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25-02-13


Sostenido por la izquierda socialpatriota del stalinismo y los renegados del trotskismo que impidieron que la clase obrera enfrente la aventura colonial de los piratas de la V República

Apoyado en un pacto con la burguesía tuareg que entregó como moneda de cambio a su propio pueblo

Con la invasión colonialista francesa en Mali, el carnicero Hollande impone un nuevo golpe contrarrevolucionario a los explotados del mundo

MALI:

El Frente de Izquierda de Melechón, el NPA y los renegados del trotskismo, son la izquierda socialpatriota del Partido Socialista de Hollande que sostuvo la ofensiva guerrerista

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¡Por la derrota militar y la expulsión de la tropas francesas de Mali y toda África!
¡Fuera el AFRICOM yanqui y todas las bases militares imperialistas del continente!

¡Hay que romper el cerco a las masas sirias y la lucha revolucionaria del Norte de África y Medio Oriente!
¡Aplastemos a Al Assad en Siria para destruir al estado sionista fascista de Israel!

Para desatarle las manos a la clase obrera de Francia y toda Europa hay que derrotar a la burocracia sindical y a las corrientes socialimperialistas de la aristocracia obrera

“Hagamos de París todas las noches una Bagdad,
una Homs, una Damasco y un Azawad”

¡Tiene que volver a tronar en las calles el grito de los mineros de Asturias “si esto no se arregla guerra, guerra, guerra” y volver a ponerse de pie la “República de los indignados” en la Plaza del Sol en Madrid!

                                        
Ha pasado más de un mes y medio desde el inicio de la invasión de la V República francesa al territorio de Mali. Los objetivos militares de la “Operación Serval” parecen estar cumplidos: la resistencia de la nación tuareg al norte de Malí ha sido barrida de las principales ciudades. Gao ha quedado como tierra arrasada, Timbouctú ha caído, y en la cuarta semana de ofensiva Francia, con el apoyo de 1500 soldados de Chad traídos desde su base militar en ese país, asaltó el último refugio de la resistencia en Kidal. El jueves 7 de febrero caía también Tessalit, la ciudad ubicada más al norte en la región del Azawad (norte de Malí). Los piratas imperialistas de la V República no han escatimado esfuerzos en su ofensiva colonizadora: bombardeos con aviación, artillería pesada, tanques y más de 4000 hombres de sus tropas desplegadas. Incluso el ejército cipayo de Mali, junto a bandas paramilitares, actuó respaldando a la “Legión Extranjera”. Aún hoy continúan los bombardeos aéreos en la zona montañosa de Aguelhok e Ifhogas en la frontera con Argelia.

Una auténtica masacre del ejército francés que ha dejado a su paso destrucción, muerte, tortura, vejaciones y el desplazamiento forzado de casi 500 mil habitantes. Como muestra, están las fosas comunes de los luchadores antiimperialistas que fueron torturados y masacrados en la ciudad de Sevarè.
Pero el estado mayor francés quiere presentar esta acción como si fuera una cruzada de la “civilización” contra la “barbarie de los extremistas islámicos”. Para reforzar esta simbología, el pasado sábado 2/2 en la milenaria Timbouctú el mismísimo François Hollande, presidente de Francia, se presentó como “el libertador” de Mali. Ante un auditorio montado, que tocaba los tambores que supuestamente la “sharia impuesta por los extremistas islámicos había prohibido”, proclamó la victoria y juró perseguir a los rebeldes.

El “libertador socialista” es en realidad un verdadero carnicero de los explotados que aplasta a sangre y fuego una nación. Mali queda así como un protectorado de las tropas de ocupación de la V República francesa, bajo el gobierno colonial títere del militar golpista Diaoukunda Traouré.
Con esta invasión colonialista, la V República imperialista francesa le ha asestado un duro golpe contrarrevolucionario a los explotados del mundo, que profundiza la ofensiva imperialista mundial para que las masas paguen los costos de la crisis económica mundial. Los piratas de la V República francesa, a los bombazos limpios, se han embarcado en una nueva ofensiva colonial como no lo hacían desde la guerra en Argelia en los ´60s, donde masacraron a más de 2 millones de explotados, e inauguraron la escuela de tortura que entrenó a las dictaduras genocidas de África, América Latina y Asia en los ´70s.

Pero aún no está claro que Hollande y los piratas imperialistas puedan asentar su victoria. El ejército maliense se encuentra en crisis por luchas intestinas, producto de que la casta de oficiales se dividió, con los oficiales de origen tuareg sosteniendo el control de Azawad (norte de Mali) por parte de la burguesía tuareg que buscaba disputar una mayor tajada de negocios. Incluso en Bamako (capital de Mali), un regimiento de paracaidistas se resistió a recibir una orden e intercambió disparos con otro sector del ejército maliense durante la cuarta semana de invasión.

Las tropas de ocupación francesas no pueden mantener su victoria militar sin asentar un estado fuerte. El plan de la burguesía imperialista francesa es que sean los ejércitos de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) los que ocupen Mali a través de la misión “humanitaria” llamada MISMA que ha sido aprobada por la ONU. De cumplirse, Francia se “retiraría” en marzo de Mali, aunque Hollande ya ha afirmado que se retirará “cuando sea necesario”. Pero desde diciembre estos organismos se mueven con lentitud por los canales diplomáticos y burocráticos. Pero la burguesía francesa, encolumnada detrás de Hollande y su ejército, sale a marcar territorio y actúa con prontitud y rapidez. Esto queda evidenciado con la llegada de las tropas cipayas del ejército de Chad, que no pertenece a la CEDEAO.

Desde este punto de vista, los objetivos políticos todavía distan de cumplirse. En la ciudad de Gao vuelven a presentarse escaramuzas con la resistencia, resurgida desde las cenizas, que no se ha rendido a pesar de regar con la sangre de sus jóvenes el suelo africano. El martes 19-2, la resistencia provocó la segunda baja del ejército francés ajustciando a un soldado invasor, y el viernes 22-2, en la zona montañosa limítrofe con Argelia, 30 soldados cipayos del Chad cayeron en combate. Esto demuestra el odio de los obreros y campesinos pobres hacia los invasores imperialistas.
Es que, como planteaba Trotsky: “En los países derrotados la posición de las masas empeorará extremadamente en forma inmediata. Sumada a la opresión social está la opresión nacional, cuya carga principal también la sobrellevan los trabajadores. De todas las formas de dictadura, la totalitaria de un con­quistador extranjero es la más intolerable. Al mismo tiempo, en la medida en que los nazis traten de utilizar los recursos naturales y la maquinaria industrial de las naciones que derrotaron, dependerán inevitablemente de los trabajadores y campesinos nativos. Es sólo después de la victoria cuando las dificultades económicas siempre comienzan realmente. Es imposible apostar un soldado con un rifle para cada obrero y campesino (...)” (“No cambiamos nuestro rumbo” 30/6/1940).
Las tropas contrarrevolucionarias del carnicero Hollande aún no han logrado establecer un estado fuerte y legitimado, es decir estable, que pueda volver a reconstituir un dispositivo contrarrevolucionario del imperialismo en la región para controlar el saqueo de las riquezas y la superexplotación de las masas.

 

Una guerra por el uranio y el control de la zona de influencia de los piratas imperialistas de la V República francesa

Cada vez se revela más que está guerra no es una “cruzada por la civilización” sino que es por las “rutas del uranio”. Francia depende del uranio extranjero para abastecer sus plantas nucleares, fundamentales para la energía consumida por este país. “Perseguir a los rebeldes” para Hollande significa impedir que la región subsahariana se desestabilice y que la lucha de la nación tuareg por conquistar su propio territorio se extienda y se desarrolle en Níger. Este país comparte 840 kms de frontera con Mali y alberga a más de 1,5 millones de habitantes de origen tuareg. Níger es el cuarto productor de uranio del mundo, y Francia importa desde este país entre el 30 y el 40% del uranio que consume.
Hollande, con la excusa de evitar lo que sucedió en enero con la planta de gas de In Amenas en Argelia, que fue tomada en solidaridad con la resistencia en Mali, ha mandado desde el 24/1 una “fuerza especial” para custodiar la mina de uranio de Arlit en Níger. Recién en la primera semana de febrero el presidente títere de Níger reconoció que las tropas francesas se encuentran en el país.  De esta manera la Operación Serval, que toma el nombre de un pequeño felino de la región que se caracteriza por “marcar territorio” con la orina,  sigue su curso marcando las zonas de influencia en el planeta de las transnacionales que defienden las bayonetas de la V República.

Para la burguesía imperialista francesa, sus ex colonias de África Occidental con las que mantiene innumerables lazos económicos, políticos y militares, son consideradas como una extensión de sus dominios. Toda la distribución de energía eléctrica y telefonía de esos países está bajo control de transnacionales francesas. En recientes exploraciones de petróleo están los intereses de Totalfina. Y en las minas de uranio “A través de su gigantesca multinacional Areva, de la que el Estado posee el 80%, Francia explota las dos principales minas de Níger. En la de Arlit posee el 63%; en la de Akokan el 34%, y en la de Imouraren, que aún no ha arrancado, el 56%.” (El país, 5-2-13).

En medio de la crisis económica mundial, la burguesía imperialista francesa quiere hacer valer su rol de ser la mayor potencia militar y nuclear de Europa continental. Los piratas de la V República no aceptan que se los trate como a Grecia, España o Portugal, caídos en desgracia y sometidos a los créditos leoninos de los yuppies de Wall Street y el FMI, y a los designios de la Alemania imperialista dirigida por el Bundesbank.
Desde que se iniciara “LA” crisis económica mundial, sobran potencias imperialistas en el planeta y ya algunas comienzan a quedar como perdedoras en esta crisis. La Francia imperialista no quiere ser perdedora ni vasalla en esta crisis, y con nuevas aventuras militares marca sus zonas de influencia en el planeta.

La ofensiva imperialista francesa en Mali comandada por Hollande, de hecho, ha roto la Unión Europea imperialista de los acuerdos de Maastricht. Sin el acuerdo de la UE, ni de la ONU, ni de la OTAN, Francia lanzó su aventura guerrerista. De esta manera la Unión Europea cruje y comienza a estallar.
La ofensiva francesa, por el momento, es dejada correr tras bambalinas por EE.UU. y Gran Bretaña que prestan apoyo logístico a las tropas de ocupación. Así, por un lado siguen saqueando minerales con sus propias transnacionales, y por otro evitan entrar en un “nuevo Irak”. Sólo después de que Francia arrasó el Norte de Malí, los funcionarios de la Unión Europea, bajo el mando alemán, colaborarán en la reconstrucción del ejército maliense enviando para abril 500 oficiales para entrenamiento. O sea, después de la invasión buscan “morder” negocios.

 

En Mali un nuevo golpe contrarrevolucionario que, junto al terror blanco de la masacre perpetrada por Al Assad en Siria, cerca la revolución en el Norte de África y Medio Oriente

El golpe contrarrevolucionario en Mali con la invasión de las tropas imperialistas francesas le ha puesto un límite a la revolución en el Norte de África y Medio Oriente. Con esta nueva masacre sobre los explotados, el imperialismo impide que la revolución continúe hacia el sur y se expanda sobre todo el continente africano. Esta cuestión había tenido su máxima expresión en la huelga general de Nigeria a fines del 2011 con la consigna levantada por las masas que decía “Fuera Jonathan o morirás como Khadafy”, y también con la gesta heroica de los mineros de Marikana en Sudáfrica que enfrentaron a las mismas transnacionales que saquean la región con el grito de guerra de “R12500 o matamos a los gerentes”.

Con la masacre de Al Assad a cuenta del imperialismo en Siria, los piratas imperialistas y las burguesías árabes de la región buscan ponerle un freno a la revolución. Mientras, los desvíos parlamentarios, las trampas electorales, las fraudulentas asambleas constituyentes y referéndums, buscan adormecer a las masas de Túnez, Libia y Egipto.
Ante el fracaso, por la fenomenal respuesta de los explotados de la región, de la Operación Pilar Defensivo del sionismo genocida que buscaba barrer a Gaza del mapa, el pacto de Al Fatah y Hamas para sostener ese invento de los bandidos de la ONU que es el “estado palestino” y salvar al estado sionista fascista de Israel, ha sacado de escena provisoriamente a las masas palestinas. Pero los indómitos explotados de Palestina ocupada nuevamente irrumpen peleando por la libertad de los presos políticos.
El estado sionista se encuentra en crisis y no puede ejercer su rol de gendarme porque eso arroja más combustible sobre el fuego de la revolución.

La invasión francesa en Mali también persigue como objetivo ayudar a estabilizar e imponer nuevos dispositivos contrarrevolucionarios en la región que garanticen el saqueo, puesto que estos dispositivos quedaron maltrechos con las caídas de Ben Ali, Mubarak y Kahadafy. Francia se postula como gendarme en la región para aplastar la revolución. Es que el imperialismo yanqui viene de sufrir el incendio de decenas de sus embajadas en la región, y tampoco quiere verse comprometido en una nueva operación militar que le traiga problemas e iconvenientes como las Afganistán e Irak. Por eso EE.UU. deja que sea Francia la que haga el “trabajo sucio” ocupando naciones, y en nombre de la “democracia” se posicione para aplastar la revolución.

El gobierno de Túnez, sobre la base de la invasión a Mali, lanzó un putch fascista sobre el ala izquierda de la clase obrera para intentar avanzar en derrotar a la revolución. Pero se encontró con la huelga general de las masas que ganaron nuevamente las calles y colocaron frente a una nueva crisis a la burguesía que se divide alrededor de cómo mejor aplastar a las masas.
En Egipto las masas enfrentan abiertamente a Mursi y la Hermandad Musulmana, incluso prendiendo fuego los locales del partido de gobierno. En Libia las milicias no se desarman y comienzan a enfrentar al CNL. La revolución se ha atalonado en estos países y presenta batalla, mostrando que aún no está dicha la última palabra.
Pero a la clase obrera europea, la  burocracia sindical y las corrientes socialimperialistas, le han atado las manos y la han sometido a los brutales ataques de sus propias burguesías imperialistas. Esto no hace más que fortalecer el cerco que han impuesto a las masas sirias, que quedaron a merced de la cruel masacre de Al Assad, mientras son acusadas por el stalinismo y los renegados del trotskismo como “agentes del imperialismo”, así como son acusadas las milicias libias de ser “tropas terrestres de la OTAN”.

 

¿Por qué Hollande tuvo las manos libres para llevar adelante la aventura belicista que masacró a las masas explotadas del Norte de Mali?

Lo que permitió que Hollande y los piratas de la V República tuvieran las manos libres para atacar y masacrar, fue la política socialpatriota sostenida por las burocracias sindicales y las corrientes de la izquierda reformista de toda Europa, en primer lugar al interior mismo de Francia.
La  política de la burocracia sindical y de las corrientes reformistas de luchar por una “Europa más social” sólo ha servido para atarle las manos a la clase obrera y someterla a los brutales ataques a sus conquistas. El resultado de esta política hoy se paga con nuevas ofensivas colonialistas sobre los explotados, como la invasión a Mali, con un mayor saqueo por parte de las transnacionales del mundo colonial y semicolonial, y con las burguesías imperialistas descargando la crisis sobre la espalda de la clase obrera de toda Europa.

Se ha impuesto así la política reaccionaria de la burocracia y aristocracia obrera inglesa de “trabajo inglés, para los ingleses”. Con esta, cada vez los explotados europeos pierden más y más conquistas, y viven bajo los mismos padecimientos de sus hermanos de clase del mundo semicolonial: más de 27 millones de trabajadores desocupados en el continente, los obreros del estado español e Italia comiendo de la basura, los obreros griegos sufriendo las embestidas del fascismo, y los obreros inmigrantes son deportados, se ahogan en el Mediterráneo o son confinados a campos de concentración como en la isla de Lampedusa.
Fue por la política de Syriza en Grecia, apoyada por toda la izquierda mundial, que sometió a la clase obrera de ese país a las elecciones pregonando la “vía pacífica al socialismo”, y así arrodillaron ante la burguesía a la clase obrera griega, impidiendo que esta abra la revolución en el continente. Hoy es el fascismo del partido “Amanecer dorado” el que levanta cabeza apaleando a los obreros inmigrantes y a los jóvenes combativos, mientras la clase obrera griega se desgasta en innumerables acciones.

Si Hollande y las tropas de la V República francesa pudieron dejar tierra arrasada en el norte de Mali fue porque ni una sola voz se ha levantado en las calles de París llamando a derrotar las aventuras belicistas de la burguesía imperialista francesa, en momentos en que esta descarga un brutal ataque sobre las espaldas de los trabajadores con miles de despidos. Si los piratas imperialistas avanzan y la clase obrera no lo impide, lo que está por delante son nuevas masacres y genocidios, incluso guerras fratricidas como las de Ruanda y el Congo (6 millones de muertos), para que las transnacionales se queden con los recursos naturales y sigan saqueando el continente africano.

 

La burguesía tuareg y el MNLA entregaron como moneda de cambio a su propio pueblo, y colaboran con las tropas imperialistas de la V República  

Si la resistencia al invasor en el Norte de Malí no fue superior fue porque desde un primer momento la burguesía nativa tuareg y el MNLA (su principal partido político) prefirieron entregar a los explotados de su propio pueblo ante las tropas asesinas francesas. El MNLA y demás partidos de la burguesía tuareg jamás estuvieron por el derecho a la autodeterminación nacional del pueblo tuareg, es decir por formar su propio estado, con su propia lengua y cultura. Esta cuestión lleva a enfrentar al imperialismo que fue el que dibujó en forma ficticia las fronteras en la región del Sahel (África subsahariana) a la salida de la II Guerra Mundial, e impide que surjan nuevas naciones. Más aún hoy que, al calor de la crisis económica mundial, no puede permitir ni siquiera que las burguesías nativas regateen una tajada de los negocios del saqueo de las transnacionales.
La burguesía tuareg durante años fue parte de los regímenes y gobiernos de las burguesías rapaces de la región controlando las rutas de los esclavos hacia Europa. Esta burguesía comercial-contrabandista había perdido gran parte sus negocios (mercado) cuando cayó, a manos de las masas revolucionarias libias, la dictadura de Khadafy. La burguesía tuareg participaba de ésta formando parte del “Consejo de tribus” khadafista.
Desde entonces, buscó regatear una parte de los negocios en el Azawad (Norte de Malí) manipulando el sentimiento nacional de las masas, armándose y disputando territorio, reclamando derechos de autonomía para cobrar impuestos, y así quedarse con una tajada de los negocios del saqueo del oro y el uranio.

Cuando el imperialismo francés invade, el MNLA tomó el mismo programa que las tropas francesas, y decidió colaborar con ellas en la “lucha contra el terrorismo islámico”, y así terminaron marcando a la resistencia de la nación tuareg y orientando a los generales de la Operación Serval a través del desierto. Como guardiacárceles de su propio pueblo, las milicias del MNLA hoy patrullan las calles de Kidal junto a las tropas de ocupación francesas, y la infantería cipaya traída de Chad. Como toda burguesía nativa prefiere la derrota de su propio pueblo antes que enfrentar al imperialismo, puesto que para esto hay que atacar la propiedad de las transnacionales, y en esta lucha la clase obrera y los explotados más temprano que tarde también terminaran atacando la propiedad de la burguesía nativa. Es por esto que las burguesías nativas, atadas por mil lazos y negocios con el imperialismo, temen como a la peste a la revolución proletaria y siempre están dispuestas a entregar a su propio pueblo como moneda de cambio en sus disputas circunstanciales con el imperialismo. La burguesía tuareg que manipuló los sentimientos nacionales de las masas que habitan en Azawad (Norte de Mali) y demás países limítrofes, jamás podrá resolver el problema de la nación-etnia tuareg.

El derecho a la autodeterminación nacional del pueblo tuareg sigue siendo un motor de lucha antiimperialista en toda la región, que en forma laberíntica expresa la lucha de clases. Esta lucha no puede quedar en manos de las direcciones islámicas pequeñoburguesas que también están siempre dispuestas a pactar con el imperialismo y no resolverán la cuestión de la nación tuareg.
Lo que se necesita para enfrentar a las tropas de invasión francesa es una dirección proletaria de la guerra que, en un frente militar con todas las fuerzas que combaten al invasor, levante la lucha por el derecho a la autodeterminación nacional del pueblo tuareg, es decir a formar su propio estado, incluso a la secesión del Azawad respecto de Mali si las masas así los disponen, para que desde allí se puedan organizar todos los explotados tuareg de Argelia, Libia, Burkina Fasso y Níger para enfrentar al imperialismo. Sólo una dirección proletaria de la guerra, levantando audazmente esta demanda democrática, podrá garantizar la unidad de la clase obrera de toda la región con sus hermanos de clase tuareg en la lucha contra el invasor, y también sublevará a la clase obrera de Francia para que detenga la maquinaria bélica.
Una dirección proletaria de la guerra que expropié sin pago y bajo control obrero a las transnacionales imperialistas que saquean la región, y luche por el armamento generalizado de los trabajadores y los campesinos pobres. Para esto hay que llamar a los explotados del Sahel a sublevarse contra el imperialismo, y a las masas argelinas que fueron la chispa -junto a la clase obrera tunecina- que encendió la revolución en el Norte de África a luchar por tirar abajo a la dictadura de Bouteflika sirviente de los franceses y el imperialismo. Una dirección proletaria de la guerra que llame a pelear a los explotados en una sola revolución junto a la clase obrera del Norte de África y Medio Oriente, y a pelear como los mineros de la Lonmin de Marikana en Sudáfrica que enfrentan a las mismas transnacionales.

La única manera de resolver íntegra, legítima y democráticamente las aspiraciones nacionales de la etnia tuareg y de todos los pueblos oprimidos del continente, es colocando todas las riquezas naturales y creadas por el trabajo de los obreros y campesinos al servicio de las necesidades de los explotados, y para ello la clase obrera acaudillando a las masas pobres deberá luchar por poner en pie su propio poder aplastando al imperialismo y la burguesía, y luchar por los Estados Unidos Socialistas de África, bajo gobiernos obreros y campesinos de las masas autoorganizadas y armadas.

Pero fundamentalmente se trata de sublevar a la clase obrera francesa, de toda Europa y todas las potencias imperialistas, para paralizar la maquinaria bélica y garantizar toda la ayuda de medicamentos, alimentos y armas para los explotados que resisten al invasor en Mali. Un movimiento antiimperialista como en los 60/70s durante la guerra en Vietnam es lo que se merecen los piratas imperialistas de la V República.

 

Para desatarle las manos a la clase obrera de Francia y toda Europa, y enfrentar las aventuras coloniales de la burguesía imperialista, hay que derrotar a la burocracia sindical y a las corrientes socialimperialistas de la aristocracia obrera

“Hagamos de París todas las noches una Bagdad,
una Homs, una Damasco y un Azawad”

Desde que comenzara la crisis económica mundial en el 2007-08 no han faltado combates y duras luchas de la clase obrera en el continente europeo. En el 2009, a 20 años de la restauración capitalista, las masas del este europeo enfrentaban los ajustes del FMI, desde el 2008 la clase obrera y la juventud griega hicieron mil y un intentos por demoler la ciudadela del poder llevando adelante más de 25 huelgas generales, en 2011 irrumpían los explotados del estado español poniendo en pie la “República de los indignados” en la Plaza del Sol en Madrid enfrentando a la monarquía de los borbones, la lucha de los obreros de la Renault en Rumania, tomas de fábrica en Francia en el 2009, movilizaciones, huelgas y revueltas de la juventud obrera como en Tottenham poblaban el continente. Incluso irrumpían a mediados del 2012 los mineros de Asturias con su grito “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”. Y hoy se levantan nuevamente las masas del este europeo en Bulgaria.
Pero estos combates fueron desincronizados, desviados, contenidos y maniatados por las burocracias sindicales del continente y por los socialimperialistas que impusieron su programa de que se “morigeren los ajustes”.

Con estas direcciones se le ataron las manos a la clase obrera, y ya ni siquiera se puede luchar. La clase obrera necesita un nuevo estado mayor que conduzca su combate para pararles la mano a los piratas imperialistas y preparar la contraofensiva para que sean estos lo que paguen la crisis. Necesita una dirección revolucionaria que vuelva a sublevar a la juventud obrera, los inmigrantes y toda la clase obrera de las cités de París, Francia y toda Europa para enfrentar la invasión colonialista con la Huelga General con el grito de guerra  “Hagamos de París todas las noches una Bagdad, una Homs, una Damasco y un Azawad” ¡Por la derrota militar y la expulsión de la tropas francesas de Mali y toda África! ¡Fuera el AFRICOM yanqui y todas las bases militares imperialistas del continente!
¡Hay que romper el cerco a las masas sirias y las masas revolucionarias del Norte de África y Medio Oriente! ¡Aplastemos a Al Assad para destruir al estado sionista fascista de Israel!
¡Tiene que volver a tronar en las calles el grito de los mineros de Asturias “si esto no se arregla guerra, guerra, guerra”! ¡Huelga General Continental! ¡Hay que paralizar la maquinaria bélica francesa y garantizar toda la ayuda de medicamentos, alimentos y armas para los explotados que resisten la invasión en Mali!

Contra el socialpatriotismo del stalinismo y los renegados del trotskismo
¡Por la Refundación de la IV Internacional bajo su programa del Congreso de 1938!

Para desatarle las manos a la clase obrera se necesita reagrupar y centralizar al ala izquierda del proletariado mundial, para marcar con claridad quiénes son los aliados y quiénes son los enemigos de los explotados. Se necesita un estado mayor que enfrente la restauración capitalista en Cuba, encabezada por Obama y los Castro del PC de los nuevos ricos de la isla. Que luche por desenmascarar a todas aquellas corrientes que sostiene a Chávez y los bolivarianos que terminaron llamando a la clase obrera norteamericana, fundamentalmente a los negros y latinos, a votar por el carnicero Obama en las últimas elecciones yanquis; mientras se impuso el más brutal saqueo en toda Latinoamérica. Que enfrente al stalinismo y los renegados del trotskismo que calumnian a las masas sirias y sostienen las bayonetas de Al Assad, el carnicero del imperialismo en Siria.
Se trata de poner en pie un estado mayor que luche porque la revolución obrera y socialista del Norte de África y Medio Oriente triunfe y penetre en la Europa imperialista, por sublevar a la clase obrera europea, norteamericana y japonesa para paralizar la maquinaria bélica imperialista, y vuelva a ponerse en pie la marcha del “Millón de obreros contra la guerra” al interior de la bestia yanqui. Un estado mayor que prepare la contraofensiva de los explotados para luchar por la Revolución Socialista Mundial. Ese estado mayor no es otro que el Partido Mundial de la Revolución, la IV Internacional refundada bajo su programa de 1938. A esta tarea hemos puesto todas nuestras fuerzas los trotskistas principistas de la Fracción Leninista Trotskista Internacional (FLTI).

 

Emilio Guereca