Organizador Obrero Internacional
Publicaciones de los adherentes a la FLTI


Inglés Portugués Árabe


                 
       

 

       
                 
                 

20-01-2013


VENEZUELA

Obama, las transnacionales, la burguesía y los gobiernos latinoamericanos rezan por la salud de Chávez
el hombre que garantiza la estabilidad política y los negocios del imperialismo en el subcontinente

Mientras en la Habana,Obama, los bolivarianos y los hermanos Castro permiten el ingreso de los gusanos, avanzan en restaurar el capitalismo en Cuba y discuten quién gobernará Venezuela…

 

Con inflación, desabastecimiento, carestía de la vida y desocupación
Las masas son hundidas en la miseria absoluta

¡Basta! 
¡Abajo el Pacto de Obama, Chávez, Castro y Capriles! 

Una negociación a espalda y en contra de las masas

¡Llego la hora que decida la amplia mayoría: 
los obreros y explotados!

¡Congreso Obrero Nacional de la UNT, todos los sindicatos y las organizaciones obreras!

Contra la Venezuela bolivariana y capitalista
¡Por una Venezuela obrera y socialista, sin generales ni capitalistas, basada en los organismos de autodeterminación y armamento de las masas en lucha!

 

La primera plana de los diarios del mundo hace semanas viene teniendo en su portada la cuestión de la salud de Chávez y la crisis política que se ha abierto en Venezuela. Los más preocupados por la salud del caudillo bolivariano son Obama y el imperialismo norteamericano.
Claro, fue Chávez quien con su “revolución bolivariana” expropió la lucha por la revolución proletaria en Latinoamérica -que comenzara a fines del siglo XX y comienzos del XXI-, el combate antiimperialista de masas y el despertar del proletariado norteamericano que se ponía de pie en contra de la guerra en Irak y en contra del ataque a los obreros inmigrantes; así le salvó al imperialismo su propiedad, sus intereses, su dominio y poder

Los pasos de Chávez: 
de “nacionalismo burgués” a eficaz agente directo del imperialismo

VER

Fue el “caudillo” bolivariano junto a los hermanos Castro y Obama, quienes con su pacto garantizan la contraofensiva imperialista en todo el continente. 
Están  consumando la restauración capitalista en Cuba. Ahí se los puede ver a los gusanos, dueños de 140.000 empresas (muchas de ellas transnacionales) y pertenecientes a una casta privilegiada de la elite burguesa yanqui, pudiendo regresar de nuevo a Cuba. Son ellos, que vuelven a la Isla de la mano de Raúl y Fidel Castro -con todo el apoyo y colaboración de Chávez-, para que puedan recuperar la propiedad que les fuera expropiada por la revolución y traer su dinero para invertir y explotar mano de obra esclava altamente calificada por la módica suma de U$S20 por mes.
Ante el posible fallecimiento de Chávez, las distintas fracciones burguesas chavistas se disputan los negocios del próximo período
VER

De esta forma, la añeja burguesía cubana de ayer y los nuevos ricos y burgueses de hoy –en lo que ha devenido la burocracia-, se abrazan y toman ron en la Habana para brindar por su nuevo botín. Están haciendo de Cuba una Venezuela bolivariana, es decir capitalista y al servicio de los intereses de los grandes monopolios imperialistas. La boliburguesía también festeja esta “apertura” de los hermanos Castro, pues son ellos –con el dinero de la masa de plusvalía que le arrancan a las masas venezolanas y la renta petrolera- quienes junto a los gusanos de Miami hacen millonarios negocios con los piratas yanquis.
De esta forma, entregando todas las conquistas de las masas y la revolución cubana al capitalismo, pretenden hacer un ´89 en el continente americano, para darle un golpe certero a la clase obrera de toda América.

En Colombia, este mismo pacto, entre Obama, Chávez y Castro, es el garante de la ofensiva contrarrevolucionario del gobierno de Santos (como años atrás el de Uribe) y del funcionamiento de las bases militares yanquis, para aplastar la resistencia obrera y campesina y a los militantes de las FARC, entregados por su dirección… castrista y bolivariana.

No olvidemos que fue el mismísimo Chávez –en nombre de los hermanos Castro y los gobiernos bolivarianos del sub continente, como así también de la izquierda reformista- quién llamó a las masas latinoamericanas,  chicanas y negras, y a los trabajadores de Estados Unidos, a que voten en las últimas elecciones por Obama, ese carnicero que le está haciendo pagar la crisis de los bancos imperialistas y dejando en la miseria absoluta a los trabajadores de su país y el resto del mundo. 
40 millones de trabajadores y explotados viven en la calle, porque bajo el gobierno de Obama se les quitaron sus casas. Millones de pérdida de puestos de trabajos con el cierra de miles de fábricas. Decenas de millones de obreros no tienen siquiera permiso para ingresar a los hospitales, millones de inmigrantes latinos son perseguidos por ser “ilegales” y muchos de ellos llenan las cárceles repletas de oprimidos. 
Mientras, en los que pareciera ser una extensión de las fronteras yanquis, al sur del Rio Bravo, en México, con los militares del ejército y las bandas asesinas de la burguesía del narcotráfico, están imponiendo terror sobre el pueblo, ya que en su “guerra”, son 50.0000 mexicanos, hondureños, salvadoreños, nicaragüenses, los que mueren asesinados. Todo ello para mantener disciplinado a los súper explotados trabajadores de las maquilas.

Los gobiernos y regímenes del TLC, le deben muchísimo a Chávez. Estos gobiernos y regímenes, de países monoproductores, con su Tratado de Libre Comercio con el imperialismo que brinda un saqueo sin restricciones, han sometido al peor de los martirios a las masas. Por ello, como sucedió en Chile, las masas ganaron las calles para enfrentarlo. En el país andino, los estudiantes junto a los obreros mineros lucharon por la nacionalización del cobre para que haya salud, educación y salario. 
Fueron las direcciones estalinistas y de ex trotskistas, quienes bajo la dirección política de Chávez y Castro, entregaron la lucha del movimiento obrero, la separaron de los cientos de miles de estudiantes que ganaban las calles, y terminaron por desgastar la lucha revolucionaria emprendida por la juventud chilena que ya no aguanta más vivir bajo estos padecimientos. Fue el PC, y todos sus sostenedores, quienes hicieron semejante desastre y hoy han desmoralizado a lo mejor de la vanguardia. Es decir, el Partido comunista, dirigido desde la Habana y Caracas, es el más fiel guardián del gobierno y el régimen del TLC que en Chile administra Piñera. 
Por eso no es de extrañar que los hermanos Castro hoy le den rienda suelta a su relación con la burguesía gusana de Miami, tan gorila y pro imperialista como los pinochetistas chilenos.

Pero todavía hay más. Como cuando las masas revolucionarias del Norte de África y Medio Oriente embestían contra los gobiernos cipayos, Chávez ha sido un acérrimo defensor de Khadafy (Libia) y del genocida Al Assad (Siria), ambos masacradores de sus propios pueblos y agentes del imperialismo. Con la matanza sobre las masas de Siria (300.000 muertos entre el 2011 y 2012), perpetrada por chakal Al Assad, están imponiendo una nueva operación “Plomo fundido” con el objetivo de frenar la poderosa revolución que le desmantelo y atacó todos los dispositivos contrarrevolucionarios que le garantizan al imperialismo su dominio en la región y la existencia de su vital enclave militar, el estado sionista-fascista de Israel.

Dejando de lado algunas cosas, para no abrumar, no podemos olvidar que Chávez es coordinador de las tropas bolivarianas que junto al imperialismo ocupan el Haití desbastado y hambreado… y de esta manera es uno de los fundamentales garantes del saqueo de las trasnacionales en el continente y de las bases militares yanquis desde donde se comanda la represión contra la clase obrera y los campesinos pobres.

Vistas todas estas cuestiones, que ilustran el verdadero rol del “jefe” bolivariano, cabe preguntarse ¿cómo no van a estar Obama y toda la burguesía, rezando y prendiendo velas por la salud de Chávez? Si con el pacto continental que tienen con Chávez y los hermanos Castro, Obama y el imperialismo yanqui mantienen el control en su patio trasero.
Y ante esta situación, todavía quedan muchos  dirigentes de la “izquierda” estalinista y de ex trotskistas, que ante los ojos de la vanguardia, siguen con su vocación de pintar a Chávez y su régimen bolivariano como “una fuerza progresista y en oposición al imperialismo”. Pero por favor…

Estamos en presencia de una contraofensiva imperialista que en Medio Oriente y el Norte de África avanza con la masacre a las masas de Siria; en el centro de África con la invasión imperialista de Francia sobre Mali y en el continente americano con la restauración capitalista en Cuba, la entrega de la resistencia obrera y campesina en Colombia y con un mayor sometimiento de los países del mundo semicolonial al imperialismo. 
Esta contraofensiva no podría ser tal, sino fuera por las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial, bajo el mando de Chávez y Castro, las cuales les atan las manos a las masas para que éstas no centralicen sus combates y unan la lucha del proletariado del mundo semicolonial con la clase obrera de las potencias dominantes.

Sin embargo las masas aún no han dicho la última palabra. Los explotados de Libia con sus milicias se niegan a entregar el armamento con el cual derrotaron a la dictadura de Khadafy. Los trabajadores tunecinos siguen enfrentando al gobierno del Enhada y a su pacto con la burocracia de la UGTT que lo sostiene. Los obreros de Asturias (Estado español) y Grecia, no se han rendido. Los obreros de China enfrentan con revueltas al régimen policiaco del PC. 
Todavía queda mucho por ver, nadie puede afirmar que las masas del continente americano no entraran al combate en defensa del único estado obrero que existió en el continente. De la misma forma que nadie puede afirmar que la infernal forma de vida a la que están llevando a las masas de Venezuela y de toda la región, no haga que nuevamente puedan volver a surgir los combates revolucionarios; los cuales esta vez serán contra los bolivarianos, los gobiernos del TLC y los traidores de los Partidos Comunista y sus sostenedores. 
 

 

La salud de Chávez destapó una verdadera crisis política en Venezuela y la región
¿Quién puede pasar el ataque contra las masas?

El motor de la historia es la lucha de clases, no los hombres individuales. Por ello detrás de la cuestión de la “salud de Chávez”, se esconde una verdadera crisis política que se resolverá en el terreno de la lucha de clases.

Las últimas elecciones en Venezuela, buscaban recomponer un bipartidismo, entre chavistas y los representantes del “Pacto de Punto Fijo”, pero dentro de la constitución bolivariana
Esas elecciones y su resultado, fueron un gran triunfo reaccionario del conjunto del imperialismo y la burguesía, puesto que al ganar Chávez  también ganó Obama, quien además de Chávez encontraba a otro de sus candidatos en la figura de Capriles.

Esta necesidad de recomponer un régimen de dominio burgués bipartidista, más estable, se debe a que la crisis mundial ya comenzó a golpear sobre Venezuela y los negocios no alcanzan para todos. Por eso había que redoblar el ataque contra las masas. El mejor hombre para hacerlo era Chávez, pero este debía tener una alternancia –Capriles- ya que las masas podrían avanzar en su proceso de ruptura con el chavismo y comenzar a enfrentar al régimen bolivariano en las calles.

La decadencia y ruina del país, es decir el “Socialismo del Siglo XXI” del chavismo, se acrecientan. La producción de petróleo ha caído cerca de un tercio, de 3 millones de barriles diarios a dos millones, y la falta de inversión en el sector –pues la renta petrolera se refugia en los bancos imperialistas y en la bolsa de Wall Street- tiene consecuencias graves no sólo económicas sino también sociales (como fue la masacre que provocó la explosión del centro refinador de Paraguaná del 25 de agosto). Las empresas “nacionalizadas” sufren de una total destrucción; como en siderúrgica Sidor donde de 4 hornos de fundición hoy solo funcionan 2 y corren el riesgo de perder su trabajo los 13.000 obreros que están en la planta (3.000 sindicalizados y 9.000 contratados).

Venezuela bajo el mando de Chávez ha devenido en un verdadero infierno para los trabajadores y el pueblo pobre. La Inflación alcanza el 20%. El excedente sobre los ingresos fiscales es del 17% del PBI (Producto Bruto Interno), uno de los más altos del planeta –teniendo en cuenta que Grecia, que está en quiebra, alcanza el 10%-. PDVSA, la petrolera estatal tiene un rojo de 55.000 millones de dólares, mientras la deuda externa se multiplicó por tres desde 1998. La brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y el dólar paralelo es del 300%, y la devaluación ya ronda cerca del 90%. Esta es la verdadera cara del chavismo. Donde el ALBA es tan hambreador y entregador de nuestras naciones al imperialismo igual que lo es el MERCOSUR de la Kirchner (Argentina) y Dilma (Brasil) o el TLC de Piñera (Chile).

Estos son los indicios de que Venezuela, como país monoproductor (petróleo) e importador de alimento (muy poco por cierto para llenar los estómagos de los trabajadores y sus hijos), tiene por delante una tempestad que agudizará los choques entre las clases. Y el hombre que tenia mayor legitimidad para atacar y a la vez atemperar esos choques, se está muriendo…

 

Desde la Habana, la nueva tierra prometida para los gusanos…
Obama, los bolivarianos y los opositores garantizan la gobernabilidad en Venezuela

Ante el posible fallecimiento de Chávez, la burguesía se puso en rápido movimiento. Por ello ante el temor que entre las disputas de los herederos al trono, como Maduro, Cabello y Capriles, pueda colarse la acción independiente de las masas hambrientas y desposeídas que ya no aguanta más seguir viviendo bajo un océano de penurias, el imperialismo llamó al “orden”.  Así fue que en la primera semana de enero se celebró en Cuba el llamado “Pacto de La Habana” para cerrar brechas y que, tanto Cabello como Maduro y también Capriles garanticen la estabilidad del régimen y la gobernabilidad. Tan es así que al otro día El Tribunal Supremo de Justicia falló que no hace falta una nueva asunción de Chávez y que deben actuar los canales “de la constitución bolivariana”. Capriles, el supuesto gran “opositor”, hoy se alza como el mayor defensor de esta política y de la constitución, pues ésta, además de bolivariana, es burguesa.    

Los hermanos Castro, desde Cuba, ofician como Ministros sin cartera del departamento de asuntos internacionales (latinoamericanos en este caso) de los Estados Unidos. Pues desde la Habana, donde se encuentra Chávez y por donde han pasado la mayoría de los presidentes “bolivarianos”, se acordó con la oposición darse un tiempo de 90 días para resolver el problema de quién gobierna si Chávez muere. 
Por eso no se puede descartar la posibilidad que ante una posible lucha revolucionaria de las masas -movidas por el infierno del hambre, el desabastecimiento, la desocupación, la inflación, la carestía de la vida-, será el mismo Castro el que bajará hasta las tierras venezolanas (como en el 2003 y en el 2005 lo hizo en Argentina) para abrazarse con Maduro, Cabello y el “opositor” Capriles, llamar a un gobierno de “unidad nacional” y a próximas elecciones.  
Lo que nadie puede negar, es que más allá de las disputas y roces reales entre las distintas fracciones burguesas, son Obama, el imperialismo, los hermanos Castro, los bolivarianos y sus opositores, quienes deben mantener la coerción del régimen bolivariano.  Porque por delante, con o sin Chávez, deben pasar a un redoblado ataque contra las masas y ante ello no pueden darse el lujo de tener que enfrentarse a una irrupción de la clase obrera y el pueblo. Sin embargo está por verse cuanto el imperialismo puede mantener “unidos” a “los de arriba” (Ver recuadro) y cuanto “los de abajo” podrán seguir soportando la miseria sin irrumpir en revolución. Esta es la cuestión que se desarrolla detrás de la “salud de Chávez”.

 

Todas las direcciones utilizando la “salud” de Chávez quieren impedir que las masas agoten su experiencia con el régimen bolivariano y sean estas las que lo derroten con un nuevo Caracazo triunfante

La refracción en Venezuela de la política internacional encontró al régimen bolivariano profundizando nuevos y superiores ataques contra las masas. La inflación insoportable hambrea a los trabajadores, los salarios de miseria están congelados hace años, a todos los que salen a luchar contra el gobierno se les aplican leyes anti huelgas o la “ley antiterrorista”, fracciones de la burguesía trafican fuerza de trabajo y pistoleros de la burocracia sindical han asesinado a luchadores y dirigentes obreros, la desinversión asfixia el presupuesto en salud y educación, al mismo tiempo que  se agudiza el saqueo imperialista del petróleo, vendido a los yanquis que llenan el mundo de guerras y masacres.

Frente a los despiadados ataques contra las masas explotadas, sectores del proletariado meses atrás habían comenzando un proceso de ruptura con el gobierno de Chávez y el régimen bolivariano. Obreros de las petroleras, de las cementeras, de reparticiones estatales, etc., irrumpían en lucha por mejoras en las condiciones de vida y aumento salarial. ¡Hace 5 años que el “socialismo del siglo XXI” no firma los convenios colectivos de aumento de salarios!

Pero, fueron las últimas elecciones las que vinieron a frenar ese proceso de ruptura de sectores de la vanguardia obrera con el chavismo. 
Para ello, la burguesía contó con la colaboración de las corrientes reformistas, quienes le decían a los trabajadores que había que luchar por “un gobierno de los trabajadores” dentro de los marcos burgueses de la constitución bolivariana, legitimando así al régimen expropiador de la revolución latinoamericana.

Sin embargo hoy, luego de la imposición de la trampa electoral, amplios sectores de las masas, motorizados por el hambre, la falta de salario, la destrucción de fuerzas productivas, el desabastecimiento y decenas de penurias más, retoman el camino de la lucha. La vanguardia son los obreros de Guayana, al sur del Orinoco, quienes están saliendo al combate por mejores condiciones laborales. En otras regiones, se puede vislumbrar el profundo odio de millones de explotados, quienes ni electricidad ni agua pueden consumir durante varias horas por día. 
Al mismo tiempo que aumenta la pobreza sobre las masas laboriosas, todo el mundo puede observar como la burguesía bolivariana se hace cada vez más rica y millonaria, de la mano de los acuerdos con Obama y los negocios con los piratas imperialistas. “Reina el despilfarro, la ostentación obscena y el disparate. Abundan los ejemplos. Los restaurantes de lujo están siempre repletos. Los nuevos ricos visten trajes de marca, usan relojes suizos y poseen yates y mansiones en Miami y Nueva York. Uno de ellos armó una banda de salsa con 100 músicos cubanos que ensayan dos o tres vez por semana en el Hotel Marriot (el primo del presidente de PDVSA, un ex vendedor de seguros, hoy devenido en uno de los hombres más ricos de Venezuela)”. “Otros pagan hasta 800.000 dólares por los cumpleaños de 15 de sus hijas”. (Berenice Gómez para Clarín, 15/01/2013).

Por eso, los bolivarianos –y también los reformistas que los acompañan en su dolor- quieren utilizar la muerte de Chávez, como hace meses lo hicieron con la trampa electoral, para impedir que las masas terminen de hacer la experiencia con Chávez y no irrumpan dándole comienzo a un nuevo Caracazo del Siglo XXI, pero esta vez para triunfar, sin dejar piedra sobre piedra del régimen bolivariano y enfrentando a los representantes del “Pacto de Punto Fijo”, todos agentes de Obama y las transnacionales.

Por el momento las masas se encuentran en una situación de bronca contenida, sin embargo esto puede cambiar de la noche a la mañana; cada vez son más los batallones de explotados que no aguantan más la crueldad del inhumano régimen bolivariano, hoy abrazado por los “opositores” como Capriles. 
Sin embargo lo que prima en la actualidad, son las negociaciones de la burguesía para que no se abra una crisis en las alturas y una feroz disputa entre las pandillas capitalistas por ver quién se quedará con la tajada de los negocios en el próximo período.

 

Ante la crisis política, la izquierda reformista continúa sosteniendo al régimen bolivariano

La izquierda reformista fue la verdadera garante de llevar a los sectores del proletariado que rompían con el chavismo y se enfrentaban en las calles a la represión, peleando por mejores condiciones laborales, por reincorporación de los despedidos, por salarios, etc., fueron llevados al callejón sin salida de las elecciones y terminaran de forma impotente votando por Chávez.

Primero y antes que nada, toda la izquierda reformista se quería lavar la “ropa sucia” en las últimas elecciones, por eso presentaban a ante los obreros del mundo a la candidatura de Chirino, que juraba por la “independencia de clases” y decía luchar por un “gobierno de los trabajadores”; pero eso sí: dentro del régimen de la constitución bolivariana totalmente anti-obrera.
Sin embargo no recibieron casi nada de votos. Es que su rol no estaba en sacarlos, sino en meter a las masas en esta trampa electoral. 
Sin embargo, la sencilla razón del por qué apenas consiguieron 3.000 votos, fue que Chirino y demás dirigentes de las corrientes reformistas, se dedicaron a llevar todo el proceso de ruptura con el chavismo en las industrias más concentradas del país a luchas de presión para que sea el Ministerio de Trabajo bolivariano el que “laude a favor de los obreros”. Entonces, si todo lo resolvía el Ministerio de Trabajo bolivariano ¿Por qué entonces vamos a votar por un “gobierno de los trabajadores” con Chirino, si es Chávez y sus Ministerios quienes pueden dar una solución a nuestros problemas? Este fue el razonamiento de millones de trabajadores.

Por eso las masas no vieron ninguna alternativa distinta en Chirino y su “candidatura obrera”, ya que esta no era más que una fotocopia desgastada del chavismo, cuando incluso el mismo Chávez tenía a su “candidato obrero”, el ex chofer Maduro. Por ello hoy la izquierda se ha llamado a silencio o en todo caso se han limitado a agitar el “peligro” de la derecha o el fantasma del “golpe”. De esta manera, en uno u otro caso, continúan con una política sostenedora del régimen bolivariano.

Ahora, ante esta crisis política, llama la atención el silencio que cunde en la izquierda mundial. Quienes ayer sostuvieron a Chávez, no solo en Venezuela sino en todo el continente, con sus CONCLAT y ELAC dirigidos por la LIT en donde se negaban a enfrentar a los gobiernos bolivarianos y limitarse sólo a presionarlos; quienes lo legitimaron como Alan Woods entregándole el Programa de Transición trotskista; quienes como Orlando Chirino de la UIT-CI que años atrás llamaba a los trabajadores venezolanos a juntar 10 millones de votos para el “comandante”; o como todas las corrientes reformistas que siempre avalaron los referéndums bonapartistas de la constitución bolivariana, ya sea llamando a votar por “SI” o por “NO”… hoy guardan silencio. ¿Pero no era Chirino y todos los que apoyaron su candidatura quienes durante las últimas elecciones hablaban de la necesidad de un “gobierno de los trabajadores”? Claro, lo hacían como una campaña socialista en general, pero dentro de los marcos de la constitución bolivariana, es decir un gobierno de trabajadores que administre los negocios de la burguesía. Por eso hoy se niegan a luchar por centralizar a las masas, para que estas irrumpan y aprovechen a su favor los problemas que tienen el imperialismo y la burguesía ante la posible muerte de su líder bolivariano.

Hoy, al igual que ayer, la izquierda reformista continua garantizando el sometimiento del proletariado revolucionario del continente americano a los gobiernos bolivarianos, poniendo todo a los pies del carnicero Obama, desarticulando y desmoralizando a todos los organismos de lucha revolucionaria que la clase obrera se había dado desde Estados Unidos hasta la Patagonia Argentina. 
Sin esta colaboración de la izquierda reformista, desde sus Foros Sociales Mundiales y sus congresos continentales, ni Chávez ni otro gobierno bolivariano habrían conquistado legitimidad para expropiar la revolución y avanzar en restaurar el capitalismo en Cuba.

Por eso no es casualidad que al PTS, una corriente de la izquierda argentina, le premien sus películas documentales en la Habana. Esta no es más que una recompensa porque en su película sobre la historia de la clase obrera de los ´70 en Argentina, no dicen ni una sola palabra de la traición del castrismo y estalinismo, quienes con su política de “vía pacífica al socialismo” llevaron a la masacre a la clase obrera chilena y su heroica revolución de los cordones industriales.

Hoy algunos de estos dirigentes de la izquierda reformista, agitan el fantasma del “golpe de estado” para seguir subordinando a las masas a la burguesía chavista. Otros, los mismo que en las elecciones pasadas planteaban “que gobiernen los trabajadores”, eso sí, siempre subordinados a la Constitución Bolivariana, se mantienen impávidos negándose a llamar a los trabajadores a tomar la solución del problema en sus manos. Mientras, las direcciones de la UNT y de las organizaciones de lucha de la clase obrera le continúan poniendo el hombro al régimen bolivariano para que se mantenga en pie y que la clase obrera no irrumpa para derribarlo.

 

¡Basta!
¡Abajo el Pacto de Obama, Chávez, Castro y Capriles! 
Una negociación a espalda y en contra de las masas

¡La mayoría es la que debe decidir! ¡Ahora nos toca a nosotros: la clase obrera y el pueblo pobre! 
¡Por un congreso obrero y popular de ruptura con la burguesía y su régimen bolivariano!
¡Que la UNT, los sindicatos y las organizaciones obreras lo convoquen!

 

Como afirmamos en esta declaración, el pacto de la Habana es una negociación a espalda y en contra de las masas. Es un intento de la burguesía y Obama de que no se abra una grieta en las alturas para poder seguir garantizando la gobernabilidad y el “socialismo del siglo XXI” de Chávez, que no es otra cosa que más hambre y miseria para la amplia mayoría de la población.

La clase obrera no puede seguir permaneciendo en silencio. Debe irrumpir en la escena y enfrentar este pacto siniestro con un programa que de salida a la crisis política, económica y social.

La burguesía y el imperialismo, se juntan, pactan y traman sus planes a espalda de los explotados. ¿Pero por nosotros quién decide? Somos la mayoría de Venezuela y no tenemos ningún derecho. ¡BASTA! No se puede perder más tiempo. Que la UNT, los sindicatos y las organizaciones de lucha convoquen ya mismo un verdadero Congreso Nacional de delegados de base de todo el movimiento obrero para preparar y organizar la lucha por todas las demandas sentidas por la clase obrera y las masas explotadas.

Para garantizar este congreso obrero nacional, pongamos en pie las asambleas de base, los comités de fábrica, los comités de desocupados, los comités de barrio, los comités de abastecimiento, de control de precio y los comités de soldados rasos.

Hay que conquistar trabajo digno para todos. Reducir la jornada laboral para que entren todas las manos disponibles a producir y así acabar con el flagelo de la desocupación. Basta de obreros hambrientos. Hay que conquistar salario digno, vivienda, salud y educación para todos. Para ello hay que expropiar a los expropiadores, hay que expropiar al imperialismo –sin pago y bajo control obrero- y a la burguesía nativa, tanto bolivariana como puntofijista. Ahí está la plata para conquistar un plan de obras públicas bajo control de los trabajadores para tener vivienda, salud y educación de calidad para todos los explotados de Venezuela.

La crisis política actual plantea a las claras ¿Quién debe gobernar? Pues bien, los trabajadores debemos decir “ahora nos toca a nosotros” porque somos quienes derrotamos al régimen del Punto Fijo con el Caracazo, quienes pusimos la lucha y la sangre derrotando la intentona golpista en 2002.

La clase obrera y los explotados de Venezuela se merecen su propio gobierno ¡Debemos gobernar los trabajadores! ¡Los únicos que podemos sacar a Venezuela de la postración, el saqueo y la miseria!

¡Hay que romper con la revolución bolivariana! ¡Ni constitución bolivariana, ni del Punto Fijo! ¡Abajo el Pacto de Obama, Chávez, Castro y Capriles!

La clase obrera y los explotados de Venezuela no se merecen que sigan gobernando y comandando al país quienes entregaron todas las riquezas al imperialismo. No se merece que sigan comandando el país los que entregan la sangre de la resistencia colombiana pactando con el fascista Santos. No se merece que sigan gobernando los agentes de Obama y el imperialismo que están entregando Cuba al capitalismo de la mano de la proto burguesía castrista.

Por eso desde ese congreso obrero hay que llamar aponer en pie las milicias para aplastar al estado asesino, disolver su policía, junto a los comités de soldados destruir la casta de oficiales y organizar tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a los asesinos del pueblo. Así se sentaran las bases para poner en pie el poder de los trabajadores y el pueblo pobre.

 

Para que la crisis la paguen los capitalistas…
¡Por una verdadera Venezuela Socialista bajo un Gobierno Obrero y Popular basado en la autoorganización y armamento de las masas!

Solo un gobierno obrero y popular, basado en la autoorganización y armamento de las masas, puede conquistar la ruptura con el imperialismo, la expropiación –sin pago y bajo control de los trabajadores- de las trasnacionales, expropiar los bancos e imponer la nacionalización del comercio exterior, para poder dar trabajo digno, pan, salud y educación al pueblo venezolano. Solo ese gobierno obrero y popular conquistando una banca estatal única bajo control obrero que les otorgue crédito barato a los pequeños comerciantes arruinados.

Hay que echar a todas las petroleras, esas que despilfarran los dólares del petróleo robado al pueblo venezolano en la timba financiera de Wall Street. Hay que expropiarles sus bancos, allí está la plata para invertir en tecnología y en un plan de obras públicas, como así también para darle créditos baratos a los pequeños comerciantes y productores. Basta de esas “expropiaciones” fantasmas, donde los únicos beneficiados son los supuestos “expropiados”, como Paolo Roca de Sidor (Grupo Techint), que se llevan como indemnizaciones miles de millones de dólares, es decir, el doble de plata de la que alguna vez han invertido. Así, la boliburguesía ha sumergido en una terrible crisis al sistema económico. Basta de que seamos los trabajadores quienes paguemos con nuestra ruina las millonarias ganancias de la boliburguesía y el imperialismo. ¡Que la crisis la paguen los parásitos de Wall Street y todos los capitalistas! ¡Son ellos o nosotros, no hay otra solución! ¡Basta de estafa contra el pueblo con el “socialismo del siglo XXI”, que es fiesta para los capitalistas y devastación para los explotados!
¡Por una verdadera Venezuela socialista, sin generales, ni capitalistas, apoyada en los organismos de las masas en lucha!

La clase obrera venezolana tiene mucho qué decir y hacer. ¡Derrotar la ofensiva restauracionista en Cuba es una tarea del proletariado mundial! ¡Abajo el gobierno restauracionista de los hermanos Castro y toda la casta de burócratas parásitos, devenidos en los nuevos ricos, asociados al imperialismo! ¡Por el triunfo de la revolución política! ¡Todos los burócratas a trabajar! ¡Por comités de base de obreros y campesinos armados que pongan en pie la autoorganización de las masas para derrotar la restauración capitalista! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todos los capitales privados! ¡Libertad a los milicianos presos en Guantánamo!

¡Ni ALBA, ni MERCOSUR, ni TLC!  Con la producción de alimentos e industria liviana de Argentina y Brasil; con la energía provista por el gas y los hidrocarburos de Bolivia y por el petróleo de Venezuela; con el sistema de educación y salud de Cuba y con todas las riquezas y materias primas aportadas por países como Chile, Perú, etc., se podría alcanzar una planificación y optimización tal en la producción que no habría un solo hambriento más y en donde todos los explotados podrían vivir dignamente. ¡Por una Federación de Repúblicas Socialistas de centro y sud América!

Esta lucha por el triunfo de la revolución latinoamericana, debe servir como ariete para llevar la lucha por la revolución obreras y socialista al interior de la bestia imperialista. ¡Fuera Obama! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Norteamérica!