VENEZUELA 9 de noviembre de 2016
LA LTS-PTS Y LOS RENEGADOS DEL TROTSKISMO:
EL SUEÑO DE DEMOCRATIZAR EL RÉGIMEN DE LA CONSTITUCIÓN BOLIVARIANA
Las posiciones de los renegados del trotskismo sobre Venezuela son una muestra de cómo, en medio de la bancarrota capitalista mundial, las corrientes de la “Nueva Izquierda” juegan el papel de sostenedores de los Estados y regímenes. La LTS, un pequeño grupo dirigido desde Buenos Aires por PTS, es una de las más desvergonzadamente sostenedoras de la República Bolivariana en descomposición. En el otro extremo de los renegados del trotskismo, desde una oposición democrática a Maduro, el PSL (UIT) y la UST (LIT) también levantan esta política. Son unos raros opositores a Maduro que están en un frente de colaboración de clases con corrientes chavistas. Estos son botones de muestra de los renegados del trotskismo, que abandonaron hace años la lucha por la revolución socialista para abrazar el de la “democracia extrema”. Por eso al polemizar con la LTS estaremos polemizando también con todos ellos.
En la declaración del 26 de octubre publicada en La Izquierda Diario, la LTS dice que la tarea del momento es “conquistar mayores libertades para el pueblo trabajador”. Según esta corriente, se trata de “responder a las aspiraciones democráticas legítimas del pueblo trabajador, que busca una solución a la gravísima situación y quiere hacer pesar realmente su voluntad en los asuntos nacionales”.
Es una vergüenza decir que los trabajadores están peleando por ampliar sus derechos democráticos en un país donde hubo literalmente miles de revueltas espontáneas por hambre desde 2015, contra las condiciones de vida africanas que les impusieron los explotadores. Si los dirigentes del PTS hicieran filas durante 8 ó 10 horas para conseguir algo de arroz o pan, o si bajaran a los piquetes por hambre o agua en las barriadas, no se encontrarían con gente exigiendo votar sino con obreros hambrientos que piden comida, medicamentos, agua potable, a los que sus hijos se les mueren. Todos los explotadores lo saben. La MUD y la Iglesia no se cansan de decirlo.
La dirección del PTS-LTS también lo sabe. No se trata de un descuido, sino que se esconden las verdaderas demandas de pan de los trabajadores para poder justificar un programa de sostenimiento de Maduro y el régimen bolivariano, como veremos a continuación. Esa dirección no le dice la verdad a la clase obrera.
LA LTS-PTS Y SU “DEMOCRACIA EXTREMA” A LO BERNSTEIN
En esa declaración, la LTS dice que la clase obrera debe luchar por “mayor democracia”, por una “Asamblea Constituyente” que les resolverá a los explotados todos los problemas… pero sin necesidad de derrotar al gobierno de Maduro y al Estado Mayor de las FANB, ni echar abajo al régimen bolivariano para tomar el poder. En esa declaración hablan de “socialismo”, de “organismos de autodeterminación”, etc. pero ni siquiera mencionan esta cuestión central.
Esta corriente omite el hambre, la represión, los muertos, las detenciones masivas, el fascismo; se callan que la República Bolivariana es una feroz dictadura de clase organizada para que Wall Street siga saqueando y hundiendo Venezuela. Los dirigentes del PTS se abstraen de todo esto y sueñan con que Maduro y los generales se retiren pacíficamente, y que de esta República Bolivariana surja una hermosa ‘democracia’ que será la profundización de las ‘conquistas parciales y limitadas’ del chavismo. En esa ‘democracia extrema’ (una “Asamblea Constituyente”), surgida de la ampliación de la República Bolivariana, los obreros tendrán muchos ‘derechos y conquistas sociales’. Chávez, dice la LTS, avanzó en ese camino pero lamentablemente tuvo límites, y ahora la derecha intenta liquidar estas conquistas, tal como sucede en Brasil con Dilma.
Esta “democracia extrema” es el anhelo de esta gente. No tiene nada que envidiarle a la utopía del socialdemócrata de derecha Bernstein, que pretendía pasar del capitalismo al socialismo por una extensión pacífica y evolutiva de la democracia burguesa. Los trotskistas alertamos a los trabajadores de esta gente que sólo quiere una carrera política en los regímenes burgueses.
¿DEMOCRATIZACIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA O REVOLUCIÓN SOCIALISTA?
Nadie niega que los explotados necesiten más democracia. Eso es elemental. La cuestión es qué tipo de democracia necesitan, cómo se conquista y con qué fin.
En los últimos años, los explotados enfrentaron al gobierno de Maduro poniendo en pie asambleas, comités de huelga, piquetes, comités de hecho en los barrios, pero no para exigir votar como dice la LTS, sino por salarios, comida, medicamentos o agua. Allí se decidía a mano alzada qué acción llevar adelante, determinando su futuro siempre con el método de la democracia obrera. Ahí vivía la democracia que necesitaban los explotados para enfrentar a Maduro. Así ocurrió en SIDOR, en las calles de San Félix, Ciudad Piar, Puerto Ordaz, en Catia y Petare.
La extensión, profundización y centralización de esos organismos era un enorme peligro no sólo para Maduro, sino sobre todo para Wall Street y la oligarquía. Por eso vinieron las tropas del ejército, la Gendarmería, la policía, los colectivos bolivarianos fascistas del SEBIN, la burocracia sindical y el lumpenaje, a disolver estos organismos de democracia directa y aplastar la lucha de los trabajadores con tanquetas y plomo.
Esto no lo hicieron la oligarquía o el imperialismo. Lo hicieron los bolivarianos al amparo de la Constitución Bolivariana burguesa que ellos mismos sancionaron en 1999, que resguarda en primer lugar la propiedad privada, y sobre todo, la propiedad y los negocios de Wall Street. La República Bolivariana que la LTS quiere profundizar es un bonapartismo feroz que mantiene bajo ocupación militar las fábricas y los barrios obreros para garantizar el saqueo imperialista. Hay muertos, desaparecidos y presos. Por cualquier sospecha, un obrero es sacado de su casa por el SEBIN o los colectivos chavistas, y si tiene suerte, no es fusilado de un tiro en la cabeza delante de su familia, sino que va preso y es torturado.
Entonces, ¿qué “democracia” quiere ampliar la LTS? ¿La “democracia extrema” que rompa con el imperialismo y haga el “socialismo” -como sostienen en su declaración-, va surgir de la evolución pacífica de la República Bolivariana burguesa proimperialista? Esta corriente habla de romper con el imperialismo con una “democracia extrema” sin demoler el Poder Ejecutivo, la Asamblea Nacional de la MUD, la casta de jueces y sobre todo, la oficialidad asesina de las FANB monitoreada por el Pentágono desde Colombia. Es decir, quieren romper con el imperialismo y dejar intacta la maquinaria estatal burguesa que justamente está para garantizar el saqueo imperialista con violencia y terror sobre los explotados de Venezuela.
En la República Bolivariana, cualquiera que toque un solo dólar de las transnacionales termina muerto por la represión, fusilado por las bandas parapoliciales de los Colectivos chavistas, o preso con cargos falsos y torturado como los obreros de CIVETCHI. La LTS quiere construir una “democracia extrema” que conviva al lado de esa maquinaria estatal de represión al servicio del imperialismo. ¿Se puede ser más ridículo? Está claro que estamos ante una corriente sostenedora de la República Bolivariana que no tiene nada que ver con la revolución ni el socialismo, y que ha roto toda amarra con el marxismo y las lecciones de más de 150 años de revoluciones.
La LTS-PTS sabe perfectamente que en Venezuela toda lucha seria por los derechos de los explotados lleva al choque directo con el gobierno y la tropa, y que plantea su caída revolucionaria. Veamos la cuestión elemental del alimento, por ejemplo.
¿Qué hizo el Poder Ejecutivo con el alimento? Militarizó su distribución y lo puso bajo la custodia directa de Padrino López, Jefe del Estado Mayor de las FANB y superministro de Maduro. Hoy las Fuerzas Armadas custodian los grandes almacenes y depósitos de mercadería. Los oficiales manejan el “bachaqueo” de alimentos (reventa en el mercado negro) y tienen acaparados enormes depósitos de comida en los principales cuarteles. Ellos garantizan que a los barrios ricos lleguen carnes, verdura fresca, aceites, conservas, etc. en abundancia y calidad, y que a los barrios obreros no llegue nada.
Es evidente que para comer los explotados deben expropiar no sólo esos grandes almacenes, sino también la propiedad del imperialismo y la oligarquía, para producir alimento e importar el faltante. Y es evidente también que esto no puede hacerse pacíficamente con una Asamblea Constituyente, si no se derrota antes a los generales ni se demuelen las instituciones del régimen de la Constitución Bolivariana, porque ellos custodian los depósitos de alimento y la propiedad de los bancos y las transnacionales. Por eso, para la cuestión tan elemental de conseguir alimento, los explotados deben hacer la revolución: poner en pie los organismos de democracia directa, armarse y partir al ejército para preparar la insurrección y la toma del poder.
Pero estas cuestiones que son el ABC del marxismo, perfectamente conocidas por la LTS-PTS y todos los renegados del trotskismo, son silenciadas de forma consciente por estas direcciones.
LAS LECCIONES DEL MAGREB Y MEDIO ORIENTE
Las recetas socialdemócratas del tipo LTS, que embellecen a los enemigos implacables y echan tierra en los ojos de los trabajadores, terminan en tragedia para los explotados. En el Magreb y Medio Oriente todos los renegados del trotskismo aplicaron una política calcada de la LTS. Cuando en 2011 los explotados de Túnez, Egipto, Libia, Siria, etc. salían a las calles por pan y para conquistarlo tiraban dictaduras y partían ejércitos, estas corrientes decían que no había que armarse, avanzar hacia la expropiación del imperialismo y la toma del poder. Decían que eran revoluciones democráticas, cuya tarea era reemplazar las tiranías de Mubarak, Ben Alí, etc. por regímenes democrático burgueses. “¿Comer? Por supuesto”, decían, “pero primero democracia; votemos y organicémonos”.
¿Cuál fue el resultado? No se consiguió el pan porque no se expropió al imperialismo y las petroleras ni se tomó el poder; la “revolución democrática” que pregonaron estos renegados terminó en un baño de sangre a manos de los generales, dictaduras feroces como la de Al Sisi en Egipto, y en Siria, un genocidio terrorífico que está costando la vida de 600 mil explotados.
Maduro, los Castro, Evo Morales, etc., apoyaron a Khadafy como apoyan hoy a Assad exigiendo el aplastamiento y exterminio de las masas revolucionarias, porque saben que allí no está en juego sólo el régimen político, sino la propiedad de los explotadores y la existencia misma del Estado burgués que custodia esa propiedad.
EL PROGRAMA DE LA IV INTERNACIONAL ES LA LLAVE DEL TRIUNFO DE OBREROS Y EXPLOTADOS VENEZOLANOS
Los trotskistas le decimos a los obreros, a los oprimidos de Venezuela: para comer hay que hacer “la revolución de los trabajadores” que proclamaban los obreros de SIDOR, a los que la LTS le dio la espalda. Dejemos a los renegados del marxismo que acompañen a los bolivarianos a la tumba. Ellos no tienen nada que ver con las aspiraciones más sentidas del proletariado profundo que se levantará contra los bolivarianos. Los obreros fabriles de La Paz y su lucha contra Evo Morales son la vanguardia del movimiento obrero que comienza a emerger del ocaso de los bolivarianos.
Los trotskistas de la FLTI defendemos el legado de la IV Internacional y la teoría programa de la revolución permanente porque esa es la bandera que llevará al triunfo al proletariado latinoamericano. En Venezuela no habrá pan ni “democracia” si no es haciendo la revolución, sino es derrotando y echando a los opresores y hambreadores que desangran al pueblo para entregar la nación a Wall Street. Sólo así podrá surgir una Venezuela verdaderamente democrática, donde gobiernen las amplias masas y no un puñado de parásitos oligarcas y boliburgueses, con sus generales verdugos; una Venezuela independiente del imperialismo y los banqueros; una Venezuela socialista, donde la propiedad esté en poder de los explotados, para satisfacer las necesidades de la amplia mayoría del pueblo; una Venezuela bastión de la revolución latinoamericana y mundial. Éste es el objetivo de los trotskistas de la FLTI… una Venezuela obrera y socialista sin generales, patrones ni banqueros imperialistas.
|