La última palabra no está dicha. Dos alternativas para el movimiento obrero boliviano:
O la clase obrera vuelve recupera la COB, sin burócratas colaboracionistas, ni ministros “obreros”, y retoma el camino a la Huelga General Revolucionaria para derrotar el ataque del gobierno
O se profundizará la catástrofe capitalista con un mar de hambrientos, fábricas cerradas y miles de desocupados
¡La última palabra no está dicha!
¡Los mineros deben volver a ponerse de pie junto a la vanguardia fabril!
Plata hay de sobra para resolver las necesidades de los obreros, se la llevan las transnacionales:
¡HAY QUE EXPROPIAR A LAS TRANSNACIONALES IMPERIALISTAS SIN PAGO
Y BAJO CONTROL OBRERO!
¡Fuera Wall Street de Bolivia y América Latina!
¡Bolivia será socialista o será colonia de los yanquis!
En medio de la crisis económica mundial, la recesión China y la caída de los precios de los minerales, el petróleo y el gas...el gobierno anti obrero de Morales, no ha dudado en profundizar su ataque y tirarle la crisis a los explotados, para garantizarle los negocios a Obama y Wall Street. Es que Morales al igual que Maduro y todos los "bolivarianos", atacan a las masas, imponiendo recortes presupuestarios a la salud, la educación, cierres de fábricas, despidos masivos, carestía de la vida, etc., matando de hambre a las familias obreras y garantizando millones de dólares a la banca Morgan, Wall Street y los parásitos imperialistas. Así, los gobiernos bolivarianos y del TLC se arrodillaron ante Obama. En eso consiste el pacto Obama-Castro: entrega de la nación al imperialismo, con Cuba entregada a la Coca Cola y Cargill, con la bandera yanqui flameando en la Habana, con el sometimiento de la resistencia colombiana y maquilas en toda Latinoamérica.
Bajo estas condiciones el gobierno de Morales largó un brutal ataque rompiendo la “paz social” y profundizando las penurias de los obreros y explotados. El cierre de la Empresa Pública Nacional Estratégica de Textiles (Enatex) con el decreto supremo Nº 2765, fue la gota de agua que rebalsó del vaso e hizo que la vanguardia fabril responda con verdaderas jornadas de lucha conmoviendo a la gran mayoría del proletariado boliviano y enfrente el ataque del gobierno hambreador de Morales. La burguesía sentía pánico porque sabía que la fábrica textil Enatex y sus cuatro plantas, (que cuentan con alta tecnología y abastece con materia prima al mercado nacional e internacional) de ser administradas y producidas bajo control de los obreros como las fábricas textiles Polar y Punto Blanco significaría un duro golpe al conjunto de la burguesía y el gobierno porque parte importante de la rama textil pasaría a manos de los trabajadores; esto, de hecho, también significaba un impulso para Polar y Punto Blanco y el conjunto del proletariado que, a pesar y en contra de todos los burócratas colaboracionistas y los renegados del trotskismo que huían aterrorizados de esta perspectiva, comprenderían que pueden tomar en sus manos el control de la industria como una escuela de economía planificada.
Los trabajadores fabriles poco antes de emprender las jornadas de lucha deducían audazmente que para frenar ese ataque dirigido hacia a todos los obreros bolivianos como antesala de un ataque superior, era necesario, en primera instancia recuperar la COB para ponerla al servicio de los trabajadores y para derrotar el ataque de Morales; lo que hacía que la base choque directamente contra las burocracias y direcciones colaboracionistas que mantenían a la COB como apéndice del MAS a costa inclusive de desprestigiarse y seguir recibiendo sus prebendas.
La valiente lucha de la base fabril por recuperar la COB más el grito de “¡Si este es el cambio, el cambio es una mierda!”, “¡Evo, Goni, la misma porquería!”, “¡Ya va caer, ya va caer este gobierno represor, ya va subir, ya va subir la clase obrera al poder!”, era la avanzada del proletariado latinoamericano y le marcaba el camino al proletariado internacional, tal como fuera la aguerrida lucha de los mineros de Marikana-Sudáfrica (2012) que, bajo democracia directa impuesta desde la base, enfrentaban a la dirección colaboracionista estalinista del COSATU para luchar contra el gobierno de Zuma y las transnacionales imperialistas.
Verdaderas jornadas de lucha del proletariado boliviano a la cabeza de la vanguardia fabril hicieron que sobraran condiciones para triunfar y recuperar la COB al servicio de los trabajadores para derrotar el ataque del gobierno y su decreto supremo Nº 2765
Los fabriles sabían que de cerrarse ENATEX, seguiría el ataque a otras fábricas y correría en peligro las fuentes laborales de los mineros, maestros, trabajadores de salud, etc. La radicalización de la base fabril desenmascaraba a cada paso a los dirigentes vendidos y se puso también como bandera de lucha la pelea por recuperar la COB de las manos del MAS y el gobierno. Los dirigentes de la Federación y la Confederación fabril tuvieron que innovar discursos rrrrojos para poder contener a las bases y los dirigentes de la COB con tal de que no rueden sus cabezas, tuvieron que ponerse al frente de la lucha y convocar marchas, bloqueos y un paro nacional escalonado (24 hrs 48 hrs y 72 hrs) bajo la consigna de “¡Enatex no se cierra carajo!”, “¡Abrogación del decreto supremo 2765!” (Decreto supremo que determina el cierre de Enatex y la puesta en funcionamiento del régimen laboral del servidor público que consiste en la perdida de todos los beneficios conquistados por las luchas obreras) y por la “Estabilidad Laboral” para todos los trabajadores.
En el primer mes de lucha (mayo y junio), los fabriles en La Paz en variadas ocasiones intentaron tomarse las plantas de Enatex, pero este objetivo certero e importante a cada paso fue abortado por los dirigentes con maniobras burocráticas, aduciendo que “no hay que perjudicar las mesas de negociación con luchas en las calles”, mientras el gobierno no daba brazo a torcer y se ponía cada vez más tozudo.
Los fabriles conmovían al conjunto del proletariado boliviano, se convertían en protagonistas de la lucha, delegaciones obreras de distintos departamentos de Bolivia llegaban a La Paz para engrosaban las filas al grito de “estabilidad laboral” que era la demanda que unificaba al movimiento obrero, la solidaridad de clase a nivel nacional se hacía evidente con marchas en otros departamentos, incluso los discapacitados pobres que llevaban meses en lucha se plegaban a las marchas fabriles consolidando un pliego único de demandas que tendía a unificar a todos los sectores en lucha.
El punto más álgido de la lucha fue el 20 de junio, día que arribaba la marcha desde Oruro (Caracollo) a La Paz después de una semana (con más de 300 marchistas) y convergía con el paro nacional de 24 horas convocado por la COB y que fuera acatado a nivel nacional. Los obreros cochabambinos protagonizaron verdaderos combates de barricadas contra la policía represora cortando la ruta y que terminó con el saldo de decenas de heridos y detenidos.
En las calles de La Paz, a la cabeza de los fabriles, marcharon por miles los trabajadores de salud, construcción, magisterio, trabajadores de la universidad, trabajadores de la Empresa de Correos de Bolivia (ECOBOL) que también recibieran el anuncio de cierre de la empresa, discapacitados pobres en lucha y delegaciones de mineros hacían tronar -después de más de siete años- los cachorros de dinamita. No obstante, el gobierno se puso firme y no cedió nada, más al contrario minimizaba las protestas de los obreros planteando que los movilizados “fueron de 800 a 1000 obreros en las calles y que el aparato productivo funcionó con normalidad”.
Se ponía de pie la clase obrera boliviana demostrando que estaban las condiciones para impulsar una Huelga General Revolucionaria que derrote su decreto Nº2765, derrocando al gobierno y al régimen de pactos de Morales con la Media Luna Fascista.
La burocracia cobista con Mitma a la cabeza y de la FSTMB se cuidaban muy bien de que los mineros de base de Huanuni y de Potosí no entren en escena 2000 o 1000 mineros con los cachorros de dinamita, una política certera para debilitar la lucha fabril y dejarlos aislados a los mineros. Esto fue así porque varios centros mineros, les impusieron chantajes azuzando con la “crisis”, amedrentándolos con que está prohibido parar o perturbar la producción porque causaría pérdidas y se entraría en quiebra. Muestra de esta política, es lo que hiciera la dirección del sindicato de Huanuni; allí, no solo no pararon, sino que aumentaron la producción, anunciaron despidos “voluntarios” y les descontaron el 20% de sus salarios para “poner el hombro a la empresa” y para pagar la deuda inventada al gobierno. Este siniestro plan no se hubiera llevado a cabo sin la colaboración del POR que no solo sostuvo el ascenso de esta dirección del sindicato pintándola de “antioficialista”.
La vanguardia fabril a nivel nacional hizo de todo para triunfar: bloqueos de caminos, paralizaron la producción, marcharon, se enfrentaron con la policía asesina de Morales que terminó con decenas de trabajadores detenidos, heridos de bala de plomo y balines de goma, etc., sin embargo, pasaban los días, y se iba imponiendo la política de desgaste que impulsaba conscientemente la burocracia de la COB sostenida por izquierda por los dirigentes de la Federación, Confederación Fabril, el Magisterio Nacional dirigido por el POR, entre otros.
A cada paso estuvieron las condiciones para coordinar la lucha de los fabriles junto a los mineros y campesinos pobres, recuperar la COB de las manos de la burocracia e imponer una Huelga General Revolucionaria que derrote el ataque del gobierno, su constitución burguesa y su pacto infame con la oligarquía terrateniente de la Media Luna Fascista. A las masas se les presentó dos perspectivas: o la clase obrera tiraba y golpeaba al gobierno hambreador de Morales para derrotar su ataque y el decreto supremo 2765 o el gobierno terminaba imponiendo su ley.
La burocracia cobista a la cabeza de Mitma conspira junto al gobierno de Morales
Saca al proletariado boliviano y la vanguardia fabril del camino a la Huelga General Revolucionaria y le da una tregua de más de 20 días al gobierno de Morales
El gobierno y los empresarios, agudizando su instinto de clase, comenzaron a presionar a los fabriles en las distintas fábricas y al conjunto de los obreros azuzando que de seguir “saliendo a marchas perjudicando la producción” despedirían a los trabajadores, los procesarían, les descontarían el salario, les quitarían bonos, etc., pasando por encima incluso el fuero sindical a los dirigentes y declarando -desde los voceros del gobierno- que los paros son “ilegales”.
Bajo esta misma política de amedrentamiento, la policía asesina de Morales reprimía las movilizaciones obreras y detenía a decenas de compañeros en cada marcha y bloqueos, amenazándolos con levantar cargos penales contra los detenidos, arremetía los sindicatos como en Manaco (Cochabamba) sin ninguna piedad destrozando sus instalaciones. El choque irremediable entre las clases estaba en ciernes. La burguesía, comprendía cual era la situación, conocía sus debilidades y sus fortalezas (la burocracia). Pero, esta fortaleza era relativa ya que la clase obrera chocaba más con la burocracia de la COB y defendía la demanda de: “Enatex no se cierra carajo” y por la “estabilidad laboral”.
En cada asamblea o ampliado los trabajadores fabriles de base apretaban a los dirigentes a que renuncien al MAS públicamente, les decían: “¡Rompan con el MAS!”, “¡Hay que romper el pacto de la COB-gobierno!”. Se imponían marchas fabriles a las instalaciones de la COB, buscando recuperar su organización de lucha. La situación se agudizaba, los ampliados de las Centrales Departamentales Obreras como Santa Cruz, Chuquisaca, Oruro, entre otros anunciaban en sus resoluciones que “la COB debe romper inmediatamente su pacto de unidad con el gobierno”, el ampliado de la COD de Sucre (llevada adelante el 13 de julio) determinaba “sancionar a Trujillo y Pedro Montes por traición a la clase obrera”.
Ante esta situación, la burocracia de la COB y de las distintas organizaciones fabriles se aferraban a su cargo bajo el argumento de “hay que cerrar filas ante el ataque del gobierno”, impidiendo de que la base obrera cuestione y eche a los dirigentes vendidos al MAS. Guido Mitma y toda la burocracia tuvieron que desempolvar sus libros de sindicalismo para llenar de demagogia sus discursos y “amenazar” al gobierno de romper el pacto COB-gobierno para poder tener legitimidad ante la base obrera y los días transcurrían sin frutos para las demandas de la clase obrera.
Las direcciones colaboracionistas tuvieron un rol primordial para imponer poco a poco la desmoralización, a cada momento minaban la voluntad revolucionaria del proletariado, organizaban las luchas para que sucedan de allí los peores resultados, conduciéndola a un callejón sin salida, obligando de este modo a los diferentes sectores obreros a pequeños combates aislados que se tornaban impotentes. Mientras la clase obrera luchaba como podía; Mitma y su séquito burocrático esperaba -en conspiración con el gobierno- el momento justo para darle la puñalada de la traición a la clase obrera.
Esta alevosa traición a los fabriles y el conjunto de la clase obrera boliviana, se consumó el miércoles 20 de julio en un Ampliado Nacional de la COB, después del paro escalonado de 24 hrs, de 48 hrs y de 72 hrs, no es dato menor que allí les hayan cerrado las puertas en las narices a los trabajadores de Enatex despedidos. Desde esa cueva de burócratas traidores -donde también participó el POR sosteniendo por izquierda la traición de la burocracia- entregaron la lucha que duró más de tres meses y salió intacta la burocracia cobista. Ese Ampliado Nacional resolvió en primera instancia darle una tregua al gobierno hasta mediados de agosto, generando las mejores condiciones para que, con esa tregua, los fabriles en general y en particular los de Enatex terminen aceptando el plan de ataque inicial del gobierno que consiste básicamente en cerrar Enatex y dejar en la incertidumbre a todos los obreros echados a la calle.
¡Una verdadera estafa al proletariado boliviano y la vanguardia fabril!
Esa tregua de la traición (¡Valioso tiempo!) solamente le sirvió al gobierno para poder escarmentar junto a los empresario al conjunto de los fabriles para que desorganicen sus filas, los escarmienten por haber presentado batalla con despidos, procesos, multas, descuentos, etc.
Los empresario aducen estar en “quiebra” relocalizando su capital a otros países para seguir explotando a otros obreros, “huyendo” del país con las maletas llenas de dólares como lo hizo Marcos Iberkleid, sus socios y otros, con cuentas bancarias en el extranjero garantizadas por el gobierno de Morales; mientras los obreros -muchos de ellos fabriles- intentando paliar con la miseria terminan viajando a Argentina y Brasil donde son tratados como esclavos, trabajando en las peores condiciones para las transnacionales como Nike, Adidas, Puma, etc. dejadas a su suerte por las centrales sindicales y partidos que dicen ser de “izquierda”.
Sin embargo, la última palabra no está dicha, los fabriles masticando bronca desde sus lugares de trabajo o desocupados ya sacan la lección de que con esas direcciones colaboracionistas al frente ya no se puede luchar, menos triunfar, que todo combate serio contra el gobierno pasará inevitablemente por tirar previamente a los dirigentes vendidos.
En esta situación, corresponde a los fabriles y al proletariado boliviano desconocer esas “mesas de la traición” de la COB-gobierno, impulsar un Congreso Obrero de Emergencia, pelear por el desprocesamiento inmediato de todos los fabriles por luchar, reorganizar las filas y retomar el camino hacia la Huelga General Revolucionaria para derrotar el ataque del gobierno que se profundiza día a día, recuperando en primera instancia la COB de las manos de los traidores, sin burócratas, expulsando a públicamente a los ministros y senadores “obreros” como Pedro Montes que -como dicen las Tesis de Pulacayo- se han transformado en proxenetas de la burguesía ¡Por una COB revolucionaria e internacionalista!
¡Desprocesamiento inmediato a los trabajadores de Polar, Pollos Copacabana, Irupana, Venado, Fridosita, Simsa, y todos los fabriles que lucharon por una vida digna! ¡Libertad a los comuneros de Ay-Ayo condenados a 30 años de cárcel! ¡Libertad al universitario Boris Arancibia, preso en la cárcel de San Sebastián (Cochabamba)! ¡Libertad inmediata a todos los presos del mundo por luchar!
¡Que vuelva la alianza obrera y campesina para retomar la revolución del 2003-2005 ahora contra el gringo Evo Morales al grito de “¡Fuera gringos de Bolivia!”, ¡Ni 30%, ni 50%, el gas, los hidrocarburos y los minerales para los bolivianos!”, ¡Fusil, metralla, Bolivia no se calla!”.
Liga Socialista de los Trabajadores Internacionalistas de Bolivia