18 de noviembre de 2013

El derrocamiento revolucionario de Khadafy y de su dictadura  proimperialista significó la destrucción del pilar fundamental del estado burgués: la casta de oficiales del ejército asesino

LIBIA:
HACIA UN CHOQUE INEVITABLE ENTRE LAS CLASES EN EL RÉGIMEN DE LA DUALIDAD DE PODERES: EL DEL CNL SOSTENIDO POR EL IMPERIALISMO Y LA BURGUESÍA KHADAFISTA, Y EL DE LA CLASE OBRERA EN LUCHA Y SUS MILICIAS

Apoyados en el genocidio contra las masas de Siria, el baño de sangre contrarrevolucionario contra los explotados de Egipto, la invasión de las tropas de Francia a Mali: el imperialismo y el CNL, como ayer en Bengazi, movilizaron a su base social en Trípoli al grito de: “No a las milicias, sí a la policía y el ejército”, “viva la gran Trípoli” y “viva la gran Libia”. Esto sucedió el viernes 15/11, con el khadafismo y la pequeño burguesía rica, organizando una verdadera provocación contrarrevolucionaria, salieron a las calles para echar a las milicias (comenzando por la de Misarrata que tenía bajo su control todas las propiedades de Khadafy y su familia). Así, los khadafistas escondidos en el CNL, junto a grupos del ejército y a la milicia de Tayura, querían linchar a la milicia de Misarrata para hacer cumplir el decreto 27 dictado por el parlamento que dice que “las milicias deben desarmarse e integrarse al ejército y la policía”. Este putch khadafista comandado por el CNL, Obama, Kerry y las petroleras imperialistas, terminó con un enfrentamiento armado donde hubo 43 muertos y más de 400 heridos.

Libia - 25 de noviembre de 2013

¡Último momento!

Fuerzas reaccionarias ganan las calles en Trípoli y chocan contra las milicias de Misarrata.
Al grito de “Viva la gran Trípoli y la gran Libia”, atacan los locales de esas milicias acantonadas en las ex propiedades de Khadafy.

El putch contrarrevolucionario en Trípoli es la respuesta del gobierno khadafista del CNL a las enormes luchas de los obreros petroleros que pararon los puertos de Libia por el trabajo y el salario digno apoyados por las milicias independientes de Libia
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- DESDE LIBIA (15-10-2013): Comandos de la CIA y la OTAN invaden la soberanía libia y secuestran a un luchador antikhadafista
¡FUERA LAS GARRAS DE LOS PIRATAS IMPERIALISTAS YANQUIS DE LIBIA, EL MAGREB Y MEDIO ORIENTE!

¡POR LA INMEDIATA LIBERTAD
DE ABU ANAS!

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- DESDE LIBIA (22-09-2013) - Corresponsal desde Misrata, la cuna de la revolución libia y donde la clase obrera sostiene un doble poder
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Las fuerzas de la contrarrevolución necesitan aplastar y disolver a las milicias, para poder restablecer a su casta de oficiales, a un ejército regular y a una policía que ponga orden a los tiros contra la clase obrera, las masas y sus milicias sublevadas. Esto agudiza el choque violento entre las clases en pugna. Pues no hubo vía pacífica al desarme del ejército khadafista y al armamento de las masas, ni tampoco habrá vía pacífica a una nueva concentración de las armas por parte de la burguesía. Hacer esto es de vida o muerte para el imperialismo y la burguesía cipaya. Es que no pueden controlar los pozos del petróleo, como quedó demostrado durante los más de 4 meses de huelga petrolera. Por eso buscan poner en pie un ejército oficial bajo las órdenes de la OTAN y el Pentágono.


La policía militar hace requisas en Trípoli

El imperialismo y el gobierno del CNL deben aplastar y desarmar a las milicias, para poder asentar su gobierno en Trípoli y reconstituir al estado burgués a cuenta de garantizar los negocios de las pandillas imperialistas. Lo que va venir en la Libia en manos de los capitalistas no es más “democracia”, sino un mayor bonapartismo contra las masas y un salto en la colonización de la nación por parte del imperialismo.

Ya los burgueses se anotaron un enorme punto a su favor, puesto que las milicias de Misarrata han abandonado Trípoli y el CNL ya puso bajo control de la burguesía todas las propiedades expropiadas por las masas a Khadafy y su familia. Como parte de este plan, el Consejo de Misarrata llamó a las milicias a regresar a su ciudad de origen. La burguesía libia busca someter a las kativas y los trabajadores a las burguesías locales, que luego pactaran un gobierno “fuerte” a espalda del pueblo, basado en el desarme y la entrega de las milicias.


Camionetas ametralladas por los obreros metalúrgicos libios en la revolución que hizo rodar la cabeza de Kaddafy

Las masas en Libia con sus milicias venían ejerciendo una política de presión sobre el gobierno. Cada milicia lo presionaba para conseguir las demandas de sus respectivas regiones. Marcaban su impronta con la ley revolucionaria de que ningún khadafista puede estar en el gobierno.

La presión de las milicias como “guardianes del pueblo y la revolución” para frenar la represión y peticionar a favor de las masas, por un lado desorganiza al estado de la burguesía, pero por el otro no organiza a las masas para la lucha por la expropiación de todos los capitalistas y la toma del poder por parte de los trabajadores y el pueblo revolucionario. Esto ha engendrado un doble poder, que usa su enorme relación de fuerzas a favor para ejercer una presión in extremis al gobierno, al que aún consideran un aliado al que se le puede sacar demandas presionándolo. Lo desorganiza a cada paso, no lo deja “gobernar en paz”, pero asimismo, al no tomar el poder impide ir hasta el final en la lucha contra los capitalistas y resolver las cuestiones de fondo que empujaron a las masas a hacer su revolución, es decir el trabajo, el pan y la dignidad. Hay 250 mil jóvenes y trabajadores en armas y apenas unas decenas de miles en el ejército oficial.

Las condiciones para la toma del poder por las masas, se están descomponiendo. Decenas de veces las demandas más mínimas exigidas por las milicias, como presupuesto para los hospitales, las escuelas y las ciudades, para aumento de salarios y para que cobren los desocupados, terminaron con el parlamento disolviéndose, con los ministros y con los presidentes saltando por las ventanas de sus despachos. La clase obrera está dejando pasar gravemente el momento de la toma del poder.

La debilidad de este doble poder es que está disperso ciudad por ciudad y centralizado con todas las milicias reclamando en Trípoli. Desde julio, hasta estos meses, este doble poder se ha generalizado y fortalecido en toda Libia una enorme huelga revolucionaria de todas las petroleras y refinerías que se ha desarrollado de este a oeste. Las condiciones para centralizar el poder de los explotados, con los piquetes y milicias de los huelguistas y las kativas de las ciudades estuvo y sigue estando al alcance de la mano. La burguesía vio peligrar nuevamente de forma aguda su poder. Su olfato no la engañó, sacó todas sus fuerzas reaccionarias en Trípoli. La crisis de dirección del proletariado ha sido el único límite que viene teniendo esta heroica revolución en Libia. Este límite lo pusieron las direcciones traidoras que cercaron, denigraron y calumniaron la revolución en ese país.


Un guardia del ejército del CNL custodia la refinería de Zawiya,
que fue la única que se mantuvo abierta durante la huelga

Hoy en Libia estamos ante una tendencia abierta a choques decisivos entre las dos principales clases: el proletariado y el imperialismo (con su gobierno del CNL). La clase obrera que se siente triunfadora al haber derrotado a Khadafy, quiere el pan por el cual luchó, no acepta seguir confinada a la miseria, cuando se ven parados sobre un mar de riquezas. Ya comenzó su combate contra las petroleras. Ahora debe aplastar a la reacción khadafista que en Trípoli, como ayer en Bengazi, comienza a levantar cabeza.

Sin lugar a dudas, hay fracciones de las burguesías regionales que intentarán montarse sobre las aspiraciones de las masas, para desviar sus combates. Buscarán manipularlas y usarlas como moneda de cambio para fortalecerse en sus propias disputas internas por el botín de la renta petrolera. Pero antes de definir su reparto, el imperialismo y la burguesía deben derrotar a las masas y desarmar a sus milicias. Cuestión sobre la que todos los parásitos capitalistas tienen total acuerdo. Por eso ya hablan de una intervención militar extranjera.

Kerry (secretario de estado yanqui) ya dijo que serán ellos quienes van a garantizar “la paz y la democracia para el pueblo libio”. El Pentágono y el ejército yanqui, tal cual lo anuncia el New York Times, ya se puso en carrera de preparar una misión que “entrene a personal de seguridad de Libia, con el objetivo de crear una fuerza de 5.000 a 7.000 soldados convencionales y una unidad independiente para misiones anti terroristas”. Funcionarios de la OTAN enviaron a sus expertos a Libia para “formar grupos militares de elite” (New York Times) y así ayudar a la burguesía a derrotar a las milicias y estabilizar su situación. Por eso es que Zeidan (primer ministro libio) recordó que “Libia se encuentra bajo el paraguas de la resolución VII de NACIONES UNIDAS que permiten una intervención internacional para proteger a la población civil”. Y ya anunció que “el 31/12 se les dejará de pagar a las milicias que derrocaron a Khadafy, a menos que estas se integren en la fuerza de seguridad del país”. 

Ahora bien. ¿Dónde están “las tropas de la OTAN” de las que hablaban las corrientes de la izquierda reformista, ese “club de lloronas de Khadafy”, cada vez que veían a obreros y explotados poniendo en pie sus milicias para enfrentar ayer a las tropas gurkas del ejército kadafista? Es que nunca se han visto tantas fuerzas del imperialismo concentradas, para salvar al gobierno lleno de khadafistas del CNL y para aplastar a las milicias de Libia. El reformismo, con todas sus calumnias, se vuelve a romper una vez más los dientes contra la historia y la realidad, puesto que los parásitos imperialistas deben formar a sus fuerzas militares de choque para derrotar a las milicias de los obreros y explotados. Estos planes del imperialismo yanqui y la OTAN, también demuestran que la burguesía jamás “arma al pueblo”, porque las masas armadas ponen en cuestión el orden existente y la propiedad privada e intereses de la burguesía, como sucedió y aún sucede hoy en Libia. ¡Fuera el Foro Social Mundial y todas las corrientes socialimperialistas, lacayas de Obama!

¿Dónde están aquellas corrientes que, cómo la LIT, el SWP inglés y el NPA francés, les decían a los obreros del mundo que el CNL fue el gran aliado para conquistar la “democracia” y la “libertad”? El CNL surgió como expropiador de la lucha revolucionaria de las masas, y no como su triunfo (como se la pasaron relatando todos los agoreros de la teoría de la “revolución democrática”). Por eso hoy está quedando demostrado, contra lo que afirmaba la izquierda reformista, que el CNL no se puede sostener sin aplastar la democracia y la libertad, en primer lugar la que conquistaron la clase obrera y las masas armadas. Las tiene que desarmar. Afirmamos que fueron las masas las que conquistaron su democracia. Que estas tienen las armas para conquistar el pan, al cual solo llegaran aplastando al CNL con el triunfo de la revolución socialista.

Para que Siria no sea una nueva Libia, el imperialismo llenó de sangre Medio Oriente con un brutal genocidio y ahora va por Libia, para restaurar con sus políticos y generales “democráticos” del CNL un nuevo régimen khadafista

Para impedir este escenario de derrota revolucionaria de la dictadura de Al-Assad y la desbandada de la casta de oficiales de su ejército, como sucedió en Libia, es que el imperialismo y Obama se anticiparon en Siria a la caída de Damasco y organizaron allí, con los servicios militares de Putin, un feroz golpe contrarrevolucionario y un genocidio.
Aún hoy todas las fuerzas del imperialismo en Siria, de sus lacayos de los ayatolas iraníes y el Hezbollah, están para cercar Damasco, donde está el poder de los banqueros, defendido por los guardianes de Al Assad, pero sobre todo allí está el armamento pesado y su feroz y asesina casta de oficiales que lo controla. Este es el núcleo fundamental de dominio del estado semicolonial.
Por eso Siria no puede ser una nueva Libia donde el cuerpo de oficiales de su ejército fue disperso y disgregado por la ofensiva de la revolución y las masas en armas.
El estado no es más que una banda de hombres armados, diría Engels, al servicio del capital. Esa es la cuestión. La burguesía defiende con esta banda de hombres armados su propiedad. Ni esta ni sus gendarmes se tocan. Eso es lo que garantiza las distintas formas de dominio que utiliza la burguesía en cada momento. De demolerlas y expropiar a la burguesía es de lo que se trata la revolución.

Tanto cuida el imperialismo a su casta de oficiales, su ejército y a su propiedad, que allí donde este fue derrotado y sus soldados se pasaron para el lado del pueblo, como sucedió en el 60% de los territorios de Siria, mandó allí al ESL (generales de Al Assad que vestidos de democráticos se “pasaron de bando” a último momento). Mandó también al Frente Islámico. La tarea de estos se reduce a que la clase obrera y los campesinos pobres en las zonas liberadas no expropien a la burguesía, ni que las milicias avancen a Damasco, es decir a “Trípoli” para aplastar allí a la casta de oficiales de Al Assad, como se hizo con la de Khadafy, disgregando y demoliendo la institución fundamental de dominio del estado burgués, que es su banda de hombres armados.

Gran parte de la izquierda mundial, que ya antes había sostenido a Khadafy, hoy sostiene el sable de Al Assad que hace el trabajo sucio de las potencias imperialista. Otros sostienen los sables de los generales del ELS, como ayer sostenían al CNT, que desde la retaguardia en Bengazi impedían que las masas tomen Trípoli. Esta es la izquierda amiga de los guardianes “democráticos” de la propiedad privada en las zonas liberadas, allí donde las masas han derrotado a su enemigo y establecido un doble poder armado y territorial.

Una ya “vieja izquierda”, como el PTS de Argentina, se ha puesto a pontificar entre ambos bandos su “lucha por la independencia política de los trabajadores” ¿Cómo? No importa, total, ellos están lejos del campo de batalla y durante dos años no han movido un dedo en favor de las masas de Siria y lo han silenciado vergonzosamente. Enviando brigadas internacionales, alimentos y medicamentos a los campamentos de refugiados para que los obreros en armas vuelvan a sus casas en las zonas liberadas y a expulsar a Al Assad de Damasco… silencio. Disputando la dirección militar de la guerra contra Al Assad al ESL poniendo en pie milicias obreras y expropiando a la burguesía… silencio. Tanto aturde este silencio que no llaman a defender al 60% del territorio liberado por las masas del perro Al Assad. Como si para las masas fuera lo mismo el control que ejerce el ESL para que estas no expropien a los capitalistas y avanzar a Damasco, que si llegara a entrar Al Assad que no dejaría niños ni mujeres vivos. Son neutrales… son amigos de los hermanos Castro y de Al Assad que los mandan a confundir al proletariado mundial, mientras tanto con su verso de la Asamblea Constituyente les dicen a los obreros que se liberan votando ¡Vaya lucha por la “independencia de clase”!

Estos agentes de la izquierda mundial, que están a las órdenes de ambos bandos de los generales burgueses, callan y quieren ocultar las lecciones centrales que surgen hoy en la situación en Siria: ya está claro que el imperialismo ha concentrado allí a todos sus agentes de todo color, olor y pelaje para impedir que una insurrección de las masas explotadas triunfe en Damasco. Esto dejaría totalmente dislocado al estado burgués.
Por eso el imperialismo, cuando Al Assad termine de masacrar en Damasco recién llamará a una “conferencia de paz” y con los generales del ESL y de Al Assad reconstituirá un régimen de dominio estable en todo el territorio sirio. Ese es su plan, si no triunfa la revolución. Los generales del ESL y Al Assad reconstituirán la casta de oficiales, es que estas no están para defender los intereses de una banda capitalista en particular, sino los intereses y la propiedad privada del conjunto de los capitalistas y el imperialismo.

En Libia ya cayó “Damasco” en noviembre de 2011 se disolvía el ejército de Khadafy en la capital y este en Sirte era ajusticiado. La capital de Libia fue tomada por las masas y sus milicias. Aplastar Damasco y que esto que pasó en Libia no suceda en Siria, insistimos, es la política central del imperialismo y todos sus agentes en la región.

El imperialismo ha aprendido muy bien de su experiencia en Libia. Inclusive llegó a disciplinar más de la cuenta a su agente Khadafy para que aplique su política de pacto con el CNT, debilitándolo más de la cuenta. Ya están curados de espantos y en Siria lo demuestran sosteniendo a su chacal Al Assad hasta las últimas instancias. La bestia imperialista se lame sus heridas de descontrol de su política en Libia. Es que el armamento pesado de Khadafy aún está en buenas manos y la burguesía está desesperada por recuperarlo. Si el CNL ha ido lento y el imperialismo no ha atacado y masacrado aún, es porque sabe que las masas tienen en su poder mucho más armamento, fuerzas y poder de fuego que su ejército del CNL. Por ello busca desarmarlas, aunque sigue rugiendo odio por los enormes combates de la clase obrera contra las petroleras imperialistas y por qué no decir por la suerte de su embajador en Bengazi, al que busca vengarlo más temprano que tarde.

Por temor a que Damasco no sea hoy un “Trípoli” en Siria éste ha sido blindado, no solo por el ejército de Al Assad que amenaza con partirse por la base cada vez que ataca un barrio obrero en la capital. Está blindado con los ayatolas iraníes, con el Hezbollah, con las armas rusas, los misiles yanquis y la ONU que ya está en territorio Sirio.

¿La paradoja de la revolución libia? Es que las milicias desorganizaron y dislocaron el funcionamiento del estado burgués, disgregaron su banda de hombres armados pero no se hicieron del poder. Por ello la situación se vuelve cada vez más inestable. El desenlace está próximo. Hay dos poderes irreconciliables. La lucha por una dirección revolucionaria del proletariado de Medio Oriente, del Magreb y Libia ya es una carrera contrarreloj.

Las direcciones ya descompuestas del proletariado chapotean en la sangre del genocidio impuesto por Al Assad en Siria, algunos están bajo su disciplina, mientras otros lo están bajo la disciplina política y militar de los generales sin batallas, que con ropaje “democrático” solo se ponen a la cabeza de las insurrecciones de masas para salvarle la propiedad a los capitalistas. Ese es el rol que juega el ESL en las zonas liberadas en Siria y el CNL, el expropiador de la revolución libia. Ellos vienen a salvarle la propiedad privada a los capitalistas y a reconstituir el estado burgués y su casta de oficiales. El ESL y sus partido-ejército en las zonas liberadas de Siria y el CNL en Libia.

Trípoli fue liberado por las milicias del este, de Misarrata y del oeste. Allí en 2011, la primera acción de Khadafy ante el levantamiento de Bengazi fue ahogar en un baño de sangre la insurrección de Trípoli y así lanzar una ofensiva hacia el este y también hacia el oeste.
El imperialismo buscaba un pacto entre el primer ejército de Khadafy en Trípoli y los generales del CNT. Controlaba a su fiel perro Khadafy, para que no avanzara a Bengazi donde sus tropas fueron derrotadas. Con sus bombardeos de la OTAN se atacaba a las milicias, que desde Misarrata intentaban llegar a Trípoli. Es que allí estaba el poder, allí estaba el perro con el que saldar cuentas.
Llegaron primero las milicias y las masas a Trípoli antes de que cerrara el acuerdo entre el ejército de Khadafy y los generales del CNT. Las milicias de toda Libia, a la caída de Khadafy, se asentaron en Trípoli, ellas liberaron la capital. Allí se instaló también para reconstituir el aparato del estado burgués con los restos de khadafistas del ahora CNL. Pero con una salvedad: la casta de oficiales del ejército contrarrevolucionario ya estaba aplastada, disgregada y disuelta. Las masas se habían armado. Esta es la cuestión con la que tienen que lidiar los explotadores en Libia y que no lo pueden permitir y por eso, para que los acontecimientos de Libia no se repitan, masacran en Siria.

El control militar de Trípoli está en manos de las milicias que lo liberaron, con ello tiene que terminar el CNL y la burguesía si quieren asentar su gobierno y reconstituir su poder en Libia.
El plan del CNL hoy es volver a restablecer el poder de la casta de oficiales del ejército khadafista en Trípoli. Del gobierno “democrático” del CNL y de sus parlamentos “democráticos”, saldrá y ya están saliendo fuerzas contrarrevolucionarias y generales tan o más sanguinarios que Khadafy porque tendrán que desarmar a las masas y liquidar el poder de los explotados… así el CNL no habrá sido más que un rodeo “democrático”, si la clase obrera no toma el poder, a un nuevo régimen y gobierno khadafista, sostenido por el imperialismo. De esto se trata cómo el imperialismo y la burguesía trata a sus distintos agentes. El reformismo que no lo ha entendido, sigue dando la vuelta como el perro que se come su propia cola, pero la tragedia es que le muerde la yugular a las masas traicionando su revolución. A veces se apoya en el verdugo democrático de las masas y otras veces en su verdugo desenmascarado, pero siempre en contra de la revolución socialista.

Este grave momento y de la situación en Libia no se resolverá en Trípoli tan solo, sino en los combates de la clase obrera y sus milicias en toda Libia, el Magreb, Medio Oriente y a nivel internacional.
La revolución libia no puede quedar nuevamente aislada, los que combatimos por la refundación de la IV Internacional, la hacemos nuestra. Ella debe vencer, como un eslabón de la revolución socialista del Magreb y toda el África martirizada.
En Libia hoy se han roto todas las pseudoteorías y pseudoprogramas de las distintas ramas y distintas fracciones de la izquierda de Obama. Ya nadie puede ocultar la realidad: de un lado está el CNL, con los generales khadafistas y el imperialismo, desarmando a las milicias que defienden abiertamente las huelgas revolucionarias contra las petroleras imperialistas, de los obreros de Libia.
Aquí se han unido todos: la izquierda democrática lacaya del CNL y los ex khadafistas, todos juntos contra las masas revolucionarias.
A estos impostores del marxismo, la vida misma ya no los deja, ni los dejará vivir en paz ni hablar en nombre del socialismo al que traiciona a cada paso todos los días.