- Con la trampa electoral de Wall Street y la FIESP buscan sacar la lucha de la clase obrera de las calles y profundizar el plan imperialista de colonizar al Brasil…
- Sostenido por el PT, la burocracia pelega de la CUT y la izquierda reformista que apoyan la candidatura de Lula-Alckmin…
Lula-Alckmin: una candidatura para someter a los explotados a sus verdugos
¡Basta de atar a los trabajadores a patrones esclavistas que se pintan de “progresistas”!
¡ABAJO LA TRAMPA ELECTORAL!
Para derrotar a Bolsonaro:
Hay romper el sometimiento a los capitalistas y preparar y organizar la Huelga General
Congreso de delegados de base de todas las centrales sindicales, de desocupados, del movimiento sin-techo y los sin-tierra
El 2022 dio inicio al cuarto y último año del gobierno de Bolsonaro que, ayer bajo comando de Trump y hoy bajo el comando de Biden, aplica a rajatablas el plan de Wall Street, el FMI y todas las transnacionales que saquean Brasil y el Mercosur. El saldo está a la vista: 30 millones de desocupados, más de 15 millones de parados crónicos, avances en la reforma laboral y previsional con un quite enorme de conquistas y convenios de trabajo, además de las más de 640 mil muertes por COVID-19 en menos de 2 años. Sumado a una carestía insoportable, millones de nuevos explotados viviendo en las calles con sus familias, asesinatos a mansalva de campesinos sin tierra y de explotados negros en la ciudad. Eso sin contar los centenares de muertos ante las inundaciones producto de las condiciones infrahumanas de vida como vimos con los aludes en la Gran San Pablo y ahora en Petrópolis, Río de Janeiro, con centenares de muertos y desaparecidos ¡Una verdadera masacre de los explotados de los morros y favelas del país! ¡Mientras los 4 bancos privados más grandes de Brasil lucraron miles de millones de dólares contabilizando un aumento de 32% en 2021!
¿Quién le sostuvo el látigo a Bolsonaro para que entrara a su cuarto año de gobierno, si cada día que pasó el odio de los explotados contra él creció y abrieron un camino de lucha y resistencia que mermó parcialmente con la pandemia de COVID-19? Fueron Lula, el PT y las burocracias de la CUT, CTB, FS, etc. quienes han centrado su política en “sacar a Bolsonaro con las elecciones de octubre”. O sea que se debe soportar a Bolsonaro hasta el 31 de diciembre, mientras de conjunto sostienen todos y cada uno de los ataques, inclusive votando todas las leyes desde los parlamentos y aplicándolas en las gobernaciones. ¿O alguien duda que donde gobierna el PT, como en Bahía, o el PCdoB, como en Maranhão, pasaron los mismos ataques que en Río de Janeiro y San Pablo?
¿Por qué pasó el ataque de Bolsonaro? Porque Lula, el PT y la burocracia pelega se dedicaron fervientemente a cercar y derrotar cada acción decisiva de masas, para que no barran con Bolsonaro y todo su gobierno, para así cuidarle los intereses al conjunto de los capitalistas y a Wall Street.
El gobierno de Bolsonaro, inclusive en el pico de la pandemia a mediados de 2020 enfrentó más de 600 huelgas. Entonces, ¿quién no luchó contra Bolsonaro? El PT y la burocracia pelega de la CUT, FS, CTB, etc., que desviaron la lucha de los explotados montando un enorme frente de colaboración de clases y que hoy se concreta en la fórmula Lula-Alckmin, con la que atan, una vez más, a la clase trabajadora a sus verdugos de la burguesía, a la que vistieron de “progresista”.
¡Hay que decir la verdad! ¡Los explotados no pararon de luchar! Fue la burocracia sindical quien aisló sector por sector, ciudad por ciudad y fábrica a fábrica. Y hoy lejos de que Bolsonaro caiga en las calles, están desplegando a toda velocidad la trampa electoral.
El PT de hoy, nada nuevo bajo el sol. En 2002 y 2006 la fórmula fue Lula-Alencar, luego vinieron los dos gobiernos de Dilma-Temer, en 2010 y 2014. Ahora esta política de colaboración de clases es coronada con la alianza con los tucanos (políticos de la burguesía paulista), la FIESP, un hombre del Opus Dei y de absoluta confianza de Wall Street: Geraldo Alckmin.
La clase obrera y los explotados enfrentaron el plan del imperialismo y quedó cada vez más desprestigiado el gobierno de Bolsonaro. La burguesía teme que se avecine un levantamiento de las masas ante las penurias inauditas por trabajo, pan, tierra y vida digna, lo que pondría en riesgo no solo a Bolsonaro sino al conjunto de los capitalistas. El imperialismo ve en riesgo la aplicación de su plan con la reelección de Bolsonaro y pone en acción un nuevo gobierno de frente de colaboración de clases, aplicando nuevamente lo que el stalinismo en la década de 30 del Siglo XX llamó Frente Popular y que hoy sostiene toda la Nueva Izquierda.
Este es el plan de Wall Street en el patio trasero yanqui. Dejar, ante los levantamientos revolucionarios de las masas, a gobiernos de colaboración de clases como en Chile, Perú, Bolivia, Ecuador, y como lo intentan ahora hacer en Colombia y Brasil. En Brasil llaman al PT, que ya gobernó 13 años, y en particular a su agente Lula, que ya se disciplinó con la cárcel y hoy la misma justicia le archiva su proceso para que sea candidato en las elecciones de octubre, dejar que Bolsonaro termine su mandato y, junto con Alckmin, avanzar en aplicar el plan imperialista de colonizar Brasil.
Están construyendo una variante de colaboración de clases para que gobierne Brasil, que actúe nuevamente bajo el régimen del “Pacto Social” con la CUT, FS, CTB, etc. Esto determina que la burocracia pelega entrará al gobierno con la burguesía, estatizando férreamente los sindicatos y aplicando el terror patronal en las fábricas. Lula y el asesino Alckmin no vienen a ser amigos del pueblo, es que, como ya vemos con Boris en Chile o con Castillo en Perú, no dudarán en usar las fuerzas represivas de la policía e incluso las Fuerzas Armadas para aplastar los levantamientos por el pan en sus países y en las fronteras.
El PSOL a los pies del PT, sosteniendo la estrategia de colaboración de clases
El imperialismo y la burguesía decidieron que, ante un Bolsonaro odiado por las masas, hay que avanzar en el recambio vía las elecciones y no con un Impeachment. Pero, de lo que se trata es de evitar que sean las masas los que lo derroten en las calles y abran el camino a la revolución obrera y socialista, siguiendo el reguero de pólvora la onda revolucionaria que sacudió a América del Sur junto a los explotados negros norteamericanos y cubanos.
La burguesía y el imperialismo definieron que sería vía las elecciones y con la fórmula Lula-Alckmin. Y esta es la política que defiende la mayoría que apoya la candidatura de Lula en el PSOL:
El PSOL presentó, en una conferencia de prensa el pasado 16 de febrero, en la Cámara de Diputados, su plataforma “Derecho al Futuro”. Allí estuvieron presentes: por el ala mayoritaria del PSOL, Juliano Medeiros, presidente del partido, Guilherme Boulos (el “heredero”, al decir de Lula), la Diputada Federal Talíria, ambos ala mayoritaria del PSOL y la Diputada Federal Samia Bomfim, presidenta de la bancada parlamentaria del PSOL y parte del ala minoritaria del PSOL con el MES (Movimento de Esquerda Socialista).
En esta conferencia presentaron lo que ya antes habían anunciado: “Los tres principales ítems programáticos aprobados para basar las negociaciones con el PT y el apoyo a la candidatura de Lula…”. Dicha plataforma determina “… la revocación de las medidas implementadas después el golpe de 2016 (Reforma laboral, Reforma previsional y Techo de Gastos); el enfrentamiento a la crisis climática (…) garantía de derechos a los pueblos indígenas, tradicionales y quilombolas; y la propuesta de una reforma tributaria que disminuya las tasas en el consumo de bienes esenciales y populares y enfoque la tasa en la renta y la propiedad, incluyendo la creación de impuestos a los súper-ricos/multimillonarios.” (“Direito ao Futuro: PSOL lança plataforma ...” , 16-02-2022, psol50.org.br)
Estos serían los tres ejes de la propuesta del PSOL, la cual determinan como “diálogo para la unidad de las izquierdas” y como principal puntapié para discutirlo particularmente con Lula, a quien ya han determinado su apoyo en la próxima candidatura presidencial. Es decir, que en una reunión con Lula y una comitiva del PSOL conformada por Boulos, Medeiros y Talíria, discutirán cómo llevarán adelante una campaña conjunta, inclusive sin presentar candidaturas propias a presidente y definir otras alianzas en las gobernaciones y los parlamentos.
Es decir, el PSOL no solo se dispone a defender y llamar a votar la candidatura de Lula-Alckmin, sino que además se dispone a alianzas que no descartan que integren este gobierno, es decir, se preparan como ya lo hacen sus jefes del Podemos en el Estado Español, a integrarse al régimen y al gobierno.
Por su parte la corriente Resistencia (corriente de Valerio Arcary que rompió con el PSTU en 2016), aliada de Juliano Medeiros, está a favor de derrotar a Bolsonaro con el apoyo del PSOL a Lula, dicen: “Lula Si, pero Alckmin No”. Para luego plantear 9 puntos programáticos para el debate en la izquierda y en el PSOL “en defensa de un gobierno de las organizaciones obreras, sin patrones”, mientras silencian que fue el PT, la CUT, Fuerza Sindical, etc., junto al PT, quienes garantizaron la reforma laboral bajo el gobierno de Bolsonaro.
Consecuentemente, el MES, de Samia Bomfim, es decir, la corriente de Pedro Fuentes, porta voz de Sanders en el PSOL, ubicado desde la minoría que defiende una “Candidatura independiente del PSOL”, afirman: “la necesidad de una voz independiente en la primera vuelta”, agregando que hay que “presentar en la elección una voz disonante al bolsonarismo y a la política de unidad nacional que Lula articula con la burguesía.” (Lula articula..., 03-02-2022, movimentorevista.com.br). Es decir, el MES aplica la misma política que en los EEUU, primero con Sanders (el “socialista” del Partido Demócrata yanqui) para después entregarle todo a Biden en la segunda vuelta. Esto en Brasil es en la primera vuelta “Candidatura independiente”, en la segunda vuelta “Todos contra Bolsonaro, vote Lula-Alckmin”.
Queda todo claro, el PSOL, como acérrimo defensor del régimen burgués de la Constitución de 1988, ahora se prepara a dar un paso más en su asimilación al régimen. Todos dicen que a Bolsonaro se lo echa con las elecciones de octubre. La burocracia pelega de la CUT, FS, CTB, etc. dijo que “no quedaba otra alternativa que ceder” y lo impuso como un chantaje en las fábricas aplicando el terror patronal entregando todo a cada paso con la promesa de “mantener el empleo”; el reformismo dirá que los trabajadores “están atrasados en su conciencia y no quieren pelear”; la mayoría del PSOL, con Boulos y Juliano Medeiros a la cabeza, dirán que son reflejos directos del “golpe contra Dilma en 2016” y que hay que revertirlo con “un gobierno de Lula y las burguesías progresistas”.
Es decir, todos se unen en un punto… Es con la trampa electoral que se allana el camino para que Lula-Alckmin impongan el plan imperialista y el PSOL se dispone a sostenerlo. Pero lo más terrible es que esto significa que la clase obrera y los explotados tienen que ajustarse el cinturón, esperar a las elecciones de octubre y aguantar hasta el 2023 que asuma Lula-Alckmin y que acepten aplicar las exigencias del PSOL.
Para derrotar a Bolsonaro hay que romper el sometimiento a Lula-Alckmin
Es necesaria una estrategia obrera independiente para vencer
Es necesario preparar las condiciones para poner a la clase obrera a la ofensiva y derrotar al odiado gobierno de Bolsonaro y a todo el régimen infame, abriendo el camino a la revolución. Como vemos, la izquierda reformista nos dice que “para derrotar a Bolsonaro hay que apoyar a Lula-Alckmin”, así atan a los explotados a sus verdugos. En realidad es todo lo contrario, para derrotar a Bolsonaro hay que garantizar que la clase obrera y los explotados rompan las amarras que les imponen las direcciones traidoras atándolos a Lula-Alckmin.
Así vemos a la otra mitad de la izquierda de Brasil detrás de la bandera de “Presentar candidaturas socialistas independientes del PT”. Esta ala está conformada por la minoría del PSOL, que representa al 43% del partido, donde está la CST (Corriente Socialista de los Trabajadores/UIT-ci), el MES, LS (Lucha Socialista) y otras corrientes minoritarias. A la cabeza de esta campaña y abriendo sus listas para que se concrete esta candidatura, está el PSTU (Corriente de la LIT-ci). Éstos junto a la CST (Izquierda Socialista en Argentina) y el MRT (PTS de Argentina), pregonan la puesta en pie de un Frente de Izquierda como en Argentina, es decir, un FIT brasileño.
Así, han puesto de pie un reagrupamiento político bajo el nombre de “Polo socialista y revolucionario”, donde correctamente determinan la necesidad de derrotar al gobierno de Bolsonaro con acciones en las calles. Pero principalmente han centrado su política en la necesidad de construir un FIT en Brasil, es decir, un frente electoral que presente un candidato independiente, pero dentro de los márgenes de la trampa electoral. Veamos:
Justamente de lo que se trata no es de una candidatura Socialista en sí, aunque se pueda usar como tribuna para agitar masivamente en la coyuntura electoral, sino que se trata luchar por poner en pie una estrategia obrera independiente. Un Polo Socialista y Revolucionario debería ser un medio para construir las organizaciones de lucha de la clase obrera a la altura de la guerra que nos han lanzado los esclavistas y el gobierno de Bolsonaro.
Para avanzar por este camino en primer lugar, se debe combatir porque la clase obrera rompa con el Frente Lula-Alckmin y se prepare para derrotar al conjunto de los explotadores impidiendo que se avance en la imposición de la trampa electoral.
Las condiciones claramente muestran que ante la clase obrera brasilera se ponen al rojo vivo las condiciones para – como ayer en Colombia, Chile, Bolivia, Perú, EEUU, etc. – luchar en las calles por tirar abajo al gobierno de Bolsonaro y a todo el régimen infame. Por eso para derrotar al imperialismo y a Bolsonaro hay que impedir que se impongan las trampas mortales de las elecciones y el sometimiento a Lula-Alckmin. Claramente la salida no será de la mano de votar Lula-Alckmin, como no fue ninguna salida de clase votar a Haddad-D’Ávila en la segunda vuelta contra Bolsonaro en 2018.
Es que esta es la política que aplicaron ayer votando a los Castillo y su partido burgués en Perú y a los Boric y su frente con la burguesía de la Democracia Cristiana en Chile, como impulsaron tanto el PSTU, la CST y el PSOL de conjunto. Allí la clase obrera puso en pie sus organizaciones para luchar, pero gracias a que sus direcciones las desviaron de su combate, las sometieron a la trampa electoral y las pusieron a los pies de la burguesía “democrática”, sacándoles todas sus fuerzas. Las consecuencias, como ya dijimos, están a la vista, con los gobiernos “progresistas” de Boric y Castillo usando a las fuerzas represivas e incluso a las Fuerzas Armadas para reprimir a los explotados que luchan por pan en estos países y a los que se hacinan en sus fronteras, como los hambrientos migrantes venezolanos. Sacando estas conclusiones de estas recientes experiencias es que se podrá avanzar para que verdaderamente se construya un Polo que luche por el Socialismo y la Revolución.
Lo que llama la atención es que si bien Lula-Alckmin encabezan las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre, ya es claro que se irá a una segunda vuelta, y esto pondría frente a frente a Lula-Alckmin vs Bolsonaro.
Esto determina que ninguna organización que se precie de combativa, independiente y de lucha puede darle ni el más mínimo apoyo a la candidatura de Lula-Alckmin ni en la primera ni en la segunda vuelta. Esta debería ser la primera moción a todo el movimiento obrero y sus organizaciones de lucha, para poder poner en pie Polo que luche por la verdadera independencia de clase y unir las filas obreras y de los explotados. Es que, no servirá de nada si se pone en pie un “Polo Socialista y revolucionario” que dice luchar contra la colaboración de clases, si en la segunda vuelta se llama a votar a los verdugos “democráticos” de la clase obrera.
Pero mucho menos servirá si este Polo solo se determina a construir un Frente de Izquierda electoral, porque ¿qué se hace hasta octubre? No se trata de organizar una candidatura socialista, es necesaria una estrategia obrera independiente para vencer.
¡Hay que derrotar a la burocracia pelega de la CUT, FS, CTB, etc.! Se trata de luchar en las bases de estas centrales sindicales por romper el sometimiento a la candidatura de Lula-Alckmin. Así se podrá luchar por poner en pie, con delegados de todas las fábricas y establecimientos, los comités obreros y populares y comandos de huelga centralizados por barrio, región, estado y a nivel nacional. ¡Hay que unir las filas obreras, a trabajadores efectivos y tercerizados, subocupados y desocupados para luchar como un solo puño contra los capitalistas!
Desde la CSP-Conlutas, se debería encabezar la pelea en el conjunto del movimiento obrero y la vanguardia para lanzar una guerra sin cuartel contra los capitalistas definiendo la unidad de la clase obrera y los explotados en un Congreso de delegados de base de todas las centrales sindicales, los desocupados, los sin-tierra y los sin-techo, para luchar por la Huelga General revolucionaria, que le ponga el pie en el pecho al FMI, a las transnacionales, a Bolsonaro y a todos los esclavistas.
Los capitalistas ya nos robaron demasiado y vienen por todo, por eso no dudarán en profundizar la represión, la persecución e inclusive el asesinato a todos los que osen luchar en las calles por pan, trabajo, tierra y vida digna. Es el momento de que se construyan comités de autodefensa para defenderse de la policía fascista de Bolsonaro.
La última palabra no está dicha. ¡Basta de someternos a Lula-Alckmin! Como en el 2013 ¡ELLOS NO NOS REPRESENTAN! La poderosa clase obrera brasilera está destinada a jugar un rol histórico decisivo en la lucha de las masas del continente americano para sacarse de encima el sometimiento y el saqueo del imperialismo.
La historia la va a escribir la lucha de clases, que será más fuerte que cualquier aparato y les dará mil oportunidades a los trotskistas y los revolucionarios para reagrupar sus fuerzas.
Comité Revolucionario Obrero y Juvenil por la Autoorganización (CROJA) |