Venezuela de la opresión, el saqueo, hambre y el sufrimiento de millones es un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino, apoyado en los consejos de obreros, campesinos pobres y soldados rasos. ¡Es hora de que gobierne la absoluta mayoría productora de la nación!
7. ¡Que primero coma el pueblo! Para garantizar el pan, hay que romper ya mismo con los yanquis y expropiarles Chevron y todas sus empresas, sin pago y bajo control de los trabajadores, al igual que los bancos que organizaron el robo de los dólares de Venezuela. Desconocimiento de la deuda externa. ¡Fuera la OEA y Wall Street de Venezuela!
Hay que expropiar a Fedecamaras, a la oligarquía y a los generales millonarios de la boliburguesía. Que los bolivarianos devuelvan los US$300 mil de millones que fugaron a Estados Unidos e Inglaterra.
Comités populares de abastecimiento en cada barrio, comités de fábrica y comités de desocupados para conquistar trabajo, pan y salario.
8. ¡Hay que desarmar a los generales asesinos y armar a los trabajadores y el pueblo pobre! Edmundo quiere ganarse a la casta de oficiales para convertirse en el nuevo jefe de esos verdugos y usarlos contra el pueblo. La clase obrera tiene que ir a los cuarteles a buscar a sus hijos, primos, novios, los soldados rasos...
¡Por comités de autodefensa! La tarea no es otra que poner en pie la milicia obrera y los comités de soldados que destituyan a los oficiales asesinos, para disolver a la Guardia Bolivariana, el SEBIN y todas las fuerzas represivas y aplastar a los lúmpenes fascistas de los Colectivos Bolivarianos.
¡Libertad a los 1200 presos del 29 de julio y a todos los dirigentes obreros encarcelados por el régimen!
9. ¡Hay que demoler el régimen bolivariano y su Constitución! Sobre las ruinas de este infame régimen cívico-militar hay que instaurar una asamblea constituyente revolucionaria libre y soberana, sin injerencia imperialista de la OEA y el Departamento de Estado yanqui ni tutela de los generales represores del pueblo.
Una Constituyente con un diputado cada 50 mil habitantes, removible por sus electores, que asuma todos los poderes, que decrete la ruptura de Venezuela con todos los tratados que la atan al imperialismo y declare incautados los bancos, empresas y tierras de los saqueadores de la nación.
Una Constituyente que solo será verdaderamente libre y soberana si es garantizada por ese gobierno provisional revolucionario obrero y campesino con sus milicias, que aseguren que se aplique toda resolución que rompa con el imperialismo y ponga la tierra y la banca extranjera al servicio del pueblo.
10. Revolución socialista o caricatura de revolución. Esa es la alternativa inmediata. La revolución bolivariana demostró ser un rodeo para atar con dobles cadenas a Latinoamérica al imperialismo.
Para terminar con tanta ignominia, hay que luchar ferozmente, como en la Colombia insurrecta de 2021, como en el Chile de la Dignidad de 2019, como en el Caracazo de 1989 contra el FMI. No hay manera de conquistar el pan y la libertad sino es con el método de la revolución obrera y campesina.
Los aliados de la clase obrera venezolana no son los yanquis ni la OEA. Tampoco esos representantes de la “izquierda gringa” de Lula (Brasil), Boric (Chile), Petro (Colombia), Arce (Bolivia) ni con las boliburguesías rapaces, cobardes y sumisas al imperialismo.
Los únicos y auténticos aliados de las masas venezolanas son los obreros y los campesinos pobre latinoamericanos y, fundamentalmente, los trabajadores y la juventud rebelde de Estados Unidos, que hoy enfrentan a Biden y al sionismo genocida del pueblo palestino.
¡Paso a la alianza obrera y campesina en toda América Latina, en especial, con los obreros cubanos, hambreados y reprimidos por la nueva burguesía del PC socio de los bolivarianos!
¡Fuera el imperialismo y sus bases militares de América Latina!
¡Por una lucha continental desde Alaska a Tierra del Fuego contra el FMI y Wall Street!
Por una Venezuela obrera y socialista, sin generales, patrones ni banqueros imperialistas. |