VENEZUELA - 01 de septiembre de 2014
Bancarrota en la industria siderúrgica, del aluminio y automotrices en Venezuela
A dos semanas de la imposición del Gobierno en la discusión del contrato, los trabajadores siguen sin conocer las actas de finiquito de la convención, y el contenido de las cláusulas económicas. Mientras hasta ahora, la traidora burocracia sindical de Sutiss espera “que el Ejecutivo les convoque para darle validez al contrato colectivo 2014-2016”. En su asamblea, del día 19, en el portón III de Sidor los trabajadores mayoritariamente expresaban su rabia, incertidumbre, y confusión: “Todo el mundo está confundido, esta es una sola confusión”, decían.
Sin embargo, como afirman los trabajadores la empresa no ha arrancado con “normalidad” y no puede haber normalidad “porque los trabajadores no estamos claros todavía. Estamos perdidos en lo que realmente se logró, si es que se logró algo…” agregaba otro trabajador en la asamblea. Tampoco en las operaciones de la planta hay “normalidad”, si hay escasez de repuestos, insumos, filtraciones, falta de electrodos y maquinarias. Por eso mientras el gobierno habla de normalidad, los trabajadores dicen que es un “arranque simbólico”.
La verdad es que Sidor, la acería más grande de la región andina, ha sido llevada conscientemente a una bancarrota total por los gobiernos chavistas de “socialismo de mercado”, desde hace años.
La empresa Sidor fue “nacionalizada” en el año 2009. Era propiedad del grupo Techint, al que el gobierno “socialista de Chávez le pago la suma de 4000 millones de dólares. Una vez nacionalizada, a la cabeza de la empresa los directivos siempre fueron designados por el gobierno. Por allí han pasado por ejemplo Diosdado Cabello, el actual Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela hasta una seguidilla de civiles y militares, que son los directos responsables del enorme desastre actual de Sidor.
Así por ejemplo, Sidor cerró el 2013 con una producción de 1,5 millones toneladas de acero líquido, la más baja de los últimos 30 años. Estos niveles de producción fueron 10% menos que los de 2012, apenas el 30,5% de la capacidad instalada de la planta y 36% de su récord histórico de 4,3 millones de toneladas de acero, logrado en el 2007, cuando aún pertenecía al grupo Techint. A esto hay que agregar, como denuncian los trabajadores, la escasez de repuestos, insumos, etc. Otras empresas relacionadas, productoras de aluminio, también reflejan una situación deplorable.
La nacionalizada, Alcasa cerró el 2013 con una producción de 38.000 toneladas de aluminio primario, 36,3% menos que 2012 y 79,7% menos que 2008, año de la nacionalización.
La otra estatal, CVG Industria Venezolana de Aluminio C.A. (CVG VENALUM) productora de aluminio primario en diversas formas para fines de exportación, de capital mixto, con 80% de capital venezolano, representado por la Corporación Venezolana de Guayana, (institución estatal descentralizada, a la que pertenece también Sidor) y un 20 por ciento de capital extranjero, suscrito por un consorcio japonés, esta en situación crítica. También otras nacionalizadas como Bauxilum y Carbonarca del sector aluminio tienen una fuerte desinversión.
Para responder a esta situación de bancarrota de empresas “nacionalizadas”, es que el día 19 de agosto del presente año, desde el estado venezolano Bolívar el Ministro de Industrias y superintendente tributario, José David Cabello, que ya se había, reunido con Carlos Osorio, presidente de la CVG manifestó que "se tiene que aumentar la producción del hierro y el aluminio" anunciando ostentosamente que las empresas estatales venezolanas Sidor y Venalum firmaron convenios con empresas chinas e informó en VTV que el acuerdo se realiza a través del Fondo Conjunto Chino-Venezolano. En realidad la firma de esos convenios significan la entrega a trasnacionales del imperialismo, instaladas en China. Es esta la verdadera política que en la mesa de Paz económica, del gobierno, la MUD y los empresarios, donde discuten como se reparten la Renta Petrolera, imponen gasolinazos y devaluaciones y descaradamente piden mayor flexibilidad laboral.
Detalló Cabello, que la inversión en Venalum, cuyo convenio es con Chalieco, asciende a US$500 millones y contempla adecuar la planta de licuados para elevar la producción de las celdas a 500.000 toneladas métricas.
Sidor, que firmó un acuerdo con China Minmetals Engineering, se le inyectarán US$250 millones a fin de instalar una nueva línea para la fabricación de palanquillas y así generar más cabillas. Estos recursos se suman a los US$403 millones que ya fueron autorizados para Alcasa. Cabello destacó que en total se orientarán a las industrias básicas US $1.100 millones. Todos esos contratos implicarían que los equipos, piezas, maquinarias, repuestos e insumos que hagan falta en cada proyecto hay que comprarlos en China a sus industrias (...). Casi todos -hasta donde se sabe- establecen el pago del préstamo en materias primas como hierro y sobre todo petróleo.
Pero la situación de Sidor, empresa estratégica, no es mejor a la mayoría de las casi 1000 empresas nacionalizadas por el chavismo que están en una situación deplorable.
A esto se suma, ahora, una ola de despidos en la empresa privada como las automotrices que en relación al año anterior están produciendo a una décima parte, así por ejemplo la Ford y la General Motors están produciendo 10 y 15 coches al día respectivamente, teniendo una capacidad instalada para producir 300. No es mejor la situación de las otras 5 ensambladoras. En consecuencia, la producción acumula una fuerte caída hasta ahora de 87% en 2014 respecto al año 2013, según la Cámara Automotriz de Venezuela. En 2012 se produjeron 104.000 unidades, en 2013, 72.000 y en el primer cuatrimestre de 2014, apenas 3.990. En cinco años la industria se ha reducido a la mitad.
Y en los próximos meses y años la situación será aun peor ya que por la nueva relocalización de las grandes trasnacionales automotrices, que están volviendo a EEUU y Europa, aprovechando ahora una mano de obra abaratada y calificada producirán vehículos de alta tecnología y Latinoamérica será solo un lugar de consumo de coches baratos, etc. Pareciera ser que ahora el negocio es la importación de coches, así lo estaría indicando Civetchi, que el año pasado vendió cerca de 9.000 coches, pero sólo un 3% se ensambló en Venezuela.
Según Christian Pereira, presidente de la Futaac, las ensambladoras generan unos 12.000 empleos directos. Y si se le suman las empresas relacionadas con la industria, se abarcan 100.000 puestos de trabajo.
El congelamiento de los contratos colectivos, por 4 años como en Sidor, la casi nula discusión de contratos colectivos, la aplicación de rebajas salariales, las suspensiones de los trabajadores en las fábricas, cierres y despidos y un ataque general al salario obrero, es la situación diaria al que se enfrenta la clase obrera venezolana.
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