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Julio 2011
Nuevos combates de las masas revolucionarios
l pasado 15 de julio, miles de manifestantes intentaron reunirse en la plaza de la Kasbah (Casa de gobierno) para exigir “la reforma del poder judicial, la dimisión de los ministros del Interior y de Justicia, y que se llevase ante los tribunales a todas las personas implicadas en las muertes ocasionadas durante las protestas de diciembre y enero”.
La policía asesina impidió que esta movilización se llevase a cabo. Numerosas personas sufrieron heridas. También reprimieron adentro de las mezquitas donde los manifestantes buscaban refugio a tanto salvajismo de las fuerzas de seguridad. Ese día al menos 47 manifestantes fueron detenidos y llevados a la cárcel de Bouchoucha.
Estos hechos decantaron en una nueva oleada de protestas y fuerte respuesta por parte de las masas. Es así que en las regiones de Intilaka (barrio capitalino), Kairouan (centro del país), Sousse (norte), Menzel Bourguiba (norte), Hammam Ghzez (este) y Al Agba (norte) se prendieron fuego comisarías y edificios policiales.
Pero el ataque contra las masas no mermó. El 17 de julio la policía asesinó a un adolescente de 14 años en Sidi Bouzid (la región donde se inmoló Mohamed Buazizi a mitad de diciembre pasado). Según informa la prensa burguesa, las fuerzas de seguridad descargaron balas a mansalva sobre los manifestantes, que se encontraban protestando frente a un cuartel del ejército contra el gobierno de Mebaaza y Essebsi por encubrir en su seno a los antiguos miembros del RCD; el partido de Ben Alí, al que las masas derrocaron con su heroica revolución. Hubo decenas y decenas de heridos y detenidos.
El gobierno de transición alardeó que “los responsables de estos hechos delictivos son los musulmanes” (como si se tratara de una fracción minoritaria de la población, cuando el 95% de los tunecinos se reivindica de ese origen). El primer ministro Essebsi dijo a la prensa que los actos "están organizados por partidos extremistas con el objetivo de hacer abortar las elecciones a la asamblea constituyente".
Sin embargo lo diarios afirman que “los islamistas del partido Ennahda, acusados indirectamente por la agitación que sacude a Túnez, desmintieron toda voluntad de desestabilización del país y expresaron su apoyo al proceso electoral que debe llevar a la elección de una asamblea constituyente el 23 de octubre”. Es más, "denunciamos la violencia de donde venga, de los manifestantes o de las fuerzas de seguridad", insistió el presidente de Ennahda, Rached Ghannouchi. El Partido demócrata progresista (PDP) y el partido Ettajdid (ex-comunista) dieron sus sendos comunicados en esa misma sintonía.
La burguesía islámica, el frente popular, el intento de desvío electoral y la trampa de la Asamblea Constituyente
a clave es que la burguesía islámica, que según la prensa ganaría las elecciones de la Constituyente como primera fuerza, tuvo que salir a repudiar las acciones de las masas para tratar de impedir que las mismas se conviertan en nuevas jornadas revolucionarias suplementarias, y terminen por derrocar al gobierno de transición que vino a usurpar la revolución. Pero el imperialismo y la burguesía tunecina, sabe que con la burguesía islámica no alcanza.
Por eso, ante “la nueva ola de tensión que vive el país”, además, tuvieron que sacar de la galera a un grupo de unas 300 personalidades tunecinas "independientes", que propusieron una "hoja de ruta" para superar la actual crisis política y continuar el avance hacia la democratización del país. En un comunicado este colectivo considera que "los problemas han aumentado en las últimas semanas y han llegado a afectar a la seguridad nacional". Por esta razón, dicen, "dan la voz de alarma" y llaman a todas las fuerzas políticas a “preservar la integridad de la nación y la estabilidad y a redoblar sus esfuerzos para avanzar hacia la implantación de la democracia”.
Es que hay un testimonio para tener en cuenta. En Túnez, para participar como votante en las elecciones, hay que inscribirse. Sobre un total de alrededor de 7,9 millones de tunecinos con derecho a votar, hasta hoy sólo hay inscritos 1,8 millones (un 16%). Esto puede ser un dato sintomático que da cuenta de la apatía de las masas con el proceso electoral, en el que toda la burguesía, la burocracia de la UGTT y la izquierda reformista, es decir, ese verdadero frente popular, han puesto toda su voluntad para agotar la energía revolucionaria de las masas.
De esta forma lo describe la prensa burguesa: “la apatía dificultó la tarea del tribunal independiente para las elecciones constitucionales de convencer a los tunecinos que elijan candidatos confiables para forjar un futuro democrático. (…) La campaña para crear conciencia sobre la importancia de una nueva Constitución mediante carteles, avisos y folletos distribuidos hasta en el aeropuerto para los tunecinos que llegan al país no parece funcionar”.
Seguramente esta situación, donde las masas no se rinden, luchan, se sacrifican y llenan de huelgas todo el país… debe ser una de las razones por la cual el 26 de julio de 2011 el gobierno de transición extendió por tiempo indefinido el estado de emergencia que rige desde mediados de enero. Así lo notificó en la gaceta oficial: “se mantendrán prohibidas las manifestaciones públicas y se autoriza a la policía a usar la fuerza para garantizar el orden”.
Mientras tanto el gobierno de transición se ve obligado a realizarle un juicio a Ben Alí y sus allegados para mantener calmas a las masas y entretenerlas con algunas reformas cosméticas, mientras prepara la relación de fuerzas para largar, a sangre y fuego, una verdadera ofensiva contrarrevolucionaria.
La bancarrota de la economía y los padecimientos de las masas
El gobierno viene anunciando que la economía tiene un "crecimiento negativo del 3 por ciento" (hasta fines del 2010 Túnez venia teniendo un crecimiento de 6% durante cinco años). Los ingresos por turismo y producción industrial cayeron en un 50%. Dicen que el turismo es "la primera fuente de divisas del país" y que la caída de la producción industrial se debe "a las huelgas y a los paros continuados".
También desde el Ministerio de Industria y Tecnología se informa que “los grandes proyectos de prospecciones energéticas han sufrido un retraso a causa también de las huelgas”. (…) "sólo 6 pozos de prospección petrolera han sido perforados en lugar de los 14 previstos para 2011".
Hay escasez de combustible y energía. La producción de cemento se ha paralizado. Las huelgas en las fábricas de cemento de Enfidha (norte) y de Gabes (sur) "redujeron la producción local y han cuadruplicado los precios del cemento en el mercado negro".
Estos datos salieron a la luz luego de que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's (S&P) rebajara a Túnez de país “estable a negativo”, debido al "aumento de los riesgos durante la transición política". Mientras anuncian que no habrá ningún tipo de inversión. Pues todo el mundo sabe que la burguesía no quiere arriesgar ni un solo centavo por miedo a que la revolución en nuevas jornadas de combate inspire a las masas a expropiarlo todo.
Mientras tanto, la desocupación avanza. Ya son más de un millón los desempleados, y hay casi la misma cantidad de subempleados. Las masas no han podido satisfacer sus necesidades. Es que el poder les ha sido, momentáneamente, arrebatado por la burguesía, que busca seguir parasitando arrancándole una mayor tasa de plusvalía al proletariado y atando al Túnez semicolonial con triples cadenas de sometimiento al imperialismo.
Sin embargo, estas penurias inauditas empujan a las masas a seguir el combate. Las huelgas en todo el país no dejan de sucederse. La burguesía, aunque ahora ataque con la misma policía asesina que usaba Ben Alí y el régimen del RCD, sigue atemorizada. No hay día en que la prensa no dé cuenta de que “las masas están insatisfechas”. Hasta tal punto que cuando la madre del joven Mohamed Buazizi, se mudó desde la región de Sidi Bouzid a la capital, un sentimiento de odio y clamor invadió a miles de obreros y jóvenes desocupados que ven a la familia de Buazizi cometiendo un acto una traición a la revolución.
El resultado de este combate aún está por verse. La revolución tunecina no se resolverá fronteras adentro. Las masas lo comprenden. Tan es así que envían armamento a través de la frontera con Libia a los milicianos que enfrentan a Khadafy y la intervención militar de la OTAN. Y se reaniman nuevamente cuando la clase obrera y los explotados en Egipto volvieron a irrumpir esta vez contra el “Consejo Militar”.
Estamos en presencia de uno de los eslabones más heroicos y tenaces de la cadena de revoluciones que han comenzado en el Norte de África y que ya están dando sus primeros chispazos al otro lado del Mar Mediterráneo con los combates en Grecia, España y con el fuego de la juventud explotada que está haciendo arder a Londres, Inglaterra.
Los socialimperialistas del NPA
l Nuevo Partido Anticapitalista francés, después de someter a la vanguardia a cuanta institución de colaboración de clases surgiera, ahora llora diciendo que los “comités obreros y populares locales” (surgidos como verdaderos organismos de semi-doble poder, con destacamentos armados incluidos producto del desarme de la policía) fueron copados por los islámicos o incorporados como instituciones adaptadas al régimen (ésta era la propuesta de la Corriente Comunismo Revolucionario Plataforma 4 del NPA –grupo satélite del PTS de Argentina-, que levantó una política hilferdingista que busca someter los organismos soviéticos, que las masas pusieron en pie con su lucha, al estado burgués).
Fueron estos sirvientes de Francia y la burguesía tunecina los que integraron el “comité de protección de la revolución” con más de 20 partidos burgueses y la “Alta instancia” para ejercer un pseudo control sobre el gobierno de transición. Es más, integraron el “frente 14 de enero” con toda la izquierda y el ala más “radical” de la burguesía, es decir, los nasseristas y los islámicos. ¿De qué chillan ahora?
Dicen que la pequeño burguesía tiene ilusiones democráticas y que se está separando del proletariado, cuando fueron éstos agentes de Sarkozy y la V Republica quienes llamaban, a coro con toda la burguesía y el imperialismo, a la Asamblea Constituyente. Son los que, en acuerdo con la burocracia de la UGTT y todo el FSM, pusieron todas sus fuerzas para impedir que las masas revolucionarias tomaran el poder y que ahora queden peleando en miles de huelgas aisladas.
Las tareas del momento
omo decía Lenin en sus “Tesis de Abril”, hay que explicar pacientemente el programa revolucionario para ganar la mayoría de las masas y preparar la insurrección como arte. Para ello, hay que intervenir en los organismos que las masas pusieron en pie y echar a la burguesía y sus agentes. Como planteaba Lenin en su trabajo “Izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo”: “Los bolcheviques empezaron su lucha victoriosa contra la república parlamentaria (burguesa de hecho) y contra los mencheviques con suma prudencia y no la prepararon, ni mucho menos, tan sencillamente como hoy piensan muchos en Europa y América. En el principio del período mencionado no incitamos a derribar el gobierno, sino que explicamos la imposibilidad de hacerlo sin modificar previamente la composición y el estado de espíritu de los Soviets. No declaramos el boicot al parlamento burgués, a la Asamblea Constituyente, sino que dijimos, a partir de la Conferencia de nuestro Partido, celebrada en abril de 1917, dijimos oficialmente, en nombre del Partido, que una república burguesa, con una Asamblea Constituyente, era preferible a la misma república sin Constituyente, pero que la república "obrera y campesina" soviética es mejor que cualquier república democrático-burguesa, parlamentaria. Sin esta preparación prudente, minuciosa, circunspecta y prolongada, no hubiésemos podido alcanzar ni consolidar la victoria en octubre de 1917.”
Es necesario conquistar un Parlamento Obrero Nacional con delegados de base de todas las masas en lucha y los soldados rasos, que tendrá un millón de veces más legitimidad y autoridad que este gobierno sostenido por el imperialismo y las direcciones colaboracionistas de las masas. ¡Basta de “Consejos”, “Altas instancias” y pactos con la burguesía que sostuvo a Ben Alí! ¡Hay que quitarle todo el apoyo de las organizaciones obreras al gobierno de “transición” antiobrero! ¡Hay que aplastar a la casta de oficiales, disolver a la policía y poner en pie la milicia obrera y los comités de solados rasos! ¡Abajo la burocracia colaboracionista de la UGTT! ¡Que la UGTT rompa con la burguesía y se someta al mandato de los comités de fábrica, a los comités de obreros y populares y a los comités de desocupados! ¡Todo el poder a las organizaciones obreras y de las masas en lucha!
Con todas esas fuerzas revolucionarias centralizadas, actuando como un sólido puño se conquistará un verdadero plan obrero de emergencia que dé salida a la crisis, luchando por: ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero todas las fábricas, bienes, propiedades y bancos del imperialismo y la burguesía cipaya! ¡Abajo todos los tratados políticos, económicos y militares que atan la nación oprimida al imperialismo! ¡Por la nacionalización del comercio exterior!
¡Aumento de salarios ya para todos los trabajadores! ¡Escala móvil de salario y horas de trabajo! ¡Trabajo para todos! ¡Libertad a todos los presos políticos! ¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a todos los patrones asesinos de obreros y explotados!
¡Por el triunfo de la revolución en el Norte de África y Medio Oriente! ¡Por una sola y única revolución a uno y otro lado del Mediterraneo!
Julián Juárez
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